La ola polar que pasó por la ciudad –y que promete regresar con algo menos de intensidad en la semana– provocó la muerte de un hombre sin techo en la plaza ubicada frente a la Terminal de Ómnibus y desnudó en su más grave versión las consecuencias sociales de las políticas de ajuste sin redes de contención. La friolera de frío también obligó al municipio a abrir un segundo refugio para personas en situación de calle, cuya demanda trepó en proporción inversa al descenso de la temperatura. Y las organizaciones civiles destinadas a la acción solidaria aportaron lo suyo para mitigar los efectos más gravosos del invierno.    

En medio de la crisis, durante la semana de temperaturas infrecuentemente bajas, el municipio acudió a las instalaciones del club Nueva Aurora (Riobamba 2970) para sumar 50 plazas al refugio Hogar de Mayores, de Grandoli 3460, que desde hace unos años alberga a personas en situación de calle durante las noches. Algo similar a lo que, en la ciudad de Buenos Aires, puso en marcha River Plate.

Finalmente, el miércoles la intendenta Mónica Fein habilitó un nuevo refugio en el Polideportivo 9 de Julio (Dorrego y Deán Funes), que abre sus puertas a las 20 y es de carácter mixto.

El refugio ofrece a las personas en situación de calle una infusión caliente y una cena, cama para dormir y el desayuno a la mañana siguiente.

Lo mismo que el de Grandoli 3460, también administrado por el municipio, que cuenta con 60 plazas pero exclusivamente para varones. La semana pasada amplió su capacidad hasta 67 lugares, según informó la Intendencia.

Allí se reciben varones de 18 a 60 años y, según la información oficial, la mayoría de los moradores tienen entre 40 y 50 años.

Dentro del operativo se brindan actividades recreativas que consisten en talleres nocturnos de teatro y música, además de clases de un profesor de educación física que crea espacios de movimiento y prácticas de meditación, junto a conversatorios sobre temas de interés como consumos problemáticos, explicaron desde el municipio.

Paralelamente, en Marconi 2040 (en las inmediaciones de Matienzo e Ituzaingó) funciona el refugio Sol de Noche, nacido de la solidaridad de un grupo de voluntarios en 2007.

Tiene capacidad para 60 plazas y abre todas las noches a las 19.30 hasta las 7 de la mañana del día siguiente, ofreciendo a quienes asisten merienda y cena. “Todas las noches las personas tienen un tiempo para el aseo personal y se les provee de los elementos de higiene”, señalaron desde Sol de Noche. “Por la mañana –agregaron– se les sirve el desayuno y posteriormente se retiran ya que el refugio cierra sus puertas”.

Además de los refugios, el operativo de invierno cuenta con intervenciones urbanas en todos los distritos para asistir con bebidas calientes, comidas y abrigo a quienes están en situación de calle. Tarea de la que participan, desde hace años, los ex Combatientes de Malvinas rosarinos.

Además, varias organizaciones civiles y políticas realizaron colectas solidarias de abrigos y alimentos para asistir a los excluidos.

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