La polémica por la norma que prevé un incremento de los impuestos a entidades financieras y cerealeras, aprobada en la cámara baja provincial, llegó al Concejo.

¿Se puede pensar un país como un sistema de vasos comunicantes donde sin importar la forma de cada vaso (sector social y económico), el bienestar general tienda a nivelarse? ¿Quienes más recursos obtienen de la fuerza de trabajo y de un recurso natural como es el suelo pueden y deben aportar en consecuencia a esa nivelación? El rechazo de cerealeras y exportadoras al proyecto de ley que prevé subas en sus tributos al erario, para emparejar el boleto del transporte público, contradice al famoso Principio de Pascal. Menos mal que usó líquidos, si hubiera pensado en la solidaridad, el experimento fracasaba seguro.

A modo de ejemplo, la propuesta pone en relación los siguientes términos: un incremento de 0,25 a 1 por ciento, para las comercializadoras de granos con los 363.400 millones de pesos que obtuvieron como utilidad en 2017, con un dólar a 20. Calculando el saldo cambiario de agosto, la ganancia fue de 726.800 millones de pesos. El proyecto también incluye triplicar el Impuesto Inmobiliario a Bancos y entidades financieras.

El tema encontró eco en el Concejo, que aprobó una Declaración donde da cuenta de su preocupación por la reacción de la Cámara de la Industria Aceitera y de la Bolsa de Comercio de Rosario, sobre el proyecto que ya logró media sanción en Diputados y un pronóstico de naufragio en Senadores, a quienes les hicieron saber que el 0,75 por ciento de aumento en sus tributos, “pone al sector en una situación dramática y deja en peligro miles de empleos”.

Claro que al repasar uno de los términos de la relación, más precisamente el de los 726.800 millones de pesos de ganancias, acordaron que “esos conceptos parecen funcionar como una advertencia rayana con la extorsión y la búsqueda de la subordinación de la política a los intereses concentrados de la economía santafesina en particular y argentina en general”. el eslabón repasó la metáfora de los recipientes niveladores con los ediles.

Enrique Estevez (bloque Socialista): “Estamos en un problema porque como viene, el Presupuesto Nacional es un golpe al federalismo, que si no es fiscal no es federalismo, porque lo que discutimos es la distribución de los recursos. Desde Santa Fe se envía mucho dinero al Fondo Sojero, que el presidente Macri sacó por decreto, o el impuesto a los combustible líquidos. Estos fondos se terminan poniendo en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense. Nosotros creemos que esos fondos deberían distribuirse de manera equitativa. Al sacarlos del Presupuesto Nacional, hicieron un agujero para poder subsidiar el transporte público, tirándole la responsabilidad a las provincias y las ciudades. Eso es lo contradictorio que plantea Cambiemos, por un lado quita recursos y le dice a las provincias que se hagan cargo, pero si para eso se incrementa un impuesto a cerealeras y Bancos, que son los más beneficiados, se quejan y votan en contra. Es inentendible”.

Verónica Irízar (bloque Socialista): “Hay mucha discusión porque se está haciendo un saqueo al federalismo fiscal por parte de este Gobierno Nacional, eso hace que se generen nuevas tensiones, por ejemplo en el sistema de transporte, y la necesidad de recurrir a nuevos instrumentos para evitar trasladar ese peso a quienes lo usan, como laburantes, estudiantes y personas de menores recursos. Es muy grave el daño, creo que hoy no somos capaces de generar los vasos comunicantes y pensar que con un pequeño aporte podrían amortiguar el bolsillo”.

Germana Figueroa Casas (Cambiemos): “Lo que se discutió fue si las cerealeras podían decir, o no, que no estaban de acuerdo con ese impuesto. Me parece que todos pueden decir eso, hay libertad de expresión. Por otro lado, opino que no lo terminan pagando las cerealeras, sino que lo trasladan al productor, porque tienen el poder de la oferta y la demanda. Estoy de acuerdo con los impuestos progresivos, aunque mejor sería sobre Ganancias, que es el que se coparticipa a las provincias y que alcanza al que gana más. Ingresos Brutos se aplica sobre el monto de ventas: uno puede estar perdiendo pero lo tiene que pagar igual”.

Aldo Pedro Poy (Partido Demócrata Progresista): “Pienso que en estos momentos de crisis, las empresas que están mejor posicionadas tienen que hacer algún aporte. Las cerealeras tendrían que aportar para solventar y aminorar el problema de los que menos tienen. Es un momento muy difícil que estamos atravesando y ya a los pobres no se les puede sacar más nada, tienen que empezar a poner algo los ricos, no todo, un poquito aunque sea, para que todo funcione mejor”.

Juan Monteverde (Ciudad Futura): “No sólo no es utópico pensar el sistema de vasos comunicantes, sino que es justo y necesario. Hoy en el siglo XXI, hay sectores que deberían darse cuenta de que estos niveles de desigualdad son perjudiciales hasta para ellos mismos. Y lo vemos en esta ciudad: no sólo la sufren los que más padecen la desigualdad sino también quienes tienen determinadas cosas resueltas porque viven encerrados y con miedo. Hoy estamos en el momento de mayor desigualdad en la historia de la humanidad. Con este grado de desarrollo de la democracia, y las instituciones del Estado y la clase política, es casi imposible el sistema de los vasos. Hay que refundar de raíz el sistema político, porque hay problemas que exceden a los partidos. Más allá de quien gobierne: los que ganan son siempre los mismos. Así y todo, cuando hubo gobiernos que defendieron los intereses de las mayorías en América Latina, hubo problemas que no se pudieron resolver, y eso explica el rebrote de la derecha, cuando no se profundiza, la cosa retrocede. Hoy más que nunca, construir un sistema que apunte hacia la igualdad es fundamental, ni siquiera desde lo ideológico, sino como en términos de sustentabilidad, esta sociedad, así como está, explota. Tenemos que generar poder para que los que no quieren ceder, cedan”.

Rodrigo López Molina (Cambiemos): “Tiene mucho que ver la manera en como uno concibe la política y los debates públicos, se hace mucho hincapié en el conflicto. La política tiene el desafío de encontrar puntos de acuerdos que es cuando se avanza. Creo que encontramos un punto y es que en el tema del transporte público, la Provincia aparezca como un actor, esto fue a partir de esta reorganización de competencias y recursos que estamos haciendo a nivel nacional y provincial. Ahora no pudimos acordar de dónde tienen que salir esos fondos, y parecería de antemano que quienes tienen un poderío económico, deben hacer mayores esfuerzos. En abstracto está claro que la trampa del debate comienza cuando creemos que los aumentos no serán trasladados a eslabones más débiles de la cadena. Nosotros habíamos hecho otra propuesta: que esos fondos salgan de la publicidad de la Lotería de Santa Fe, y ahí aparece un debate distinto porque el actor es el juego”.

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