Marina Ricart es profesora de nivel inicial del Colegio Sagrado Corazón. A las tareas diarias que da desde su casa, como lo hacen miles de docentes de todo el país, le sumó la creación de una página de Facebook que invita a otras colegas a contar cuentos y compartir canciones en primera persona. “Maestras leyendo y cantando” se llama el espacio que busca acercar lecturas pero también un contacto más cercano con las niñas, niños y familias.  

La escuela donde trabaja Marina tiene una plataforma propia para hacer llegar las tareas a sus alumnas y alumnos. Entre esos ejercicios escolares, surgió el de leer cuentos para los más pequeños y pequeñas; una iniciativa que esta maestra decidió abrirla -por fuera de su escuela- a otras maestras y llegar así a más chicas y chicos. 

Primero fue “Maestras leyendo…” donde invitó a otras colegas a animarse a hacer sus propios videos con los relatos elegidos. Hasta que Georgina Polenta, también maestra de jardín, se filmó cantando La canción de Don Otoño. “¿Y por qué no? ¿Por qué no sumar canciones?”, dice Marina que se preguntó. Enseguida “Maestras leyendo…” pasó a ser “Maestras leyendo y cantando”.

“Uno de los objetivos de esta página es el de ofrecerles a los niños la posibilidad de escuchar textos leídos por docentes de nivel inicial. Todas leemos, pero son  distintas las voces y los modos de leer los cuentos seleccionados por cada una de nosotras, las maestras”, explica Marina en la presentación de la página de Facebook. Donde además propone que a la hora de seleccionar los cuentos se siga el mismo criterio que se toma en las salas de jardín: “Textos bellos que acerquen a los niños al goce y al disfrute placentero de la literatura infantil”.

También invita a disfrutar de la lectura, de los textos narrados en toda su dimensión estética, “como un fin en sí misma, que no busca enseñar en el sentido utilitario de ‘el cuento para hablar de la familia o el cuento para que aprendan tal o cual cosa’”. Marina está convencida que niñas y niños aprenden en “un sentido más amplio, más rico y profundo que es el del contacto con lo artístico, con el goce, y que es en este contacto con el arte como también abrimos la puerta a la música”. En esta tarea –destaca- las docentes tienen un papel clave como mediadoras, que se revaloriza más en tiempos de pandemia.

Los cuentos 

Antes de empezar con su relato a través de uno de los videos, Marina se dirige a su posible público infantil preguntándoles si hoy llamaron a sus abuelos, invitando a que no se olviden de hacerlo. Y enseguida arranca con Alfombras para volar, de Beatriz Ferro. También ha compartido Sapo verde, de Graciela Montes; El avispón Mobuto salva una vida, de Ricardo Mariño y Los sueños del sapo, de Javier Villafañe.

 

La seño Cecilia Re leyó Sapo de otro Pozo, de Rodrigo Folgueira, y El día que las mariposas empezaron el jardín, de Sarah Mulligan. También Karen Olivieri, maestra de inicial, compartió su video leyendo La bolsa de los cuentos (cuento tradicional). Celeste Recio, Milo, el gato malo, de Sergio de Giorgi y Poly Bernatene; y Luciana Meirone relata El gusanito y la señora lengua.

Si bien las primeras en sumarse son las maestras más cercanas a Marina, la invitación no se limita a ellas. Se extiende a otras maestras a subir sus videos leyendo cuentos o poesías sin distinción de las escuelas a las que asisten. El espacio –insiste- busca “compartir lecturas en este momento de aislamiento social en donde la imaginación, la solidaridad y creatividad son indispensables”.

Al rescate de las buenas historias

Marina pide disculpas a Redacción Rosario por no haber atendido el llamado de este medio en forma inmediata, es que justo en ese momento –dice- se repartía entre bajar la ropa de su terraza y darle una mano a una vecina de “ochenta y pico de años”. Cuenta cómo en el edificio en el que vive se repartieron para mantener la limpieza de los espacios comunes y sacar la basura a tiempo, además de estar atentas a las personas mayores que necesitan ayuda.

“En agradecimiento, mi vecina me regaló unas pantuflas. Y en realidad nos ayudamos entre nosotras. Esto también hay que contarlo, porque lo que sale a la luz todos los días es lo que hace mal la gente, en estos tiempos. Y lo que yo veo es otra cosa, me quedo con lo solidario. Cuando una da recibe mucho más”, celebra Marina.

 

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