Sin Ministerio de Salud de la Nación, activistas del VIH señalaron su estado de alerta por dificultades a la hora de conseguir medicamentos en todo el país, Rosario incluido. “Denunciamos públicamente para incomodar y avisar que estamos acá”, expresaron a este medio.

Ángelo tiene 30 años y desde hace 6 toma todos los días un esquema de medicamentos que le reduce la carga viral de VIH en su cuerpo hasta que el virus se vuelva indetecable. Para Ángelo, la rutina no es nada fácil. Sabe que los medicamentos le hacen bien por un lado (porque, en concreto, son los que lo mantienen con vida) pero que también son una bomba de efectos secundarios. Sin embargo, lo hace. Todos los meses manda la receta médica a la obra social, ellos le avisan cuándo tiene que buscar el esquema por la farmacia y luego, una pastilla cada día. Este mes, sin embargo, su rutina se vio interrumpida. Y al cierre de esta edición, lleva más de quince días sin su esquema. Los rumores sobre las dificultades al acceso de medicamentos para VIH tienen en vilo a toda la comunidad, desde que el gobierno nacional decidió eliminar el Ministerio de Salud y reducir como consecuencia su presupuesto. En Rosario, activistas seropositivas se pusieron en alerta por la frecuencia que están tomando los casos de interrupción de esquemas por faltantes. 

La droga que le falta al esquema de Ángelo se llama Virontal N y le advirtieron al joven desde la ciudad de Buenos Aires que la droguería que la mandaba a Rosario ya no la fabrica más. A fuerza de presión militante, logró tener una respuesta y todo indica que este viernes se solucionaría su problema a través de otra droguería. Al cierre de esta edición, aún no había novedades. El caso de Ángelo no es el único. La semana pasada, el grupo de activistas del VIH Mesa Positiva denunció públicamente que una compañera suya había tenido faltante de un medicamento, el Darunavir. “Ella fue a su infectóloga y le dijo que había faltante de Darunavir porque había ingresado sólo el 50 por ciento de la compra, entonces se estaba reduciendo la entrega para no quedarse sin stock”, le explicó a este medio Cristian Alberti, uno de los activistas. Y agregó que desde el gobierno provincial les informaron que esta semana ingresaría el 50 por ciento de la compra restante. “Pero hasta no saber que lo entregaron no vamos a estar tranquilos, porque interrumpir la adherencia es un problema y sea cual sea la excusa no deja de ser una problemática”, agregó Alberti. 

 “Cuando nuestra compañera nos avisó, enseguida lo denunciamos públicamente, de manera de incomodar y avisar que estamos acá y alertas ante cualquier faltante”. En pocos días, la Mesa Positiva recibió información de dos situaciones y decidieron que tome estado público, teniendo en cuenta que la situación se está “tornando más grave y general”. En ese sentido, Camila Arce, también activista de Mesa Positiva, remarcó: “A nosotras nos movilizó porque no sabemos si otras personas fueron a la farmacia y se encontraron con eso. Eso no debería pasar, tampoco que nos den los esquemas fraccionados (es decir, dos o tres veces por mes en vez de una). Lo que sucedió en Rosario ya había pasado en otros lugares de la provincia, como en el hospital Cullen de la capital provincial. La realidad es que las faltantes se solucionaron siempre enseguida, pero la situación de no tener medicación en el momento te hace preguntarte qué está pasando. Hay algo que no está bien”.

El caso de Ángelo, de una compañera más, se suma a la información que las activistas van tejiendo y reuniendo entre redes de todas las ciudad y provincias. Lo cierto es que de todo el país llegan mensajes de que ya no es tan fácil acceder a un derecho como es el esquema de medicamentos antirretrovirales. Muchas personas que conviven con el virus tienen que movilizarse todos los meses, o cada diez días, a grandes ciudades de otras provincias en busca de las drogas. Y no siempre están. 

“La situación es de mucho temor. Se supo instalar la idea de la muerte y el VIH está muy asociado a eso. Y si bien sabemos que sin la medicación nos morimos, es un tiempo extremadamente largo el que pasa entre que dejás la medicación y el cuerpo empieza a fallarte. Esta situación social, sin embargo, genera que el sujeto empiece a tener miedo y a pensar en la muerte como único destino posible. Es una angustia tremenda. Lo que remarcamos es que no queremos paranoia, pero sí alerta. Una persona sin medicación es una responsabilidad social y una responsabilidad de política de Estado. Por eso salimos a denunciarlo”, consideró Alberti.

Para Camila Arce, es fundamental movilizarse y hablar de estas cosas: “La medicación es política. Y mientras insistimos en la cura, tenemos que militar los precios, saber qué es y de dónde viene eso que tomamos todos los días. Por eso nos parece interesante remarcar que no hay urgencia, pero sí estamos en una crisis y todo puede estar peor”. 

Políticas públicas se buscan

Se estima que en la provincia de Santa Fe, unas ocho mil personas ya tienen su diagnóstico y conviven con VIH. De ese total, son unas 5.500 las que reciben su tratamiento a través de los medicamentos que envía Nación. IAPOS tiene alrededor de 900 personas en tratamiento, 500 la obra social de Empleados de Comercio y el resto se divide en otras obras sociales. También se estima que de mil a dos mil personas son portadores y no lo saben. La prevalencia más alta de edad de personas con el virus está entre los 30 y 40 años. Los números indicadores de mortalidad disminuyen en Rosario y están estables en el resto de la provincia, con tendencia a decrecer también. Las muertes asociadas a Sida en la provincia, son de alrededor de 80 anuales. Y en Rosario, unas 30 en el último año.

En Argentina, el esquema retroviral para personas seropositivas tiene que estar garantizado por el Estado desde que se sancionó la Ley Nacional de Sida, en 1990. La conquista de la nueva medicación y la reducción de las muertes llevó a que el debate respecto al virus comience a reducirse al ámbito de lo privado, entre el médico y el paciente. “Para nosotros, sin embargo, vivir con VIH es una situación política, porque el discurso sobre el virus es el de una política de normalización de la sexualidad y porque para vivir con VIH son necesarias políticas públicas que garanticen el acceso a la medicación de todas las personas”, explicó Cristian.

La llegada de Mauricio Macri al gobierno nacional implicó no sólo la faltante de medicación, sino un retroceso en las políticas que hacen a las condiciones de cuidado de la sexualidad y la reproducción. Es decir, que hubo incluso faltantes de preservativos para repartir gratuitamente. “Las políticas neoliberales hacen eso. Los derechos ya no existen aunque estén garantizados por Ley. Es un sálvese quien pueda, es meritocracia”, analizó Alberti. Y continuó: “En la cuestión del VIH en particular, siempre aparece el algo habrán hecho así que ahora jódanse, y sobre todo lo vemos en quienes tenemos identidades no heterosexuales y hacemos activismo por ahí. Es como que somos unos perversos y este es el castigo”. 

“Esto viene desde mucho antes de que el Ministerio de Salud se transformara en Secretaría el año pasado”, sumó Camila Arce. “Ya habían empezado a haber problemas en la licitación de la compra de medicamentos en 2015, justo cuando Macri terminó de asumir. El primer obstáculo fue que íbamos a la farmacia y nos daban la medicación fraccionada, cada 10 o 15 días, y eso nos dificultaba la adherencia y toma diaria”. Desde ese momento, activistas de todo el país comenzaron a movilizarse. 

La Dirección Nacional de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) sufrió en estos cuatro años de Cambiemos tres giros en su dirección. Con la desaparición del Ministerio, renunció el director de turno, el infectólogo Sergio Maulen, y los trabajadores y trabajadoras de la dirección advirtieron que el recorte del presupuesto iba a dejar a 15 mil personas sin su medicación. “Nosotras fuimos a reunirnos y a pedir respuestas al Ministerio de Salud de Santa Fe, y vimos que nuestra realidad es distinta al resto del país. Toda faltante se solucionó siempre, enseguida. La pregunta es: ¿y el resto? Hoy militamos la cura, pero todavía tenemos que decir que por favor no nos saquen los medicamentos”. 

Para Camila Arce, la falta de un Ministerio de Salud en la Nación se siente en todos los niveles: desde lo material hasta lo simbólico. ¿A dónde te vas a manifestar? ¿A quién le mandas tu queja? “Y además se siente porque quienes empezamos con el activismo hace bastante años, pudimos ver otras cosas. Activábamos desde otro lugar, en todos los niveles, y ahora no se sientan con nosotras a hablar de nada. No hay comunicación ni planificación estratégica”. 

“No tiene que ver con una situación de ajuste”

Desde el Ministerio de Salud de la provincia, cada vez que se registró faltante –por problemas administrativos o lo que sea– se llevó tranquilidad a la población y se garantizó el acceso al medicamento. Damián Lavarello, el director del programa municipal sobre Sida, se manifestó, en diálogo con el eslabón, en el mismo sentido, y negó que cualquier problemática que se presente tenga que ver con una situación “de ajuste”, sino que lo ligó a cuestiones administrativas. Y remarcó: “Ninguna provincia de Argentina está comprando de manera regular drogas. Santa Fe sí tiene previstos los mecanismos en caso de que haya alguna falta a nivel nacional. En ocasiones se ha comprado alguna droga que no había en cantidad, pero si llega a haber una faltante importante, se haría la inversión desde la provincia”.

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