Decenas de organizaciones sindicales, políticas y sociales participaron de un multitudinario acto contra el desalojo de La Toma, establecimiento que desde hace ya 18 años se encuentra en manos de sus trabajadores. La movida tuvo lugar este viernes dentro de ex supermercado.

En el acto, se realizó una suerte de asamblea popular en la que se aprobó un plan de lucha que el presidente de la cooperativa que gestiona el sitio, Carlos Ghioldi, resumió en tres ejes:

«El primero de los puntos es profundizar la utilización social y solidaria del lugar poniéndolo a disposición de la nuevas autoridades nacionales en la lucha contra el hambre», planteó Ghioldi.

En segundo lugar, la idea consiste en «movilizar hasta tribunales a legisladores y referentes de organizaciones para presentar todos los pronunciamientos que rechazan la ejecución del deslojo y recomiendan la compra de la hipoteca por parte del Estado». «Esta propuesta de resolución del conflicto se ajusta a 18 años de solidaridad social expresada por los trabajadores. Es una propuesta que se ajusta al impulso de políticas públicas de inclusión social que el Estado lleva adelante en el lugar», agregó el dirigente.

«Por último –explicó Ghioldi–, esta propuesta es acorde a que el Estado fue el principal estafado en la fraudulenta quiebra de esta empresa en el 2001. Mientras esté en manos de sus trabajadores La Toma será la casa de todos aquellos que luchan por un mundo más justo».

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