Dos de cada tres locales tienen la persiana baja, según el relevamiento de Inquilinos de Rosario. El 60 por ciento de nuevos emprendimientos cierran antes del primer año, y de los que llegan a cumplir los contratos, la mitad no los renueva. “Que esto sirva como evaluación y desafío para revertir la situación”, indicaron desde la entidad.

La ONG Unión Rosarina de Inquilinos elaboró durante diciembre de 2019 y enero de 2020 un informe que refleja la cruda realidad del sector comercial en la ciudad. El trabajo se realizó sobre las distintas zonas comerciales, centros comerciales a cielo abierto y avenidas donde confluyen múltiples espacios de paseo y servicios, según indicaron.

“Nos encontramos con una realidad que año tras año recrudece”, lamentaron los inquilinos locales, que desean que estos datos “sirvan como evaluación y desafío para revertir la situación. Estamos para trabajar y acompañar políticas que favorezcan a cada sector que la crisis afecta”.

El informe refleja la cantidad de “locales que cierran y quedan desocupados por años, generando el opacamiento de los centros comerciales, la pérdida del atractivo hacia nuevos inversores y la perdida del interés por el público consumidor. Comerciantes que apuestan pero en su gran mayoría no logran perdurar en el tiempo”.

“A veces por el enfriamiento en el consumo, los costos y requerimientos impositivos, por la aparición de nuevos paradigmas comerciales y la adecuación de las ventas a través de redes sociales, hacen que sea muy difícil abrir las puertas todos los días y generar el tan necesario crecimiento”, agrega el relevamiento.

Además, desde la entidad señalan que “también están aquellos que hace tiempo vienen logrando perdurar y mantenerse pero cuando llega la finalización de su contrato las renovaciones se hacen difíciles de concretar”.

“Reajustes de más del 60 por ciento en los valores locatarios y endurecimiento en los requisitos hacen que los comerciantes busquen alternativas más chicas por la zona o incluso alejarse de su lugar disminuyendo costos pero también oportunidades. Mientras que otros cansados por los periodos de crisis económicas cíclicas que sufre nuestro país bajen sus persianas para no volver a levantarlas”, remarcaron.

Ante esta adversa situación, desde Inquilinos de Rosario advirtieron que “hay mucho por trabajar, de manera conjunta con los centros comerciales y sus referentes, con el Estado municipal con el cual se articulan cuestiones técnicas en cuanto a las habilitaciones y también de fondo como el incentivo y la promoción de los espacios”.

“El Estado provincial deberá, desde su lugar, generar espacios de diálogo y construcción con todos los actores como también trabajar en una imperiosa y necesaria moratoria amplia y con tasas realmente accesible para que los comerciantes puedan regularizar cuestiones impositivas y así poder destrabar trámites”, indicaron.

Desde el organismo que preside Dorian Fernández afirmaron que “es trabajo de todos, y nosotros como espacio que desde el año 2006 acompaña y forma inquilinos, seguiremos junto a ellos desarrollando alternativas para que ningún comercio vuelva a cerrar y mucho menos se vea perjudicado por maniobras inmobiliarias. Debemos pensar que un comercio con sus puertas abiertas alimenta directa e indirectamente a muchas familias, es el motor económico indispensable para el desarrollo de nuestra ciudad y el termómetro de la economía global”.

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