El primer encuentro entre el flamante presidente brasileño y el argentino en Brasilia fue más patético que fructífero. Enigmas de una relación peligrosa entre dos tipos audaces que ponen en vilo una histórica vinculación entre países vecinos.

El chiste de Jair Bolsonaro simulando apuntar con una pistola a Mauricio Macri al final del primer encuentro entre ambos, el miércoles pasado en Brasilia, dice mucho más que todas las palabras huecas que pronunciaron estos dos referentes de las oligarquías regionales y especialmente súbditos del poder imperialista de los Estados Unidos. Su competencia por ver quién es más servil quedó evidente en este primer encuentro en donde Macri insistió, antes que nada y en voz alta, que “Nicolás Maduro es un dictador que busca perpetuarse en el poder con elecciones ficticias”. También ambos coincidieron en que hay que “modernizar” el Mercosur. Y no hubo mucho más. Las nuevas relaciones entre ambos países, principales socios económicos, son un verdadero y lamentable enigma.

“Volvimos de Brasil realmente entusiasmados”, expresó Macri al llegar al país luego de verse las caras con su par Bolsonaro. En la reunión en el Palacio del Planalto fueron todas flores. El mandatario argentino aseguró que la relación estratégica con Brasil “se fortaleció” con la llegada de Bolsonaro al poder, el pasado 1º de enero, y el brasileño le devolvió la gentileza al elogiar el programa económico del gobierno argentino, justo en el mismo día en que se conocía oficialmente que la inflación que supo conseguir Macri es la más alta desde 1991.

“Acompañamos con interés los esfuerzos de Macri para levantar la economía argentina y hacerla más integrada al mundo”, arrancó Bolsonaro al comenzar su discurso.

Macri, por su lado, llamó a continuar la “integración de nuestras economías” porque «necesitamos que a los dos nos vaya bien», dijo, a sabiendas que ambas economías queman como papa caliente. Brasil es el principal socio comercial de Argentina y no está claro cómo continuarán los intercambios entre ambos países en un mundo cambiante.

Por eso, quizá, decidieron hablar de lo único en lo que hasta ahora coinciden plenamente, y que en definitiva es lo que mejor les sale: alinearse con Washington.

El periodista oficialista Román Lejtman, enviado especial de Infobae, publicó sobre el encuentro: “Conectaron. Descubrieron que tienen muchas cosas en común”.

El Mercosur como nuevo shopping

Foto: Isac Nóbrega/PR

En esa misma línea de subsumirse a los poderes centrales, también ambos mandatarios coincidieron en su objetivo de vaciar de sustancia al Mercosur, una de las herramientas que se había construido justamente como contrapeso de los grandes conglomerados imperiales.  

“El bloque necesita valorar su tradición original, que es la apertura comercial. Nuestro propósito es que Mercosur tenga relevancia, tenga sentido. Es necesario hacer nuevas negociaciones para recuperar el tiempo perdido”, sostuvo Bolsonaro.

Lejtman explicó: “Bolsonaro cree que el Mercosur es una construcción ideológica apoyada en una estructura jurídica que atrasa décadas. Macri comparte la posición de Bolsonaro, pero estaba solo en el bloque regional cuando proponía cambios profundos al funcionamiento del Mercosur”. “Ahora, los dos jefes de Estado con más volumen político en la asociación multilateral, pueden promover una nueva lógica económica y legal del Mercosur que beneficie por igual a sus cuatro socios (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay)”, auguró el periodista afín al gobierno macrista.

Pero a pesar de afirmar que de los dos jefes “asumieron que tenían códigos similares y en un chasquido de dedos se propusieron unir fuerzas y diseñar una estrategia geopolítica que puede influir en el orden global”, no pudo más que describir como “quimera” otro de los supuestos “logros” de Macri en Brasilia: que Bolsonaro avalara la negociación con la Unión Europea, una mentada asociación multilateral que nunca dio frutos y que nada indica que en la actualidad los vaya a dar.

Disparen contra Maduro

Macri puso mucho énfasis para otra vez en deslegitimar al presidente venezolano Maduro. «Reconocemos a la Asamblea Nacional (de mayoría opositora y declarada en desacato) como la única institución legítima de Venezuela».

«Compartimos la preocupación por los venezolanos, condenamos la dictadura de Nicolás
Maduro, la comunidad internacional ya se dio cuenta, es un dictador que busca perpetuarse en el poder con elecciones ficticias, encarcelando a opositores y llevando a los venezolanos a la situación agónica», sostuvo con el rostro adusto.

Fue el tema altisonante y externo que mejor cuadraba a Macri en la escena en Brasilia. Consideró que el gobierno de Maduro es “una burla a la democracia” y sostuvo que no acepta “el intento de victimización de quien en realidad es victimario».

Por su lado, esta vez, Bolsonaro no se dedicó al tema Venezuela. Esó sí, al día siguiente, su canciller Ernesto Araújo, se reunió con un grupo de líderes opositores venezolanos, encabezados por el ex alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, para analizar la situación y la disposición del Juan Guaidó, jefe de la opositora Asamblea Nacional, declarada en desacato, para asumir el cargo de presidente, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

Barras y torcidas

Como sólo los lugares comunes quedaban por encima de sus estrechos márgenes de dirigentes políticos, como no podía ser de otra manera, Macri y Bolsonaro hablaron de fútbol. “Hablamos de trabajar en conjunto el tema barras porque se viene la Copa América y tenemos siempre la Libertadores y las copas sudamericanas”, aseguró Macri al llegar a Buenos Aires. En el almuerzo de camaradería que ofreció Bolsonaro a la delegación macristas, las mesas tenían banderines con los nombres de jugadores de fútbol de las dos nacionalidades.

Comitiva de peso

La comitiva argentina que acompañó al presidente Mauricio Macri estuvo integrada por los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; de Producción y Trabajo, Dante Sica; de Seguridad, Patricia Bullrich; de Defensa, Oscar Aguad; de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie y de Justicia, Germán Garavano.
También estuvieron el embajador en Brasil, Carlos Magariños y los secretarios de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser y de Comercio Exterior, Marisa Bircher, entre otros funcionarios nacionales.

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