El dato es de diciembre pasado en comparación con igual mes de 2017. El marcado descenso de la demanda eléctrica promedió el 10% en todo el país. También anotaron una fuerte contracción la industria y el comercio. Las continuas subas tarifarias arrastraron la caída.

Tarifazos por aquí, recesión económica por allá, y el consumo de luz se vino a pique. Si bien las temperaturas medias fueron levemente inferiores a las de diciembre de 2017, en diciembre pasado hubo un marcado descenso de la demanda de energía en todo el país, ya sea por el lado de usuarios residenciales como el sector comercial e industrial.

Según datos de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundalec), el consumo de energía retrocedió en promedio un 10 por ciento a nivel nacional en diciembre de 2018, contra igual mes de 2017. En cuanto al consumo regional, en base a la misma medición interanual, en Santa Fe cayó el 9 por ciento.

El “ahorro” de luz que pide el presidente Mauricio Macri se da a fuerza de tarifazos y caída de la actividad. De acuerdo al informe de Fundalec, tomando datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico, la distribuidora Cammesa, la fuerte caída en el consumo de energía abarcó casi todo el país, a excepción de las provincias de Santa Cruz y Chubut.

En la provincia donde más se contrajo la demanda fue en Catamarca, un 40 por ciento menos. Le siguen San Luis (-31%) y Corrientes (-14%). En la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, la baja fue del 12,1 por ciento, casi igual registro que en San Juan, Tucumán y Entre Ríos.

El derrumbe en el consumo de la luz eléctrica se hizo sentir en el segundo semestre de 2018 y diciembre anotó el descenso más importante del año pasado. Como se señaló más arriba, la caída en la comparación interanual del último mes del año evidenció un descenso del 10 por ciento a nivel general.

No obstante, existió un crecimiento de casi el 8 por ciento en la demanda de diciembre respecto a noviembre de 2018, una suba lógica porque llegó el verano, apretó más el calor y se prendieron aires acondicionados y ventiladores.

En el desagregado por sector, también en comparación interanual con datos de todo el país, la demanda residencial bajó 13 por ciento, mientras que la comercial descendió 9,2 por ciento y el consumo industrial cayó un 10,7 por ciento. Los establecimientos fabriles y los comercios bajan la palanca en un contexto económico cada vez más oscuro.

“Acompañando el comportamiento de la demanda, la generación local presentó un decrecimiento frente a diciembre de 2017, siendo 11.079 gigavatios para diciembre pasado contra 12.472 gigavatios para el mismo período del año anterior. Al igual que, en los últimos meses, la participación de la importación fue baja a la hora de satisfacer la demanda”, se indicó en el informe que publicó Fundalec.

“Según datos de todo el año, la generación térmica sigue liderando ampliamente el aporte de producción con un 63,42 por ciento. Por otra parte, las centrales hidroeléctricas aportaron el 29,13 por ciento de la demanda, las nucleares proveyeron un 4,70 por ciento, y las generadoras de fuentes alternativas un 2,51 por ciento del total. Por otra parte, la importación representó apenas el 0,24 por ciento de la demanda total”, se señaló en el reporte.

La fuerte caída en el consumo eléctrico a nivel nacional evidencia el golpe por la seguidilla de aumentos en las boletas de luz resuelto por el gobierno de Cambiemos, sumado la crisis económica, con mucho menor dinamismo de la actividad comercial e industrial, donde el que no cierra reduce personal, y un notorio debilitamiento del mercado interno.

Por otro lado, la Defensoría del Pueblo de Santa Fe emitió un documento donde confirmó, en base a cifras proporcionadas por la Empresa Provincial de la Energía (EPE), que el impacto para usuarios provinciales del tarifazo nacional será en promedio del 20 por ciento a partir de febrero de 2019.

En noviembre pasado, el presidente de la EPE, Maximiliano Neri, admitió en rueda de prensa que el consumo de energía en Santa Fe estaba como en los niveles de 2012 a raíz de la crisis. En este sentido, analizó: “El 60 por ciento de la energía que distribuye la EPE lo consume la industria, sector que más evidencia la caída por el freno en la producción y el cierre de fábricas”.

La economía desenchufada con tarifas dolarizadas que propone el modelo M muestra sus resultados.

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