La Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtió sobre los efectos catastróficos del cambio climático. Están relacionados con las formas vigentes de consumo, producción y desigualdad. Con el capitalismo, en resumen.

La investigación titulada “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial 6” se presentó en marzo en Kenia, y contiene un alerta sobre el futuro del planeta. Según el informe, el mundo se dirige hacia un colapso no solo climático, sino también sanitario y social. Fue elaborado por la Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

A la hora de plantear las posibles soluciones, que en el marco del actual sistema capitalista de producción no son posibles, se mencionan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (que provocan el cambio climático), disminuir los niveles de consumo, proteger el agua y la biodiversidad.

Son algunas de las conclusiones que publicó en su informe “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial”. La ONU afirma que, de no producirse cambios drásticos y urgentes, habrá consecuencias devastadoras. “Estamos causando el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. No habrá mañana para muchas personas, a menos que nos detengamos”,

afirmó Joyce Msuya, directora ejecutiva de ONU Medio Ambiente. El informe señala que nueve millones de personas mueren cada año por la contaminación del aire y el agua: desde 1970 desapareció el 40 por ciento de los humedales y se redujo un 60 por ciento la población mundial de vertebrados.

Desde 1880 la temperatura mundial aumentó entre 0,8 y 1,2 grados centígrados. Y, en la última década, se produjeron ocho de los diez años más cálidos de la historia. Advierte que la temperatura del Ártico aumentará entre 3 y 5 grados centígrados para 2050, situación que “devastará” la región y elevará el nivel de los océanos en todo el mundo. Las tierras en peligro de degradación abarcan el 29 por ciento de las tierras del mundo, donde habitan 3.200 millones de personas. Uno de los lemas del informe, de 745 páginas, es “planeta sano, personas sanas”.

La investigación indica a que 2.300 millones de personas (uno de cada tres habitantes del mundo) no tienen acceso a servicios de saneamiento adecuados. Cada año mueren 1,4 millones de personas por enfermedades prevenibles (como diarrea) asociadas al agua potable contaminada.

“Las actividades antropógenas (humanas) han degradado los ecosistemas de la Tierra y socavado los cimientos ecológicos de la sociedad”, señala el informe, que aclara que es necesario “adoptar medidas urgentes a una escala sin precedentes para detener y revertir esa situación y proteger así la salud humana y ambiental”.

Algunas de las medidas esenciales son reducir la degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del aire, la tierra y las aguas; mejorar la gestión del agua, mitigar el cambio climático y reducir la quema de combustibles fósiles.

El cambio climático es producto del aumento de la temperatura por la acción humana e implica cambios drásticos en el ambiente (inundaciones, sequías, derretimiento de glaciares).

La causa principal es la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (CO2). La quema de combustibles fósiles (gas, petróleo, carbón) está entre los principales causantes. El informe de la ONU hace eje en el cambio climático, pero no apunta a los responsables. Es que las grandes potencias económicas son las principales culpables: el 76 por ciento de las emisiones provienen de los países del G20, encabezados por China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia, Japón y Alemania.

El informe recuerda que el cambio climático tiene efectos directos y profundos en la economía y la sociedad, “pone en peligro los medios de subsistencia, agudiza la pobreza, la migración y afecta particularmente a las poblaciones en situación de vulnerabilidad”.

“Los patrones actuales de consumo, producción y desigualdad no son sostenibles”, señala el informe.

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