Tras el anuncio de la extensión de la cuarentena que hizo ayer el presidente de la Nación, Alberto Fernández, las redes sociales explotaron con saludos y memes aludiendo a sus cualidades docentes.

Fernández, acompañado por tres de sus ministros (Salud, Jefe de Gabinete y de Interior) más varios funcionarios y periodistas, dio una clase en vivo para explicar lo que –según sus palabras- “se había logrado juntos”, nada menos que aliviar los efectos de una pandemia devastadora. Así se paró de su lugar central en la mesa de la conferencia y se movió como en un salón de clases para explicar de la manera más clara y simple posible una situación sanitaria y social tan difícil.

En cierto momento, el presidente usó el término “filmina” para referirse a los cuadros proyectados en imágenes que graficaban su explicación, y ese término ganó rápidamente no solo a una audiencia de educadoras y educadores, sino de quienes pasan seguramente los 40 y las conocieron como estudiantes.

“Alberto nos habla y nos enseña. Siempre docente, nunca indocente. Gracias presidente!”, escribió Marisela Riera. “Se le nota la soltura del que da clases”, admiró Guillermo Monsalve. “Filminismo”, señaló Laura Daoulatli. “Clase pública y gratuita por cadena nacional”, agradeció Paula Busnadiego. “Dijo filmina y me conquistó…Maestro”, Gustavo Galli. (Esta última idea, quizás, una de las más reiteradas por las redes).

Y la profesora de la UNR, Fernanda Felice, se explayó con esta descripción: “Se levanta del escritorio y se acerca a la pantalla para explicar las «filminas». Su experiencia docente y la edad lo delatan porque, en realidad, son diapositivas de un power point”.

Se vale de los conocimientos aportados por otras personas que se dedican a la ciencia. Ofrece explicaciones claras y admite que algunos interrogantes no tienen respuestas. Describe, explica y argumenta sin arrogarse todo el saber.

Su tono de voz es amable, cálido y expresa ternura. Su decir muestra autoridad, experiencia y conocimientos.

Continúa enseñando y sabe, que para lograrlo, es imprescindible partir de lo posible, de aquello que sus estudiantes han aprendido y los ha conducido a los actuales aprendizajes. Los valora, los reconoce y los celebra. Pero asegura que existen nuevos caminos y aprendizajes por transitar.

Dicen que «quien tiene alma de educador enseña en cualquier circunstancia». A las pruebas me remito.

Qué alegría enorme que nuestro presidente sea profesor! Qué tranquilidad gigante que nos gobiernen graduadas y graduados de la Universidad Pública, mujeres y hombres de la ciencia!”

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