Invitación para temerarios es una novela de la escritora suiza Dorothee Elmiger (Wetzikon, 1985) publicada en 2010, y con la que obtuvo el segundo premio del prestigioso concurso literario alemán, Ingeborg Bachmann. Con la traducción de Carolina Previderé, el sello rosarino Serapis acaba de publicar por primera vez en castellano a esta joven autora, hasta el momento, una perfecta desconocida para el público lector hispanohablante. Invitación para temerarios es el relato de una ciudad que se está apagando, mientras por debajo del suelo de toda su extensión territorial, arde un infierno a más de 700ºC.

La novela está inspirada en la catástrofe ambiental que sufrió Centralia, un poblado de Pensilvania en el noreste de Estados Unidos. Fue una próspera comunidad minera hasta que en 1962 se prendió accidentalmente un fuego en las galerías subterráneas de carbón que al día de hoy las autoridades no han podido extinguir. En 2013, quedaban 7 habitantes en Centralia, y los expertos aseguran que hay suficiente carbón como para alimentar las llamas durante 250 años más. Allí transcurre esta trama, protagonizada por dos hermanas, Margarete y Fritzi, las hijas del comisario Stein que patrulla la zona baldía. Mientras Margarete, la narradora, escribe y lee toda la bibliografía relacionada al desastre en el piso superior de la comisaría, Fritzi explora, recorre el terreno. Ambas están entregadas a la empresa de reconstruir sus propias historias personales en el marco de un doble abandono: el de su madre, y el de una comunidad entera que se mandó a mudar cuando el suelo empezó a sufrir grietas profundas y humeantes. «¡El territorio sólo infunde terror y espanto! ¡Se engulle liebres, ratones, hurones con pellejo y todo!”, anota Margarete.

Entre la abulia de los días grises del valle desierto, las chicas también irán en busca de los tesoros más preciados: su propia juventud, y un río local que alguna vez supo tener su cauce en aquella geografía desolada. “La juventud lee libros y busca un río. La juventud piensa encontrarse junto al río en un futuro”, afirma la narradora en una trama dislocada en la que mixtura citas de textos científicos, apuntes de su propia investigación, breves entrevistas o conversaciones, ensayo, y una fuerte impronta poética, que hace apariciones como un oasis en medio de la aridez de un texto que va tomando forma conforme al progreso de la lectura. Invitación temeraria es una poética del desastre y la melancolía: “Hace rato que intento hacer de este paisaje algo comprensible”.

Con citas de Joseph Conrad, Friedrich Engels, Goethe, Erich Fromm, la novela también contiene una impronta crítica a la explotación capitalista de los recursos naturales,y el impacto socio ambiental en la geografía y en la vida de sus habitantes, humanos y animales. “Dónde sea que pongamos un pie en el reino del carbón se nos ofrece el mismo cuadro en cualquier parte del mundo”, advierte la narradora.

El sello Serapis llevó a cabo la traducción y edición de esta novela con el apoyo de la Fundación Suiza para la Cultura Pro Elvetia. La primera versión de Invitación para temerarios en castellano se distribuye en Buenos Aires, Córdoba y, pronto, en el sur del país. En Rosario, la novela se puede adquirir en librerías locales como Mal de Archivo, Paradoxa, Oliva, El juguete rabioso, Buchín, Laguna y Mandrake.

 

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