El verano está bravo. En todo sentido. El termómetro emparda con la agenda de noticias y las económicas pican en punta con el mundo como contexto. Cómo será de tórrida la cuestión que para el Vaticano, el premio Nóbel de Economía y la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), el agua llegó al cuello. Así, el Papa Francisco, Joseph Stiglitz y Kristalina Georgieva, respectivamente, fueron categóricos. “El capitalismo está haciendo más mal que bien”, sorprendió esta última, “está en crisis”, dijo el Nóbel, y el jefe latino de la Iglesia pidió a los presentes “identificar las injusticias de la economía actual”.

Mientras esto ocurría en Roma, donde la Pontificia Academia de Ciencias Sociales reunió a la flor y nata de quienes mueven los hilos y, para que no haya dudas, tituló al encuentro “Nuevas formas de solidaridad, inclusión e integración”, la Legislatura vernácula empujaba hasta parir la Ley de Sostenibilidad de la Deuda. El vínculo no podría ser más explícito. Y el enemigo tampoco. “Una agenda neoliberal que ha dominado por cuatro décadas y ha fracasado”, enfatizó Stiglitz.

El diputado nacional por el Frente de Todos, Germán Martínez, fue una de las voces en la discusión de la herramienta legislativa que tiene como objetivo, aportar densidad política a la propuesta argentina frente a los acreedores internacionales. “Lo dije en mi intervenciones en las comisiones de Presupuesto y de Finanzas de la Cámara de Diputados, si te ponés a pensar, cuatro años atrás la deuda externa no era un problema para el país, había dejado de ser lo que fue durante décadas, el principal condicionante de la vida de los argentinos”.

Según el legislador, “esto se había logrado a través del crecimiento económico y del desendeudamiento, es decir, al mismo tiempo que se trataba de achicar deuda. Recordemos los Canjes 2015 y 2010 y la cancelación definitiva de las acreencias con el FMI, en diciembre de 2005, por casi diez mil millones de dólares. Mientras hacíamos eso, el Producto Bruto Interno (PBI), es decir, la riqueza generada en bienes y servicios por los argentinos, seguía creciendo”.
Corría 2015 y en ese contexto, la deuda externa representaba el 40 por ciento del PBI. Fue el propio gobierno de Cambiemos quien consideró virtuoso encontrarse con un país desendeudado. Claro que esa valoración fue justamente el salvoconducto para la pesadilla.

Letales pero no ingenuos

“Lo que pasó en estos cuatro años fue exactamente lo contrario, nos endeudamos irresponsablemente de la mano de Mauricio Macri, aumentó brutalmente el stock de deuda y se achicó la economía”, enumeró. Una trilogía letal que no tardó en condicionar la vida cotidiana con un proceso de devaluaciones a las que nos sometió al inicio de su gobierno con la famosa salida exitosa del cepo, y al final, cuando en dos tandas, al endeudarse con el FMI, cuando el dólar pasa de 20 a 40 pesos, y en agosto de 2019, cuando llegó a 60 pesos”.

¿Qué correlato tuvo esto en la vida económica del país? Elevó el peso de la deuda externa al 90 por ciento del Producto Bruto Interno. El peor de los escenarios que dejó casi sin margen de maniobra para buscar una solución al gobierno de Alberto Fernández. Curiosa manera de hacer realidad uno de los cantos de sirena con los que Cambiemos llegó al poder: vincularse con el mundo. El lazo que logró fue tan intenso que generó una dependencia externa sin precedentes y a cien años vista. Una especie de tragedia griega pero vernácula, que aún no se percibe en su magnitud, porque las víctimas están viendo cómo llegan a fin de mes.

¿Qué tenemos que hacer frente a esto? “Necesitamos abrir una ventana de tiempo en el pago de la deuda para poder recuperar el crecimiento económico, que haya reactivación para generar los pesos y los dólares necesarios para poder, ahí sí, con un calendario de vencimientos distintos, afrontar los pagos”, describió Martínez. Y no pasó por alto la complejidad de la deuda con una mezcla de tenedores privados, institucionales, organismos multilaterales y el Fondo Monetario Internacional.

Táctica y estrategias

“Ante una deuda tan diversificada no se puede tener una única estrategia, lo que ahora hicimos fue darle al Ejecutivo, básicamente al ministerio de Economía, todas las herramientas necesarias para que comience a acomodar uno de esos cuatro segmentos: el de bonos emitidos bajo legislación extranjera”, explicó, y fue por los detalles.

“No nos hemos ocupado aún de los bonos emitidos con legislación local, ni de los organismos internacionales, ni del FMI. Hay que ir paso a paso para ir acomodando esto y tener, en febrero y marzo, un horizonte más previsible de lo que serán nuestros compromisos en los próximos años”, argumentó.

Según Martínez, “necesitamos llegar en el mes de marzo a un acuerdo con el FMI que permita liberarnos de la carga de pago de intereses y amortización de capital de deuda externa que tenemos con el Fondo, con casi cuatro mil millones de dólares de vencimiento de deuda en abril. Es imposible pensar la economía argentina en el año 2020 y 2021, si nosotros cumplimos a rajatabla con el cronograma desastroso que hizo Macri”.

“Por eso necesitamos renegociar rápido con los privados que tienen bonos emitidos en legislación extranjera para que eso sea el aliciente necesario que tengamos a la hora de negociar con el Fondo. No es casual que en la gira que está haciendo el ministro Martín Guzmán, esté trabajando en dos frentes, con los acreedores privados y al mismo tiempo dando señales al FMI, esa es la estrategia planteada”, aseguró.

Responsables del naufragio

La alianza PRO, Unión Cívica Radical y Coalición Cívica, detonaron la economía del país, y con ello la vida cotidiana de la pirámide social, comenzando por la base pero también con amplia deflagración en las capas medias. Salvo la cúspide, no hubo ilesos. Pero además, hubo maniobras non santas. ¿Qué sucederá con ellos?

“Lo que no queremos es una deuda de impunidad, porque unos gobiernos se endeudan y como que acá no pasó nada. Vamos a realizar todas las acciones que sean necesarias con la Comisión Bicameral de la Deuda Externa que con Macri se reunió una sola vez, para que funcione y haga las actuaciones necesarias”, comentó Martínez. Y no pasó por alto que los responsables del endeudamiento tomaron recaudos logrando aval del Congreso, una inaudita pátina de legalidad que les funge como paraguas a la hora de pedirles cuentas.

Plazas, libros y debates

En el marco de #Verano Militante, La Corriente Nacional de la Militancia, organizó el ciclo Plazas, Libros y Debates, de formación política, con la presentación de cuatro publicaciones en otras tantas plazas de la ciudad. La movida comenzó con ¿Qué es el peronismo?, de Alejandro Grimson, quien conversó con los vecinos de Las Heras. El sábado 15, en plaza Moreno (Alsina y Córdoba), la reflexión será a partir del libro Hablemos de Ideas.

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