Un fiscal pidió elevar a juicio la causa por narcotráfico al empresario Luis Paz, cuyo hijo asesinado –y sospechado del mismo delito– fue cuñado del Pájaro Cantero. Escuchas sobre “merca podrida” y una fortuna que no se condice con sus ingresos.

El fiscal federal Nº2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, pidió la elevación a juicio de la causa en la que investiga a “El Jefe” o “El Señor de los Cielos”, Luis Alberto Paz, como organizador y financista de narcotráfico y lavado de activos de origen ilícito. El texto judicial recuerda el conflicto entre Paz y Los Monos –a quien el primero acusó por el asesinato de su hijo Martín, alias “El Fantasma”–; reproduce escuchas telefónicas que dan cuenta del rol organizador del acusado; las peleas por “mercadería vencida” y droga “toda podrida” que habría entregado a revendedores, y enumera el patrimonio reunido por Paz entre 2012 y 2018, cuando fue detenido, para concluir que “no encuentra correlación con sus ingresos de origen lícito”.

Afortunado

Paz fue detenido el 10 de diciembre del año pasado, junto a otras cinco personas, y acusado de financiar y organizar el comercio de drogas ilícitas. Productor porcino en sus orígenes, promotor pugilístico por afición, el hombre de 69 años amasó una fortuna en los últimos años.

Según voceros del Ministerio de Seguridad y fuentes judiciales, la fortuna de Paz se había originado en el tráfico de estupefacientes que el ex “chanchero” disimulaba a través de una serie de sociedades y actividades lícitas.

A fines del año pasado el juez federal santafesino, Francisco Miño, lo procesó por narcotráfico y lavado de activos. En la misma resolución el magistrado procesó por tráfico al arquitecto santafesino Andrés Fernando Canteli –mano derecha de Paz–, a Hugo Omar Díaz, Alejandra Urunde, Claudia López y Carlos Suárez como integrantes de una asociación con fines apartados de la ley.

Ahora, el fiscal Rodríguez pidió elevar a juicio oral esa causa, para que Paz y su gente sean juzgados bajo el debido proceso.

“Le atribuyo a Luis Alberto Paz haber organizado actividades ilícitas vinculadas al narcotráfico interjurisdiccional, con esporádicos aportes de financiamiento, encabezando una estructura jerárquica caracterizada por la división de funciones y alternancia de algunos de sus miembros ejecutores, desde tiempo relativamente indeterminado pero con punto de partida ubicado en el año 2012 y cuya duración se prolongó hasta el 10 de diciembre de 2018, fecha en la que se produjo su detención”, escribió Rodríguez.

Además, lo acusa de lavado de activos originados en recursos de la venta ilegal de estupefacientes. Tal cosa, dice el fiscal, lo habría conseguido “mediante operaciones de compraventa –y en ciertos casos disimulación de la verdadera propiedad– respecto de los inmuebles y vehículos” cuya propiedad se le atribuye en forma directa o a través de testaferros.

En cambio, a Canteli, Díaz, Urunde, Suárez y López los acusa por tráfico de drogas “en la modalidad de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.

Arranque

El fiscal data el presunto inicio de la actividad delictiva que le achaca a Paz en 2012. El 8 de septiembre de ese año un sicario mató de varios disparos a su hijo Martín, alias “Fantasma”. El crimen ocurrió en 27 de Febrero cuando el joven conducía su cupé “marca BMW Z4 color blanco, dominio LQN 244 (que había retirado de la concesionaria el día anterior)”.

El Fantasma iba en el auto con su pareja y su pequeña hija, que no fueron alcanzados por las municiones que disparó un tipo que se detuvo en moto al lado de la flamante cupé. La investigación del homicidio –que nunca se esclareció– derivó en la causa provincial a los principales miembros de la familia Cantero, líderes de la narcobanda Los Monos, que terminaron condenados.

El fiscal Rodríguez recuerda ahora que Mercedes Paz, otra hija de Luis y hermana del malogrado Fantasma, mantenía un vínculo amoroso con uno de los líderes de Los Monos, Claudio Pájaro Cantero, asesinado casi un año después, el 26 de mayo de 2013.

“No es posible descartar que tales episodios hayan obedecido a disputas relativas al control territorial del mercado ilegal de drogas”, señaló el fiscal.

En su requerimiento, también señala que como consecuencia de la disputa con los Cantero, Paz decidió dejar su ciudad, Rosario, para establecerse en la capital provincial, Santa Fe.

Agrega que de acuerdo a la investigación, “Paz ordenaba principalmente la ejecución de actos desde su lugar de residencia en esta ciudad de Santa Fe”. Allí adquirió una propiedad en el country Los Molinos.

Caso autopista

Uno de los casos que se le imputan es denominado “caso autopista”. Ocurrió el 4 de septiembre de 2018 y “consistió en una operación (…)con el objetivo de trasladar sustancias estupefacientes desde la ciudad de Santa Fe con destino a la ciudad de Rosario”.

Las escuchas muestran que la operación contó con tres vehículos: “El primero de ellos conducido por Paz, cuya función auto asignada fue la generación de alertas en favor de los ocupantes del automotor que trasladaba droga, con el objetivo de superar eventuales riesgos u obstáculos emergentes de controles vehiculares o presencia policial”.

En el segundo iba Canteli “cumpliendo una función de enlace comunicacional y operativo entre Paz y el resto de los intervinientes en la maniobra”, sostuvo el fiscal.

El traslado terminó en una casa de Derqui 7743 de Rosario donde residía Lautaro Reynoso, hijo de Graciela Franco, nueva pareja de Paz luego de separarse de la madre de sus hijos.

Otro hecho asignado a la banda se produjo el 11 de diciembre pasado, un día después de que todos fueran detenidos. Según Rodríguez, ese día se secuestró una camioneta en calle Antonia Godoy 4555 de Santa Fe –domicilio del arquitecto Canteli– con 146 kilos de marihuana “cuyo poder de disposición se atribuyó a Luis Alberto Paz y Andrés Fernando Canteli en el contexto organizacional que aquí se sostiene”. El proveedor, creen los investigadores, era un tal Germán Exequiel Velázquez que trajo el cannabis de Paraguay, de acuerdo a la ubicación de su celular. Aún está prófugo.

Merca podrida

Las escuchas del “caso autopista” revelan la participación de Paz como intermediario en el pase de marihuana. Velázquez es el proveedor y Hugo Díaz el destinatario. Pero algo no salió bien. La calidad del “faso” no satisfacía las expectativas del comprador, que había puesto “ciento cincuenta lucas”.

“Hay un problemita ¿eh? te voy avisando no es problema de nada, hay papeles, los papeles, hay unos papeles que no sirven y necesito hablar con vos personalmente”, dice un inquieto Díaz.

A las 21.03 de ese mismo día ,el 4 de septiembre, Díaz volvió a llamar a Paz para encontrarse y a las “21.35 se activó una llamada saliente –presumiblemente por error ya que no se produce comunicación–, no obstante lo cual es posible escuchar el sonido ambiente, identificándose una conversación acalorada entre Paz y Díaz”, señala el documento judicial.

-Está toda podrida-, se quejó Díaz.

-El kilombo que voy a tener yo hermano…. después de diez días me decís esto-, retruca El Señor de los Cielos, como le decían a Paz, el mismo apodo que Amado Carrillo Fuentes, quien fuera líder del cartel de Juárez, en México.

-Decile que mañana vengan que vamos a revisar la mercadería a mi casa, la saco la (…) la revisamos, porque yo no quiero quedar mal con nadie-, sigue Díaz.

-Pero fijate vos que sea la mercadería esa, porque mirá que la conocen…saben-, desconfía Paz, de acuerdo a las escuchas.

A Díaz no le cae bien: “Escuchame una cosa, están todos los paquetes Luis como me los dieron. No me vengás a decir esa gilada porque yo no soy un (…)”.

Luego sigue: “Tenés todo el derecho de desconfiar, pero ¿un paquete de merca podrida? ¡Es así Luis, es así Luis! Yo no te voy a vender una mercadería que no me sirve loco!”

Díaz le dice que pase a ver la mercadería, pero Paz se rehúsa: “No, no, yo no entiendo una mierda”, dice.

En el requerimiento se analiza también una comunicación mantenida entre “Díaz y Cyntia Amarillo, en la que el primero comenta –ofuscado– que El Viejo –en referencia a Paz– le entregó droga en mal estado –emplea el término vencida– por lo cual tendría que venderla a mitad de precio”.

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