El Canaya jugó ante la Universidad Católica sin posibilidades de avanzar a octavos. Pero la igualdad 1 a 1 también lo dejó sin chances de alcanzar el tercer puesto que lo clasificaba a la actual edición de la Sudamericana. Fuentes puso arriba a los chilenos, y Fuenzalida –en contra– puso la paridad.
La participación de Rosario Central en la Copa Libertadores 2019 quedará para el olvido, como el pobre marco que lució en el Gigante de Arroyito, prácticamente vacío por la lluvia y por el mal momento del club.
A falta de una fecha para concluir la fase de grupos, el auriazul suma apenas dos unidades, que lo confirman en la última posición, sin chances siquiera del premio consuelo, que era meterse en la Sudamericana, como lo harán todos los terceros de cada zona.
La apertura del marcador estuvo a cargo de César Fuentes, a los 23’ del primer tiempo, cuando el peligro estaba lejos de las áreas. El volante capturó un rebote en el borde del área, y remató con mucha violencia.
Lo mejor del dueño de casa se vio en el complemento, en el que fue claro dominador del balón, aunque no siempre lo tradujo en chances claras. Pero Fernando Zampedri había avisado de cabeza, y el árbitro uruguayo Esteban Ostojich no le dio un penal por mano de Luciano Agued.
Tanto intentó el dueño de casa, que a los 35’ del segundo tiempo logró el merecido empate, por un gol en contra de Pedro Fuenzalida. Tan mezquino fue el planteo de Los Cruzados, que el tanto en su propia valla significó un castigo.
El grupo H tendrá una atrapante definición en la última fecha, pero con Central afuera de todo. De Gremio y la UC saldrá el equipo que acompañará a octavos a Libertad, próximo rival del Canaya. El conjunto ahora dirigido por Diego Cocca arrancó su andar en este certamen bajo la dirección técnica de Paulo Ferrari, que agarró el mando del plantel ya en crisis.
