Cristina Kirchner generó el hecho político más importante del año, concitando la atención de todo un país que no cree que el resto de la clase dirigente pueda elaborar una salida a la tragedia social generada por el macrismo.
Por diversas circunstancias, la expectativa creada en torno de la presentación del fenómeno editorial en que se transformó su libro fue elevadísima, al punto que todos los medios de comunicación, en especial la televisión abierta y por cable, tuvo clavada la emisión en la Sociedad Rural, donde se desarrolla la Feria Internacional del Libro.
En un marco multitudinario, la ex Presidenta presentó su libro “Sinceramente”. Se refirió a la crisis, e instó a generar “un contrato social de ciudadanía responsable”, en claro contraste con el “consenso” que busca Mauricio Macri.
Lejos del convite vacío de contenidos, y del decálogo en cuyo seno se encuentran todas las causas del desastre socioeconómico que atraviesa a la Argentina, CFK definió su propuesta con espesor político: “Es necesario un contrato social de ciudadanía responsable. Involucra a todos: un empresario, un dirigente sindical, un intelectual, un operario, un cooperativista y el que tienen un plan de trabajo. Que el compromiso sea de todos”.
Pese a lo que algunos analista se apuraron a expresar, la ex mandataria encaró definiciones políticas, sólo que en la clave que el entorno permitía. Quien esperaba arengas o incluso un lanzamiento de candidatura presidencial deberá esperar otro ámbito que el de la Sala Jorge Luis Borges, nada menos que en el predio de la Sociedad Rural, y presentando un libro.
Con sutileza, le bajó el precio al chabacano convite que Macri dejó en manos de Rogelio Frigerio, que convocó por whatsapp a cuatro dirigentes medianamente cercanos, que sin embargo se dieron el lujo de rechazar la invitación.
La senadora fustigó a Cambiemos sin siquiera elevar la voz: “En épocas de grandes discursos de unidad, de grandes acuerdos entre sectores políticos, sociales, empresariales, sindicales nadie puede estar en desacuerdo con estos enunciados. Pero va a ser necesario algo más que eso, va a ser necesario un contrato social de todos los argentinos con metas verificables, cuantificables y exigibles”.
Va a ser necesario algo más que mentir y esperar que encima el mentiroso sea premiado, sería una forma de interpretar el mensaje que CFK envía a los estrategas de la no política.
Hubo momentos emotivos, el recuerdo siempre presente de Néstor Kirchner, la revelación de que eligió lanzar el libro un 9 de mayo porque en esa fecha ambos contrajeron enlace. Una Cristina clásica, que tal vez también dio pistas de estar pensando más allá de octubre.
Cristina no deja de volver, todo el tiempo. Y lo hace confrontando el modelo de destrucción de la economía real que ejecuta el macrismo, al sentenciar que “no hay posibilidades en este mundo tan difícil que hoy tenemos de generar crecimiento económico sin un mercado interno fuerte”.
Y muestra que está hablando como una estadista cuando apela al momento económico que atraviesa la primera potencia mundial: “Miren lo que está pasando en EEUU, tiene el índice de desempleo más bajo en 50 años, la economía vuela y según lo que nos decían a nosotros deberían subir las tasas de interés para enfriar la economía, como nos decían a nosotros. Precisamente hacen lo contrario, las bajan, algunos se dieron cuenta de que tenían que volver a generar trabajo industrial para volver a generar riqueza”.
El remate no se hizo esperar, y quien la oyó sin saber qué pasó desde 2015 a la fecha podría pensar que hablaba como presidenta: “Sería bueno que algunos de los viajan tanto para allá, que escuchan tanto lo que les dicen allá, que les gusta elogiar lo que pasa allá, que imiten acá lo que hacen allá”.
Y en otro tramo de su ponencia le dio un buen sacudón a la proverbial pose ahistórica del neoliberalismo: “Nos quieren presentar la realidad o la historia como hechos inconexos, como si ninguno tuviera que ver con el otro, como si las cosas sucedieran casi como una tormenta”.
Más allá de lo que depare el futuro inmediato en derredor de su postulación a un nuevo período presidencial, hay una hecho insoslayable y es que en la Argentina actual no es posible concebir la política sin Cristina Fernández de Kirchner. Y acaso sea ése el motivo por el cual algunos necesitan deshacerse de ella.