Los aumentos en los precios de los combustibles no sólo impactaron en las ventas de nafta Premium, que cayeron cerca de 25 por ciento interanual en el primer semestre del año, sino también en las finanzas de las estaciones de servicio, cuya rentabilidad cayó “significativamente” en el mismo período.
“La diferencia de rentabilidad entre la venta de productos Premium con respecto a los comunes ronda el 2 por ciento. Hay que calcular que los estacioneros tenemos un promedio de margen de rentabilidad del 12 por ciento en nuestros productos. Por lo que es una cifra considerable con relación a nuestros ingresos”, explicó el secretario de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra), Hernán Landgrebe.
Los ajustes en los combustibles provocaron un cambio de hábito de los consumidores: según la Secretaría de Energía de la Nación, durante el primer semestre de este año las ventas de nafta Premium cayeron un 24,4 por ciento interanual, pero las Súper crecieron 5,76 por ciento en el mismo período.
Por su parte, el consumo de diesel grado 3 cayó un 7,85 por ciento, pero el del gasoil aumentó un 7,83 por ciento interanual, según publicó este miércoles el sitio especializado Surtidores.
Para Landgrebe, “si a esa migración del Premium a productos comunes se le suman cargos como el 1,25 por ciento en los pagos con tarjeta de crédito, más Ingresos Brutos –entre otras cosas– todo genera un impacto significativo en nuestra rentabilidad”.
Según el dirigente, “hay mucha gente que directamente guarda el auto. Son muy pocos los que hoy llegan a la estación de servicio y te piden llenar el tanque”. Además, puntualizó que la demanda “empezó a desplomarse en agosto del año pasado. Esperemos que este segundo semestre no sea tan duro y los números se mantengan de acuerdo con el mismo período del año pasado”.
