Con los ajustes en Educación impulsados por el gobierno de Mauricio Macri como razón principal, la caída de la marca Cambiemos se siente en la UNR, que se prepara para la renovación de autoridades.

La temporada electoral de este año también arranca temprano en el ámbito académico. Y a pocos días de la presentación de listas en cada una de las facultades, empieza a dibujarse el mapa político de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) de cara a la próxima asamblea universitaria, que deberá elegir a las nuevas autoridades para el periodo 2019/2023. De a acuerdo a las voces consultadas por este medio, en Cambiemos hay preocupación por la reelección de Floriani, quien a tres meses de la asamblea universitaria, no estaría logrando el consenso necesario para ser reelecto.

La asamblea universitaria que elegirá al próximo rector de la UNR está compuesta por 276 asambleístas, representantes docentes, estudiantiles, no docentes y graduados de los consejos directivos de las 12 Facultades y del Consejo Superior.

Las elecciones de cada uno de los claustros universitarios se realizarán entre el 3 y el 12 de abril en todas las Facultades, allí serán electos los Consejeros Directivos que a mediados de abril elegirán decanos y, la tercer semana de mayo, al próximo rector de la UNR.

Según el relevamiento realizado por este medio, por el momento, el actual rector Héctor Floriani, de Cambiemos, sólo cuenta con el apoyo de su Facultad, Arquitectura, y reúne alrededor de 30 asambleístas en toda la UNR, muy lejos de los 139 necesarios para ser electo en primera vuelta.

El escaso apoyo en torno a Floriani comenzó a generar preocupación en las filas de Cambiemos, ya que el actual Gobierno Nacional podría perder un delfín propio en una de las Universidades más importantes del país.

En el mapa de Facultades, las fuentes consultadas aseguraron que estaría garantizada la continuidad de los oficialismos en las Facultades de Ingeniería, Bioquímicas, Ciencias Agrarias, Humanidades, Ciencia Política, Odontología, Derecho y Veterinarias, mientras que los escenarios se presentan aún inciertos en Arquitectura, Psicología, Ciencias Médicas y Económicas.

Un inicio de ciclo mal parido

A la hora de buscar las razones de la caída de la consideración del actual rector, asoma como elemento central la baja estima en el ámbito académico de la “marca Cambiemos” y de la identificación del sector radical de Floriani con la figura del presidente Mauricio Macri, cuya gestión se caracterizó por un fuerte ajuste en las políticas educativas en general, de las que en particular la Universidad y la investigación no quedaron exentas.

La relación de Floriani con el macrismo quedó sellada apenas iniciado el ciclo universitario tras la asunción presidencial. El hecho fue reflejado en este medio, en el que se dio cuenta tanto del fenomenal despliegue de seguridad realizado en los alrededores de la facultad de Derecho, que fue completamente cercada para impedir que una movilización convocada por estudiantes y sindicatos, que ya en esos primeros meses de gobierno de Cambiemos tenían una importante lista de reclamos que manifestar.

En aquella jornada, Floriani se jactó de que “en la historia de la Universidad no hubo experiencias como ésta”, con relación a la presencia de Macri en la alta casa de estudios rosarina. “La presencia del presidente es una iniciativa innovadora en la que vemos una actitud suya de relevar a la institución”, remarcó el rector en esa oportunidad.

La continuidad de la política de ajuste en educación nacida por esos días, fuertemente resistida por los gremios docentes y las agrupaciones estudiantiles, se profundizó a lo largo de la gestión Macri, golpeando las aspiraciones de sus socios universitarios, como el rector Floriani, que ahora ve complicado el panorama rumbo a las próximas elecciones de la UNR.

Más ajuste

El ajuste para la universidad se mide con claridad cuando se mira el presupuesto destinado al sector. En ese sentido vale comparar los últimos períodos. Mientras en 2017 los fondos para el Desarrollo de la Educación Superior fueron 89.891 millones, en 2018, fueron 111 mil millones, apenas un 20 más, un aumento equivalente a la inflación de los primeros siete meses del año pasado.

De acuerdo al Presupuesto del año en curso, “el programa Desarrollo de la Educación Superior cuenta para 2019 con un presupuesto de 138.114 millones de pesos”, según un informe de la confederación nacional de sindicatos docentes (Conadu). Con ese casi 25 por ciento de incremento, el ajuste es brutal si se toma como referencia la inflación del 50 por ciento con que cerró 2018.

“El Presupuesto 2019 no cubre las necesidades y demandas” del sector y “supone la continuidad de la política de ajuste”, evaluaron desde Conadu.

“El  análisis del Presupuesto 2019 no puede omitir la consideración del resultado real del impacto inflacionario en 2018. El proyecto consolida en el Presupuesto 2019 el profundo ajuste ya producido este año”, remarca el informe, en el que se destaca además el recorte para “el conjunto del sistema educativo”.

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