En paralelo a la del Mercosur, signada por la hegemonía neoliberal que desde hace un par de años gobierna la región, el pasado martes se realizó en la sede de la Federación de Sindicatos Municipales (Festram), ubicada también en la capital provincial, la Cumbre de los Pueblos. Allí, representantes de organizaciones sociales, gremiales, políticas y derechos humanos debatieron la agenda de los excluidos del encuentro encabezado por los presidentes de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. 

La convocatoria partió del movimiento obrero organizado y contó con diversos paneles e instancias de discusión sobre ejes como “Trabajo, Producción e Integración Regional” (con Héctor Amichetti, Sonia Alesso, Bruno Capra y Esteban Castro); “Geopolítica y Soberanía Regional” (con Nicolás Canosa, María Alarcón, Manuel Valenti Randi y Cecilia Brito); o “Realidad y Desafíos de Argentina en la Región” (con Héctor Amichetti, Roberto Baradel, Jorge Hoffmann y Jorge Taiana).

Tras la intensa jornada, se elaboró un documento cuyo título “Unidos somos inconquistables. Por un Mercosur solidario y participativo” fue la contracara de las definiciones que se conocerían horas más tarde en el foro oficial (ver páginas 2,3 y 4).  

“Las organizaciones y movimientos sociales nos encontramos hoy en la ciudad de Santa Fe con un contexto internacional y regional enormemente complejo”, comienza el texto. Y continúa: “La disputa entre Estados Unidos y China por quien lleva la delantera en la innovación científico-tecnológica (causa de las tensiones comerciales entre ambos países), el estancamiento económico a nivel global, la caída de los salarios en los países desarrollados, el endeudamiento a magnitudes impagables de los países centrales, el deterioro del “Estado de bienestar” europeo, son sólo algunas de las características actuales del orden geopolítico mundial, donde la especulación financiera y la deuda externa aparecen como elementos constitutivos de este capitalismo salvaje que buscan imponer. La multipolaridad surge allí como un desafío, frente a este diagnóstico de la situación en el mundo”.

En el documento se denuncia que en América Latina “Estados Unidos instrumenta un plan para impulsar, no sólo, el libre comercio en toda la región, sino también para desestabilizar y condicionar el surgimiento de los gobiernos nacionales y populares”. “Para ello, muestra su poderío militar pero a su vez, cuenta con gran parte del Poder Judicial y de las Grandes Corporaciones de medios para cumplir sus objetivos”, añade, para luego destacar: “El caso de Lula en Brasil, la persecución a Rafael Correa, o a Cristina Kirchner, son repetidas demostraciones de esta política imperial. Es estratégica su intencionalidad de avanzar sobre los recursos naturales, en el continente, los mares y la propia Antártida”.

“El recrudecimiento de las medidas que sustentan el bloqueo a Cuba, el aislamiento al que se intenta llevar al Gobierno Venezolano siempre bajo la amenaza de una invasión, o el sostenimiento de las medidas de eliminación de militantes políticos, sociales, y campesinos en Colombia o en Centroamérica, transmiten la imagen nítida de una acción planificada, que está mucho más allá de quien se hospeda en la Casa Blanca”, remarca el texto elaborado en La Cumbre de los Pueblos. Las organizaciones, revalorizaron en ese contexto “las actitudes, gestos y encíclicas del Papa Francisco (Encíclica Laudato Si, entre otros documentos) dirigidas a visibilizar las luchas y derechos de los movimientos sociales y de los pueblos en general”.

También fustigaron el Pre Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. “Fue negociado sin contemplar las asimetrías entre los bloques y los impactos sobre los sectores productivos, de trabajadores y empresarios mercosureanos”, se indicó. “La letra chica, sólo conocida por filtraciones y por un documento de la Unión Europea, evidencia los riesgos, en múltiples ámbitos, en caso de aprobarse por los Congresos nacionales y ratificado por los Presidentes de cada Estado”, agregaron.

Las organizaciones propusieron en su documento no sólo de denunciar la actual situación, sino impulsar “resistencias y articulaciones al interior de cada nación –como hemos venido a realizar aquí–, sentando las bases para avanzar en una coordinación a nivel regional que nos exige replantearnos metodologías, contenidos, discursos y formas organizativas”. Además, y entre otras cosas, se pidió por la libertad a Milagro Sala y todos los presos y presas políticos; y la salida al mar para Bolivia.

 

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