Yo no sé, no. Pedro se acordaba cuando los domingos lo llevaban para el barrio Azcuenaga, o República. Para él, era el final de Echesortu, el barrio de los abuelos. Al llegar a Rioja entre Pascual Rosas y Gutemberg, veía ese campito en forma de triángulo, como una porción de pizza se lo imaginaba. Más sobre el mediodía, con ese aroma a salsa dulzona que invadía el ambiente. Seguro que ya estarán los ñoquis y su salsita con extracto de tomate, pensaba.

A la tarde, cuando le entraban al fulbito, había que estar muy concentrado por la forma de la canchita. Pedro le decía al resto del equipo que había que estar concentrados como el extracto de tomates, porque en un triángulo a veces avanzamos ancho y a nuestras espaldas la cosa se achica, y viceversa. Los pibes lo cargaban y antes de cada partido le preguntaban ¿hoy del tomate jugamos bien extracto? Pero cuando se ganaba, él les decía: Vamos a estar dulces toda la semana.

Años después, una noche hablando con los compañeros de la militancia sobre la pirámide del poder, que para algunos parecía injusta, y más la de la sociedad, él pensaba en aquel campito que, estando horizontal la cosa, había más posibilidades de combatir la injusticia. Eso sí, había que estar super concentrado. Él presentía que de irnos bien, iba a ser como una cuña introducida al poder económico para acelerar los cambios.

Mirá, me dice Pedro, ahora que estos que gobiernan nos llaman a un gran acuerdo, hay que estar super concentrado porque si quieren consolidar esa pirámide injusta, donde los de abajo sigamos haciendo el mayor esfuerzo ¡hay que decir no! La cosa estaría buena si los hacemos jugar en un triángulo, a veces con un sólo delantero o delantera, y todos atrás, aguantando. Y también al revés, todos al frente y a lo último uno o una sola, e ir cambiando la táctica. Si nos unimos y estamos concentrados, ¡qué salsa le daríamos al sistema! Esto me lo dice concentrado en el extracto de Lotería del jueves, donde a la cabeza de la Provincia sale el 1919, el año en que nació evita, y en la Nacional el 970, justo esa tarde que Cristina habló de los 70. Casi, casi, me dice. Será una señal de que se viene un estofado para todos, con salsita dulce.

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