La economía argentina cayó un 3,5 por ciento en el tercer trimestre, y el PBI perdió 0,7 punto respecto del trimestre anterior en términos no estacionales. Se prevé que al menos hasta abril de 2019 no habrá reactivación alguna.

El optimismo macroeconómico no se percibe siquiera en el Gobierno, y para las consultoras directamente no existe. Ambos estiman que la economía no se reactivará por lo menos hasta abril de 2019, en el mejor de los pronósticos.

Los datos acaso más representativos del retroceso que generan las políticas de Mauricio Macri se observan en la inversión bruta, que cayó nada menos que el 11,2 por ciento, con un desplome en la formación de capital del sector transporte, con un descenso inusitado del 36 por ciento.

Así lo informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que ponderó que el PBI de la Argentina cayó 3,5 por ciento en el tercer trimestre respecto de igual período de 2017 y acumula en el año una retracción del 1,4 por ciento, lo cual confirma que la economía atraviesa un proceso recesivo.

Factores como la corrida cambiaria, la inflación, la caída del consumo y la devaluación atacaron en forma impiadosa el aparato productivo.

Según la información publicada por el Indec, el producto bruto interno (PBI) se ubicó en el período en análisis en 695.664 millones de pesos, lo que representa un deterioro de la actividad económica, en relación con el segundo trimestre, del 0,7 por ciento.

Tal vez para amortiguar el impacto, el organismo encargado de las estadísticas oficiales señaló que las cifras del tercer trimestre son menos dramáticas que las registradas en el segundo –en términos de medición interanual–, en el que la caída había sido del 4,2 por ciento.

Respecto del tercer trimestre, el rubro en el cual se verificó la baja más pronunciada fue el comercio mayorista y minorista, que se retrajo un 8,9 por ciento, seguido por la industria, que sufrió un descenso interanual del 6,6 por ciento.

Según la información difundida por el Indec, sectores como agricultura, ganadería, caza y silvicultura decrecieron un 5,2 por ciento en el tercer trimestre con respecto a igual lapso del año anterior, y la construcción –uno de los más dinamizadores– tuvo una baja de 0,8 por ciento en el tercer trimestre, al tiempo que la explotación de minas y canteras cayó 0,1 por ciento.

En cuanto al valor agregado del sector pesca, se observó una suba interanual de 7,3 por ciento, y los rubros electricidad, gas y agua crecieron 1,4 por ciento durante el tercer trimestre del 2018 con respecto al mismo período de 2017.

Por otra parte, el sector restaurantes y hoteles se desplomó un 3,5 por ciento, y el transporte, almacenamiento y comunicaciones exhibió una caída del 3,8 por ciento.

Lo que creció fue la actividad de intermediación financiera –bancos y financieras– que registró un alza del 5,1 por ciento.

Las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler mostraron un alza del 1,1 por ciento.

Finalmente, el Indec informó que la inversión bruta cayó nada menos que el 11,2 por ciento, con una retracción del 1,5 por ciento en el sector de construcciones, 13,3 por ciento en maquinaria y equipo, aunque el desplome más pronunciado en la formación de capital fue en transporte, con un descenso del 36 por ciento.

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