La movilización realizada en Rosario por docentes y estudiantes, previa a la del jueves en Buenos Aires, fue histórica por su masividad, amplitud y pluralidad. Se leyó un documento cuestionó con dureza las políticas del macrismo a todo nivel. Estuvieron presentes desde rectores de facultades, legisladores locales y provinciales, hasta organizaciones sociales.

“Esto es enorme, esto es inmenso”, dijo una de las voces del palco. Sus palabras no eran parte del documento que se leería rato después sino la expresión de quien no perdía la capacidad de asombro al ver el arribo de miles de personas al Parque Nacional a la Bandera, en lo que fue una contundente señal de unidad en defensa de la Universidad pública y en rechazo de las políticas de ajuste del gobierno de Mauricio Macri.

Bajo la misma bandera, marcharon distintas centrales sindicales y sus gremios, un plural arco de agrupaciones estudiantiles y de fuerzas políticas –del campo nacional y popular, del progresismo y de la izquierda–, docentes de todos los niveles, universitarios de los distintos claustros –con muchas de sus autoridades incluidas–, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales, como la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (Ctep) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que conmovían bancando los trapos de una educación superior que es de esperar que algún día también les abra las puertas.

Toda esa marea multicolor, a la que sumaron infinidad de mujeres y hombres que no se identificaban con agrupaciones, excedió sin dudas la “alianza kirchnero-trotskista”, a la que la mente febril y provocadora del ministro de Educación, Alejandro Finnocchiaro, atribuyó el paro docente que comenzó el 6 de agosto último, en reclamo de salarios dignos y en defensa de la educación pública atacada por los feroces ajustes macristas..

Se calcula que fueron 50 mil las personas que marcharon el miércoles 28 de agosto desde la plaza Montenegro hasta el Monumento a la Bandera y que confluyeron en un acto a orillas del Paraná, para repudiar al gobierno nacional, que pauperiza los salarios docentes, recorta obras y programas, y propicia la deserción de miles de estudiantes.

Una semana antes habían sido 20 mil desde Plaza San Martín hasta las puertas del Rectorado.  

En la víspera de la última, hubo además toma de la Facultad de Humanidades y Artes, y durante las horas previas continuaron las actividades de la “Universidad Itinerante”, como viene sucediendo desde principios de agosto.

Foto: Manuel Costa

La conducción del acto estuvo a cargo de Laura Ferrer Varela, secretaria general del sindicato docente universitario de la Coad, quien a poco de comenzar informó sobre lo ocurrido en las negociaciones en las que el gobierno no se había movido del 15 por ciento en cuotas y solo había agregado una módica suma fija no remuneratoria.

Ese mismo día, los especuladores apañados por la administración macrista continuaban elevando la cotización del dólar empobreciendo más a los trabajadores argentinos, y la CGT anunciaba un paro para el 25 de setiembre.

Junto a Ferrer Varela en el palco se hallaban dirigentes de la Coad, de Amsafé, del Sindicato de Prensa de Rosario (SPR), de la CTA, de la Federación Universitaria de Rosario (FUR) y de la Federación de Estudiantes Secundarios de Rosario (Feser), abrazados por una bandera que decía: “No al ajuste. Defendamos la Universidad Pública”.

Quienes se alternaban en la conducción del acto se encargaban de identificar y de pedir un aplauso para las organizaciones gremiales que iban llegando, entre ellas, el Movimiento Sindical Rosarino, Sadop, Luz y Fuerza, metalúrgicos, mercantiles, bancarios y Dragado y Balizamiento. Estas organizaciones vienen compartiendo, desde hace largo rato, las mismas trincheras y ya se los vio junto a los docentes de nivel inicial y nivel medio a principios de 2017, dejando de manifiesto su compromiso con la educación pública. Suelen ser también los mismos rostros que colman el Monumento cada 24 de marzo para seguir reclamando memoria, verdad y justicia; y en tantas otras movidas callejeras que se han sucedido desde diciembre de 2015.

Se podían identificar, además, las banderas de la “Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito” –había cientos de mujeres con sus pañuelos verdes al cuello, en la cabeza o atados a sus mochilas–y de la asamblea de madres y padres en defensa de la educación pública de escuelas secundarias de la universidad.

También estaban los decanos Franco Bartolacci (Ciencia Política), José Goity (Humanidades), Ricardo Nidd (Medicina) y Esteban Serra (Bioquímicas), junto a concejales y legisladores provinciales y nacionales.

Se procedió a la lectura a varias voces de un documento conjunto en el que se criticó la política económica del gobierno, los despidos en el sector estatal, los techos en las paritarias y se señaló a la administración macrista como la responsable exclusiva de la situación que atraviesa la universidad pública –atraso salarial, recorte de obras, congelamiento de programas–, derivado de su acuerdo con el FMI, lo que ponía de manifiesto que “no se pelea solo por salarios”.

El texto, que terminó con la frase “sin educación pública no hay futuro”, también incluyó referencias a los crímenes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y otras acciones represivas y encarcelamientos por protestas políticas.

Luego, se sucedieron los oradores, con el mismo sesgo plural de la anterior movilización. El primero de ellos fue Tomás Alesso, alumno del Politécnico y líder de la Feser. El joven resaltó la masividad del acto y enfatizó que no necesitaban “voceros”, en clara alusión a grupos de padres de secundarios dependientes de la Universidad, que presionan –con cierto acompañamiento mediático– para el fin de la huelga.

Le siguió Horacio Valentini, de Conadu Histórica, quien afirmó que el gobierno quiere “imponer una lógica mercantilista” en la educación superior.

Después, tomó la palabra Mauricio Veloso, presidente de la FUR, quien resaltó: “La Universidad pública nos dio cinco premios Nobel y la privada solo a Macri”, al tiempo que advirtió: “Este gobierno de derecha no pasará, hay que defender la Universidad pública”.

“Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, invitó a cantar Manuel Leiva, secretario General de la FUR, cuando tomó la palabra. El dirigente estudiantil observó que “esta unidad es la que va a parar al gobierno nacional” y alertó: “Si no cambia su política, tendremos que cambiar de gobierno”.

Sobre el final, Ferrer Varela expresó: “El gobierno tiene que tener en claro que no somos nosotros los que nos vamos a cansar, son ellos los que se van a cansar. Nosotros tenemos en claro cuáles son los derechos que tenemos que defender, y los vamos a defender con garras y uñas hasta el final”.

Prueba de lo dicho por la secretaria general de Coad fue que aún quedaban reservas para bailar un poco al ritmo de las bandas de cumbia locales que se sumaron a la movida; y también para aportar un nutrido contingente rosarino a la marcha nacional, que se realizó un día después en Buenos Aires, concretando otra inmensa demostración de unidad en defensa de la Universidad pública.

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Un comentario

  1. Adhemar Principiano

    02/09/2018 en 16:42

    sin EDUCACION no hay informacion, sin informacion, no HAY CONCIENCIA,sin CONCIENCIA, no hay LUCHA y sin lucha, no hay REPUBLICA LAICA.

    Responder

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