La decisión de no aumentar el boleto pese a la desfinanciación del sistema de transporte y el costo del combustible, y un reclamo para que las muestras de donantes de médulas óseas se envíen a Estados Unidos, los principales temas del Concejo.

La ciudad ve crecer un problema que marcha sobre ruedas: la advertencia de desfinanciación que hace el sistema de transporte público y la decisión de no aumentar el boleto para amortiguarlo. En los últimos días un nuevo dato terció en el dilema. ¿Y si adelantan la sexta cuota de la patente automotor como recurso fresco?  Al planteo le falta un dato. El número final del estudio de costo del valor que debería tener el pasaje de los colectivos urbanos.

¿Cuello de botella? Algo similar que se va cristalizando con el paso de los días y el agravamiento de todos y cada uno de los parámetros económicos. Aumento de combustibles, paritaria de choferes, insumos traccionados por el dólar y en frente, salarios devaluados casi semanalmente. En este marco no resulta extraño que la intendenta Mónica Fein resolviera no aumentar el boleto que tiene el nada despreciable valor de 23,17 pesos, desde enero.

La decisión del Ejecutivo es racional desde la lógica de los años electorales. ¿Quién podría resistir el costo político de, justamente, aumentar el costo del boleto? Quizás sólo los superhéroes. Por lo pronto, hay ideas más terrenales como adelantar la sexta patente del automotor. ¿Rumor? ¿Sondeo de reacción? Para comenzar, la mención de la sexta cuota evoca el intenso debate que tuvo en el Concejo.

“Nuestro interbloque no votó la sexta cuota porque justamente consideramos que había que generar otro tipo de financiamiento para el sistema de transporte y, además, porque no podíamos generarle al trabajador otra cuota más en esta situación económica”, dijo la concejala Norma López (FpV), para evocar la maratónica sesión de diciembre pasado, cuando en el marco del Presupuesto 2019 “nació” la sexta cuota y se prorrogó hasta junio el poder otorgado al Ejecutivo para aumentar hasta en un 90 por ciento de su costo técnico.   

“Nosotros venimos viendo la cantidad de veces que la intendenta aumentó el transporte de pasajeros desde que el Concejo desgraciadamente le cedió las potestades, han sido absolutamente funcionales a las políticas de Mauricio Macri y aprovecharon cada una de las instancias para aumentar”, enfatizó la edila.

Para López, el problema necesita andariveles para encontrar una solución. “El Ejecutivo no se ha sentado con el gobierno de Santa Fe para que haya una inversión real en el transporte urbano de Rosario, que es el sistema más complejo de toda la provincia. Lamentamos si se llegara a utilizar la sexta cuota”, comentó.

Para el concejal Osvaldo Miatello (Compromiso con Rosario), “lo que debería dejar de pensar el Ejecutivo, es en cómo sacar plata y mejorar el servicio. Vi algunas declaraciones de funcionarios vinculados a la Secretaría de Movilidad del Municipio, donde decía que una de las razones del desfinanciamiento es la caída de pasajeros. Y caen porque el boleto está caro”.

Además, agregó que el servicio no es bueno porque las frecuencias se deterioraron, lo que conforma un “círculo vicioso que hay que romper, el año pasado aumentó más de cien por ciento en un año, más que la inflación, entonces no hay que pensar en sacar plata del usuario sino en mejorarlo y no seguir aumentando”, comentó.

El portavoz del socialismo, Horacio Ghirardi, desestimó la versión de adelantar la sexta cuota de la patente para resolver el problema. “No hemos estado discutiendo ese tema con el Ejecutivo, lo que tenemos es la palabra de la Intendenta de que el boleto no se va a tocar”. Además, dijo que “los movimientos del dólar no ayudan, porque muchos insumos son dolarizados e impactan en el combustible”.

Para la edila Marina Magnani (Unidad Ciudadana), “la lógica del sistema de transporte hace que se esté en un cuello de botella desde el momento en que se piensa en función de hacerlo rentable para un privado”. En ese marco, consideró que “el sistema fracasa en su totalidad”.

Según la edila, primero se debe determinar el bien común y después ver las formas de financiamiento, cuando “acá la lógica es siempre determinar qué cosas se pueden privatizar y luego se determina la necesidad de la ciudadanía en adaptación a un privado, y eso es un error”.

“El sistema de transporte debe ser pensado desde una lógica de gestión estatal, pensemos  que durante 30 años Bermúdez tuvo el servicio y nunca el estudio de costo indicaba cuánto era la ganancia, la rentabilidad del privado”, enfatizó Magnani. ¿Qué implicaba esa falta?, “nunca sabíamos cuánto era de combustible, cuánto de amortización de la carrocería de las unidades, cuánto el mantenimiento técnico y la rentabilidad”, señaló. Y dijo que esperan con la misma inquietud el estudio de costo de este año. “Quiero ver si se distingue cuánto es la rentabilidad de la empresa. En función de eso vamos a saber lo que tiene que costar el boleto”.

“Si se elimina el factor privado, si el servicio sigue funcionando sin necesidad de una rentabilidad, probablemente el boleto pudiera ser más barato y el servicio más eficiente”, sostuvo la concejala.

¿Qué pasa con las muestras de donantes de médula?

El concejal Lichu Zeno (PDP), denunció que Hacienda de Nación no libera los fondos para que las muestras de donantes de médula de todo el país se lleven a Estados Unidos, donde se procede a su testificación para ingresarlas en el sistema mundial de donantes. Pero no sólo escatimaron la verdad –que las muestras no viajaron–, sino que pusieron en internet que ya están en calidad de donantes cuando eso sólo sucede después de que se testifiquen.

“Recibir la donación es algo que te permite lucharla”, dijo el edil, que justamente superó una grave dolencia con la donación de médula de un brasileño en el marco de un registro mundial. Y destacó el esfuerzo que significa convocar a la donación. Por eso denunció como “muy preocupante lo que está sucediendo con la demora en enviar las muestras de sangre a Estados Unidos de los donantes argentinos, obtenidas con mucho trabajo y mucho sacrificio en todas las provincias del país, las que duermen en una habitación del INCUCAI, en Buenos Aires, cuando deberían haber sido enviadas hace casi dos años”, explicó.

“Todas las personas que quieren ser donantes de médula tienen que donar una unidad de sangre. Esa muestra se envía a Estados Unidos para un procedimiento que lo habilita a ingresar al registro mundial de donantes que forman unos 40 millones de personas”, explicó. Pero no sólo están en una habitación, “lo peor es que no dan la cara y, para evitar problemas, lo que hicieron fue decirle a los técnicos que subieran los datos como si esas personas ya estuvieran en el banco de donantes, y no lo están”, aseguró. Y anticipó que la próxima semana, a través del diputado Luis Contigiani, se elevará un pedido de informes al gobierno nacional para que explique qué pasa con esas muestras. Zeno realizó estas declaraciones en el marco de un decreto que declara de interés municipal el Día Nacional del Donante de Médula Ósea, que se conmemora el 1 de abril.

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