En la reanudación de la Superliga, el auriazul pudo ratificar la remontada con la que cerró el semestre anterior: le ganó 2 a 1 a Huracán, por la fecha 17. Briasco aventajó a la visita; Ribas lo igualó, y a segundos del final, un bombazo de Rinaudo lo revirtió.

El equipo dirigido por Diego Cocca –que había comenzado el certamen mirando la tabla de promedios y que lo cerró más cerca de las mejores posiciones– logró estirar, de manera agónica, la racha positiva que acumulaba antes del parate. Y cuando la cosa venía torcida ante el conjunto dirigido por el debutante Israel Damonte, no sólo rescataba un empate, sino que lo ganó en la última jugada.

Central fue más que su rival en la primera parte, con más dominio que peligro. Lo mejor se vio en la banda derecha conformada por Ciro Rius y Emanuel Brítez, que con centros al área inquietaron a la defensa rival.

Lucas Gamba, a la media hora de juego, logró filtrarse entre la última línea, pero el control no fue el mejor y para definir quedó tan cerca de Antony Silva que la terminó tirando, incómodo, afuera. La más clara estuvo en la cabeza de Diego Zabala, que sin marca y entre el punto penal y el área chica, cabeceó apenas desviado.

El primer avance de Huracán fue en el inicio del complemento, cuando después de una contra, Rodrigo Gómez casi la culminó poniendo la pelota en el ángulo más lejano de Jeremías Ledesma, quien minutos antes debió salir lejos para evitar un mano a mano producto de una pérdida arriesgada de Nicolás Colazo en la mitad de la cancha.

Y el conjunto de Parque Patricios ya había avisado de sus intenciones para el segundo tiempo, muy distintas a las de la etapa anterior. Al Drupy resultaba cada vez más difícil controlarlo, y para colmo de males, a los 16’, Roberto Briasco sorprendió (sobre todo al arquero Canaya) con un fuerte remate cruzado que puso en ventaja a su equipo.

En el dueño de casa comenzó a jugarle una mala pasada los nervios de la adversidad, y las ideas claras brillaron por su ausencia. Los quemeros lo pudieron liquidar de contra, pero una gran tapada de Ledesma dejó a su equipo en partido.

Por eso el DT apostó a tirar más centros con el ingreso de Sebastián Ribas en lugar de Gamba. Y fue así como logró igualar el marcador a los 38’: en una jugada de pelota parada, un cabezazo del delantero uruguayo –con la suerte de su lado– emparejó el tanteador. La pelota dio en el travesaño, y el rebote desafortunado en el arquero Silva mandó la redonda al fondo de la red. 

Y cuando el empate era cosa juzgada, un remate fuerte y lejano de Fabián Rinaudo a los 49’ (el árbitro Nicolás Lamolina había adicionado 6’) le quitó la paridad al encuentro. Rosario Central, que venía de caer en el mercado de pases perdiendo tres jugadores titulares, pudo anteponerse a esa adversidad y seguir firme en la pelea por la punta.

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