El presidente boliviano depuesto aceptó no presentarse como candidato en una salida electoral a la crisis, y tomó la iniciativa política desde el hotel porteño Bauen, pero no sin complejidades, tironeado por distintos frente internos. Los que pujan como posibles herederos de su legado. La fragmentación política de la derecha.

Desde el exilio argentino, el desplazado presidente de Bolivia Evo Morales y los dirigentes de su fuerza política, el Movimiento al Socialismo (MAS), apuestan a que se concrete el llamado a elecciones a mediados de año como salida a la crisis política del vecino país. Ya aceptaron que Morales no se presente a la puja y si bien aún no hay acuerdo sobre quién será el candidato –las tensiones internas están a la orden del día– se barajan cuatro nombres de importantes referentes de la gestión para continuar su legado (más abajo en detalle). Ellos son: el ex canciller, David Choquehuanca; el ex ministro de Economía, Luis Arce Catacora, “uno de los constructores del éxito económico de Bolivia”, como lo califican; el ex ministro de Relaciones Exteriores, Diego Pary; y el dirigente cocalero, Andrónico Rodríguez, un figura joven surgida de la misma organización de la que emergió Morales.

Por el lado de los golpistas, el frente común está resquebrajado por denuncias cruzadas de Luis Fernando Camacho contra su ladero Marco Antonio Pumari, con el que integraba originalmente la fórmula más dura y con el que vienen protagonizando desde principios de diciembre una especie de melodrama o culebrón de engaños, traiciones y reconciliaciones digno de las tardes televisivas. Lo cierto es que así peligran las chances políticas de los ultraderechistas. Y aunque se difundieron algunas encuestas muy positivas para un posible sucesor de la misma fuerza de Morales (cualquiera de ellos que encabece la fórmula), el panorama aún es confuso.

El Hotel Bauen de Buenos Aires –un emblema de las empresas que colapsaron por la crisis de los años 2000 y que fueron recuperadas por sus propios trabajadores reagrupados en cooperativas–, se ha transformado desde la semana pasada en el corazón político desde donde Evo Morales intenta reorganizar una salida política a la gravísima desestabilización democrática que sufre su país.

El líder boliviano mantuvo el pasado domingo 29 de diciembre una prolongada reunión en el Bauen con unos 60 dirigentes de la comunidad boliviana en Argentina y también algunos de los referentes del MAS llegados desde Bolivia, con quienes debatió a puertas cerradas, no sin tensiones, las posibles estrategias para la campaña. 

Anunció que el próximo 19 de enero se realizará un congreso ampliado para elegir al postulante presidencial y dijo que «si el gobierno argentino lo permite» convocará a una concentración con la comunidad boliviana el 22 de enero.

En ese marco, poco días después, junto con el nuevo año, llegó una buena noticia: el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia desestimó los pedidos de cancelación de la personería jurídica del MAS, por lo que la fuerza política de Evo podrá participar legalmente en los comicios. Además, el tribunal adelantó que publicará este lunes 7 de enero el calendario electoral.

De todas maneras, el impacto que se había propuesto Evo Morales para dar inicio a los debates en el Bauen no fue el deseado, ya que el frente interno es complejo ante diferentes visiones de cómo elegir su sucesor. 

Algunos sectores del MAS en Bolivia creen que el candidato no debe ser digitado por la cúpula partidaria sino que debe surgir por consenso de las bases, por lo que se negaron a participar de la reunión en Buenos Aires.

Del lado de los golpistas, tampoco la tienen muy fácil después de una serie de desaguisados. Es que el perfil de uno de los promotores públicos del golpe, Luis Fernando Camacho, ha sido impresentable desde un principio. Desde su aparición con Biblia en mano y carta de renuncia en otra, como antesala de la salida de Morales, su camino es de constantes exabruptos y exposición mediática al estilo Bolsonaro, pero que no le han jugado a su favor, según medios bolivianos como Página Siete.

A principios de diciembre quedó expuesta una “cama” que le habría tendido a su propio ladero y posible compañero de fórmula, Marco Antonio Pumari, al que acusó de intentar pedirle 250 mil dólares a cambio de acompañarlo en el binomio electoral. Pumari, otro acérrimo opositor a Morales, es un licenciado en administración de empresas, hijo de mineros y presidente del Comité Cívico Potosinista. Negó los cargos de Camacho, dijo que la grabación estaba manipulada y como réplica anunciaba que se presentaría él solo como candidato.

Mientras tanto, a pleno escandalete en tono Pimpinela, Camacho era humillado en cámara por la mismísima cadena CNN por haber querido filtrar el audio a uno de sus periodistas estrellas. 

Luego del papelón, vinieron los arrepentimientos y una posible tregua de paz entre ambos fundamentalistas cristianos. 

Para completarla, en el medio, se viralizó un video en el que Camacho ante algunos empresarios se ufana de haber asestado el golpe de Estado a Evo Morales con la ayuda de sus propio padre, el empresario Luis Camacho, sobre quien dijo se hizo cargo de las conversaciones con la fuerzas de seguridad. Cartón lleno y preocupación del frente anti Evo que ve desvanecerse una fórmula dura para competir con cualquiera de los delfines del MAS.

El último día de 2019 ambos líderes antievistas, Camacho y Pumari, hicieron las paces pero incluso para algunos analistas políticos de medios hegemónicos bolivianos, el binomio luce “deslegitimado” y entre otras características, se percibe “oportunismo y fragilidad” en la fórmula.

Ante el panorama, la presidenta “interina” interpuesta por los golpistas, Jeanine Áñez –que afronta un duro revés diplomático por haber expulsado a la embajadora de México y desafiar a diplomáticos españoles mientras sigue la persecución y cacería a funcionarios del gobierno desplazado– propuso celebrar una “cumbre de líderes políticos” para intentar un frente común contra el MAS ante la posible dispersión del voto anti Morales, aún sin Morales. 

Hasta ahora, en el arco opositor a Morales, siguen en carrera para volver a presentarse otros ex candidatos presidenciales derechistas como Carlos Mesa y Chi Hyun Chung, quienes se agregan a Camacho como opciones de derecha en una evidente fragmentación que disminuyen las chances de los sectores conservadores bolivianos. “No queremos que suceda lo del 20 de octubre”, advirtió la propia presidenta «interina» Áñez, asumiendo sin querer la derrota en las últimas elecciones por más de diez puntos, la misma elección que con las denuncias de supuesto fraude y una anuencia de las fuerzas, sirvieron de excusa para presionar la renuncia del presidente, en un golpe de Estado que ya produjo una treintena de muertos, cientos de heridos y denuncias de violaciones a los derechos humanos.

Las encuestas previas marcan de arranque, que están abajo todos los postulantes liberales y de derechas de cualquiera de los posibles herederos de Evo. Pero aún queda mucho camino por recorrer en busca de una salida pacífica y democrática a la crisis boliviana.

Los posibles herederos de Evo Morales

Andrónico Rodríguez

Andrónico Rodríguez Ledesma, es el postulante más joven, tiene 29 años, y es el vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico, organización de la que surgió Evo Morales y de la que sigue siendo parte. Allí conviven paceños, potosinos, de Santa Cruz, de Tarija, quechuas, aymaras, benianos, pandos, guaraníes y yuracarés, entre otras parcialidades. Estudió Ciencia Política en la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba. Siguió los pasos de su papá, productor y líder cocalero del sindicato del Trópico de Cochabamba. En 2017 asumió como secretario de Deportes. El solo hecho de ser mencionado por la prensa como posible postulante lo puso en primer lugar, con el 23 por ciento de las preferencias, por delante del liberal Carlos Mesa, según una encuesta publicada por el diario boliviano Página Siete.

David Choquehuanca

David Choquehuanca Céspedes, nació en Huarina, La Paz, en 1961. Es un dirigente sindical, pachamamista y político aymara. Fue canciller desde 2006 a 2017.​ Los más de diez años en el cargo diplomático le otorgaron reconocimiento a nivel mundial. Desde marzo de 2017 es secretario general de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), la organización promovida por Hugo Chávez y Fidel Castro. Fue dirigente de la Confederación Sindical Única de Campesinos de Bolivia y del Movimiento Campesino Indígena. Su fortaleza es que proviene de un pueblo originario y tiene experiencia en gestión. «Choquehuanca y Arce son los que más chances tienen de ser candidatos», afirmó a la cadena rusa Sputnik el legislador del MAS Edgar Mejía.

Luis Arce

Luis Alberto Arce Catacora, nació en La Paz, en 1963. En 2006 fue nombrado ministro de Hacienda y tres años después, en 2009, asumió el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. Licenciado en Economía por la Universidad Mayor de San Andrés y Master en Ciencias Económicas (MSc in Economics) de la Universidad de Warwick. Algunos analistas de medios de comunicación internacionales consideran a Arce como el principal artífice del resurgimiento económico de Bolivia. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su último informe, estimó que Bolivia es la nación con mayor prospectiva económica de la región, y había ponderado su sistema productivo y confianza de inversión de agentes externos. Entre los logros financieros está la disminución de la inflación a un 4,5 por ciento y reducción de la tasa de desempleo en 4,1 por ciento, la más baja en los últimos años.

Diego Pary

Diego Pary Rodríguez, nació en 1977 en la comunidad quechua Chajnacaya, actual municipio de Caiza «D», de Potosí. Fue el Embajador de Bolivia ante la OEA desde 2011 a 2018 y Embajador Concurrente ante Trinidad y Tobago, Jamaica, Dominicana y Bahamas. Fue Ministro de Relaciones Exteriores desde 2018 a 2019. Es licenciado en pedagogía. Con su formación académica realizó estudios de Experto Universitario en Pueblos Indígenas, Derechos Humanos, Gobernabilidad y Cooperación Internacional. En 2008 asumió la responsabilidad de dirigir el Viceministerio de Educación Superior y creó las tres Universidades Indígenas de Bolivia (Unibol) y el Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias, transformó las Escuelas de Formación de Maestros, fortaleció la formación Técnica y Tecnológica, y Escuelas de Formación Artística. 

La Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos Tupak Katari, aglutina a la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, la Central Obrera Departamental (COD), Cofecay, Juntas vecinales de El Alto, dio a conocer que apoya su candidatura.

Fuentes: Agencias, Página Siete, Télam, BBC, CNN, Sputnik.

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