En las últimas semanas, los mercados han visto cómo la lira turca y otras monedas de países emergentes se desplomaban de forma dramática. Esta situación devuelve la incertidumbre a la economía argentina, la cual ya está expuesta a las condiciones de un rescate del FMI negociado este mismo año.

Turquía y la devaluación de la lira

El trasfondo económico y político de Turquía no invita al optimismo. La incertidumbre arrastra a países emergentes como Brasil o India, aunque de forma muy especial lo hace con Argentina por los motivos que ya expusimos en este artículo.

Con todo, la situación turca tiene algunos componentes que la hacen única. Para empezar, en los últimos meses se ha vivido una escalada de la tensión política entre los gobiernos de Trump y Erdogan.

La imposición de aranceles que alcanzan incluso el 50 por ciento para las exportaciones de algunos productos turcos dificulta el balance de un país que tiene una acusada dependencia de la financiación externa y de las importaciones de todo tipo de materias.

Así, la gran explosión se produjo hace un par de semanas, con el hundimiento de la lira turca. La moneda local se retrajo más de un 10% frente al dólar. Esta, una de las mayores caídas en la historia del país, ha supuesto que los inversores estén comenzando a sacar su capital para moverlo hacia activos más seguros y estables.

El impacto sobre la economía de Argentina

Puede pensarse que la situación turca es algo meramente local, aunque la historia demuestra que una crisis de este tipo no tarda demasiado en convertirse en un problema de ámbito global.

La situación de Turquía inquieta y con razón a Argentina. Esta, que es una de las economías más débiles de toda Suramérica, ve cómo su moneda también se devalúa por un efecto cascada.

Es decir, los mismos inversores que empiezan a mirar con recelo la economía turca y que, por lo tanto, sacan sus activos del país, piensan que cualquier mercado emergente corre el riesgo de padecer los mismos problemas.

Argentina ocupa uno de los primeros lugares en una imaginaria lista de países que pueden contagiarse de los problemas que está afrontando el Ejecutivo de Erdogan. La situación no deja lugar a dudas, y es que nada más caer la lira turca a mínimos históricos, el peso argentino corrió la misma suerte.

Esta situación se extiende a otros países como India, Sudáfrica, México o Brasil, por lo que la alerta a nivel internacional no puede ser más alta.

Algunos rasgos comunes

Aunque cada economía tiene sus propias peculiaridades, la verdad es que Argentina y Turquía están unidas por una serie de características de su mercado que no deben obviarse.

El déficit de cuenta corriente es uno de estos rasgos que emparejan a ambas naciones. Este dato muestra el valor absoluto obtenido por el intercambio de bienes y servicios de un país concreto con el resto del mundo. En el caso de Argentina y Turquía, la cifra se eleva por encima del 6 por ciento, síntoma de una salud financiera preocupante.

La dependencia de la financiación externa y la debilidad de la moneda frente a un dólar que parece cada vez más fuerte son las otras condiciones que terminan por crear un cóctel peligroso para ambas economías.

Así, Argentina asiste con preocupación a la posibilidad de tener que renegociar las condiciones de un préstamo del FMI del que solo se han desembolsado hasta el momento 15.000 millones de dólares de los 50.000 millones acordados.

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