Siempre hiciste la tuya, desde chico en la escuela, no trabajabas en equipo, competías por las notas, en los exámenes no ayudabas a nadie y es más, tapabas tu hoja para que nadie espiara alguna respuesta. Estudiabas solo en tu casa. No molestabas a nadie y solo reaccionabas si te molestaban a vos, si acosaban a algún compañero mirabas para otro lado, o te ibas, pero no intervenías, mientras no se metieran con vos… Estudiaste en la Universidad porque tus viejos te bancaron, nunca participaste de un centro de estudiantes, porque eran vagos que perdían el tiempo. Fuiste un abnegado estudiante, no hiciste sentadas, ni participaste en marchas, ni en acciones solidarias, porque eso era “política” y a vos no te importaba la política. Vos solo querías estudiar y no molestar a nadie y que nadie te moleste, no te preguntabas por qué tantos compañeros quedaban en el camino y abandonaban  los estudios, tampoco reaccionaste cuando sacaron el boleto estudiantil, total vos tenias tu auto para ir a estudiar.

Te recibiste en tiempo y forma. Rápidamente tu viejo te consiguió trabajo y escalaste posiciones. Nunca te afiliaste al sindicato porque pensabas que los sindicalistas eran “todos corruptos y vagos”. No hacías medidas de fuerza, si algún compañero era acosado laboralmente o suspendido o echado, mirabas para otro lado, pensando que “algo habrá hecho” para merecerlo.

No te importó cuando desalojaron a los vecinos porque no podían pagar el alquiler, vos tenías la casa que te habían comprado tus viejos. Y cuando le robaron a tus vecinos de enfrente, cerraste tu ventana para no oír los gritos, ni llamaste al 911 para no meterte en problemas.

Hoy tu fábrica cerró, te quedaste sin laburo porque los productos que fabricaban en tu planta se importan. Vos siempre dijiste que los productos extranjeros eran mejores que los nacionales. Tus compañeros formaron una cooperativa de trabajo, pero por supuesto no quisiste formar parte. Ya no están tus viejos para ayudarte, casi no tenés amigos ni compañeros, no sabés, no querés  protestar. Mirás con recelo a los que protestan, cómo se abrazan y juntos se contienen. Te invitan a participar, no sienten rencor por vos, tal vez, es hora que te des cuenta que las luchas, los grandes logros, son colectivos y no individuales, que vivís en una sociedad y que es bueno mirar y verte en el otro.

Arístides Ricardo Alvarez

DNI 14081530

 

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