“Hasta los preceptores prestan plata para el pasaje”, ponen como ejemplo alumnos. Reclaman también como prioritario que se aplique la ley de Educación Sexual Integral y mayor participación política.

Son estudiantes de distintas escuelas de Rosario, la mayoría preside o milita en sus centros y se muestra preocupada por cómo repercute la realidad social en las aulas. Piensan también que en 2019 la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) tiene que ser una realidad definitiva. La vinculan a la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito, más cuando se sabe que el proyecto para que sea ley se volverá a presentar el año entrante. Y según expresan en charla con el eslabón, los inquieta además el lugar de la política en la vida de los adolescentes.

Clara Avetta tiene 17 y terminó el secundario en la Escuela Nigelia Soria. Militó todos estos años en el centro de estudiantes. Tiene la convicción que un tema prioritario para 2019 es “la implementación de la ESI”.  Una cuestión que este año tuvo mucha visibilidad –opina– gracias al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

La joven asegura que gracias a “un centro de estudiantes muy activo”  organizaron charlas con diputadas, concejalas e integrantes de la Campaña Nacional por el Aborto para debatir este derecho. “Sin embargo, sabemos que hay escuelas que no tienen esta posibilidad”, argumenta a favor de que la ESI sea una realidad para todos.

Otro punto clave de la agenda 2019 es el de la calidad educativa. “Hay que decirle no al examen Aprender que se implementa desde hace tres años, con el gobierno de Mauricio Macri. Es una prueba externa que no garantiza calidad”, señala Clara. Entiende que para mejorar la enseñanza es necesario contar con “buenos salarios docentes y las condiciones dignas” para aprender y enseñar.

En esas urgencias también cuenta la participación activa estudiantil, que define como “muy fructífera” en la Nigelia Soria. Recuerda la movida de los últimos meses de clases –con toda la comunidad– cuando tomaron la escuela y consiguieron sumar un nuevo curso, más horas cátedra y la promesa de construir salones nuevos. Resume su deseo de año nuevo en que los estudiantes puedan “militar lo que sucede, participar y opinar” tanto a nivel nacional como provincial.

Al igual que Clara, Nahuel Bacigaluppi destaca la importancia de poner en primer lugar a la ESI. El joven de 18 años pasó a 6° y es el presidente del centro de estudiantes de la Técnica 468 (ex Técnica 6). “En primer lugar, tenemos que pensar que la ESI quedó como una deuda enorme”, dice y agrega que la cuestión tomará otra vez impulso con la nueva presentación del proyecto por el aborto legal, seguro y gratuito.

Para Nahuel, un punto importante a prestar atención es el aspecto social que se refleja en la realidad de los chicos y chicas que asisten a esta Escuela Técnica de 1° de Mayo al 1000. “Si bien está ubicada en el centro de la ciudad, la mayoría proviene de los barrios, de Villa Gobernador Gálvez, Pérez y Cabín 9, por ejemplo”, explica. Y las necesidades están a la vista: “Los preceptores hasta les suelen prestar plata a los estudiantes para el pasaje; se juntan mudas de ropa para cuando llueve varios días seguidos y a pesar del medio boleto, cada vez más asisten en bicicletas a clase”.

Foto: Manuel Costa

Desde el centro de estudiantes han pedido a las autoridades escolares el servicio de copa de leche pero hasta ahora sin éxito. “El año que empieza lo volveremos a solicitar”, anticipa Nahuel sobre lo que visualizan una urgencia para los adolescentes.

Para Nahuel, la modalidad técnica está postergada del plano educativo. “Hay una deuda importantísima. Somos los más relegados”, se lamenta y reclama que se le dé el lugar de importancia decisiva para el desarrollo del país que tiene esta educación.

Candela Barcena tiene 17 años, pasó a 5° en el Colegio Jesús de Nazareth, donde preside el centro de estudiantes. “El problema general es la economía: si fuera estable o una economía creciente sería diferente”, analiza lo que presenta como el encuadre general de la agenda educativa. Así explica cómo “el  presupuesto 2019 ataca directamente a la educación pública, de manera terrible”.

Y en ese panorama considera, a modo de ejemplo, que algo tan necesario como la aplicación de la ESI se dificulta por falta de presupuesto, al menos para “su correcta aplicación”, garantizando capacitación docente y recursos.

Avanza sobre el desafío que representa defender la educación pública cuando los chicos cada vez pueden ir menos a la escuela. “Pasa porque hay menos trabajo y mayor desempleo. En esas realidades, donde no hay para comer, la educación pasa a ser algo secundario”. Un modelo económico –describe– que condiciona esas decisiones y que “sostiene Macri a nivel nacional y al que muchos del socialismo santafesino les han sido funcionales”.

“Podemos mejorar la educación pública, pero si no hay trabajo, si los chicos no pueden ir a la escuela, porque tienen que salir a pedir, la ley pasa a segundo plano”, insiste la joven estudiante. Y piensa que asistir a una escuela privada confesional no es razón “para vivir en una burbuja” y llama a defender la educación como derecho de todos.

Dice que quienes asisten a una escuela privada no están exentos de las dificultades. “Muchos padres han elegido una escuela confesional diferente para sus hijos, educarlos en el cristianismo, pero muchos ahora no pueden pagar la cuota”, cuenta y defiende el sentido solidario necesario para respetar estas decisiones para educarse.

“A mí me llegó la militancia en la federación (de estudiantes secundarios), nos cruzamos allí con una experiencia diversa que nos atraviesa”, destaca de la importancia de involucrarse y participar.

“Egresé este año del Bachi Tablada y tengo 28 años”, se presenta Sofía Carreras. El Bachillerato Popular de Tablada es una de las pocas y primeras escuelas de gestión social que hay en la provincia. Un espacio que ofrece la oportunidad a jóvenes y adultos a terminar la educación obligatoria.

Para Sofía, la ESI es un tema que no puede estar ausente en la agenda del año que viene. “Es de los más importantes –dice a favor– para poder prevenir y detectar los abusos en las infancias, para pensar la inclusión y en los adultos para una deconstrucción masculina: el plantearse privilegios y acciones que tal vez están naturalizadas”. “Poder desprendernos de eso serían bases para cambiar la sociedad”, expresa.

Sofía entiende que “el aborto legal, seguro y gratuito” tiene que llegar a ser ley para que “pueda ser una elección de todos y no de unos pocos”. Pide que deje de ser “un tema tabú y que todos puedan tenerlo como una opción para no morir”.

La desigualdad social es otro punto principal en el análisis de la joven. Discurre entonces sobre las diferencias marcadas y con ciertos privilegios que caracterizan al centro de la ciudad de los barrios de la periferia. Una situación que lamenta “está naturalizada”: “El gran contraste social, cultural y económico que tenemos (entre los de la periferia y del centro) está naturalizado, lo vemos como algo común. Y que sea tan desigual para algunos genera mucha violencia”.

La Educación Sexual Integral, los derechos humanos (DDHH) y la participación política son los tres temas que nombra Luisina Roldán como esenciales. La joven es alumna de la Escuela Superior de Comercio (UNR) y participa del centro de estudiantes.

Dice que es necesario que “se tenga en cuenta, concientice y busque ampliar el concepto de la ESI, ya que en este momento pareciera que se está retrocediendo en esta educación”. Pide así un buen uso de la ESI y considerarla una política pública que comience en el jardín de infantes y se profundice en la escuela secundaria. También que sume la mirada y el aporte que hace el feminismo.

Otro aspecto clave para Luisina “es la conciencia sobre los derechos humanos”. Lo dice particularmente “en relación a lo que fue la última dictadura cívico-militar eclesiástica, como interfirió en nuestra conciencia y nos dejó una huella psicológica; cómo eso afecta en poder ver lo que es la política actual y a nuestras ganas de militar como estudiantes secundarios”.

Luisina invita así a “no tener miedo a hablar, a ser rebeldes, a entrometernos en la política” y a “tener conciencia de lo que pasó para poder revertirlo”. “Los secundarios necesitamos de esa memoria para poder ser una buena generación”, expresa.

El otro punto que está muy relacionado es entender la política como herramienta de transformación: “Siento que hoy desde el poder se intenta alejar al secundario de una conciencia de lo que es hacer política, ser militante, un ser social que está en contacto con otras personas y por eso se enoja, se revoluciona y tiene pensamientos propios y entra en conflicto”.

Dice así que un desafío clave para la militancia estudiantil es ser conscientes de lo que hace la política, “y en algún punto agarrarle cariño, porque una política sana, pura, sin roscas, puede ayudar a cambiar el mundo”.

“Todo lo que digo sobre la ESI, los DDHH y la política tiene que ver con hacerle bien a la sociedad y un bien a nosotros mismos”, concluye Luisina.

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