Rodrigo Carlos Sánchez, un hombre de 44 años señalado como “el jefe de sicarios” de Esteban Lindor Alvarado -un presunto narco detenido como instigador de un homicidio y por comandar una asociación ilícita- fue asesinado de varios disparos este jueves en el barrio de Fisherton.
Sánchez conducía una camioneta Toyota Hilux color gris cuando fue atacado a balazos, alrededor de las 11.30, por dos hombres que se movían en un Renault Logan que luego fue abandonado. Fuentes oficiales dijeron a Redacción Rosario que la víctima era “el jefe de sicarios” de Alvarado, que está detenido e imputado como instigador del crimen de un oscuro prestamista y como líder de una asociación ilícita destinada a cometer múltiples delitos.
El fiscal del caso, Alejandro Ferlazzo, precisó que se recogieron “20 vainas de dos calibres” en la escena del hecho, en Wilde y San Lorenzo. Ferlazzo también confirmó que el vehículo utilizado durante el ataque, un Renault Logan, “fue descartado” luego del crimen. Fue encontrado en Ezeiza al 300.
Según las primeras averiguaciones, en ese vehículo se movían dos personas que se pusieron a la par de la camioneta Toyota que conducía Sánchez y lo balearon. Aparentemente, los agresores bajaron del auto para tirarle y le dispararon en varias ocasiones.
El fiscal informó que la víctima tenía domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), aunque fuentes del Ministerio de Seguridad dijeron que residía en Rosario. Según pudo saber este medio, Sánchez visitó el sábado pasado en el penal santafesino de Piñero a Alvarado, donde cumple prisión preventiva a la espera del juicio oral.
Sánchez es considerado por voceros policiales como “mano derecha” de Esteban Alvarado, un hombre que cumplió condena por robo de autos en el Conurbano norte de la provincia de Buenos Aires que luego se desarmaban en Rosario.
Tras recuperar la libertad, a principios de abril de 2019 Alvarado fue detenido por la Policía de Santa Fe en un camping de la localidad cordobesa de Empalme Río Tercero. Tenía un pedido de captura del Ministerio Público de la Acusación, que lo investigaba como presunto instigador del secuestro y posterior asesinato de Lucio Maldonado, un opaco prestamista rosarino.
Tras estar dos días desaparecido, el cuerpo de Maldonado –con dos balazos en la cabeza- apareció cerca del casino de Rosario con un cartel escrito a mano que decía: “Con la mafia no se jode”.
Alvarado fue imputado con prisión preventiva como autor intelectual de ese homicidio y como presunto líder de una asociación ilícita que puso en evidencia un entramado de sociedades, con testaferros y parientes, por la que presuntamente se lavaba el dinero originado en el comercio de estupefacientes.
En la misa investigación fueron detenidos varios policías por presunta complicidad con Alvarado, entre ellos un grupo de altos mandos que quedaron imputados y con prisión preventiva en diciembre pasado.
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