Los cuadros técnicos del colectivo Los Cayetanos (Corriente Clasista y Combativa, CTEP, Frente Darío Santillán y Barrios de Pie Somos), le arrimaron una propuesta al presidente Alberto Fernández, que apunta a generar trabajo.

La construcción de mil fábricas, un millón de viviendas, la creación de un millón de chacras, una salario mínimo complementario universal, y un registro de los trabajadores de la economía popular, forman parte del plan propuesto por los movimientos sociales al gobierno nacional para “salir de la crisis económica social”, profundizada por la pandemia de coronavirus.

El documento presentado al presidente Alberto Fernández –en la reunión que el jueves pasado el mandatario mantuvo con referentes sociales en la residencia de Olivos– incluye además la instrumentación de un fondo de 200 mil millones de pesos para sostener la iniciativa que apunta a la reactivación de la economía en los barrios, en el contexto de la emergencia sanitaria.

Planteado como un “gran desafío épico”, el plan prevé la construcción un millón de viviendas sociales en todo el país, en un año, a partir de un diseño “urbanístico planificado”, que permitiría la creación de “cuatro millones de puestos de trabajo directos y otro tanto de indirectos”, además de la participación de pymes y cooperativas, según indica el documento.

Para la creación del millón de chacras mixtas (unidades productivas en zonas periurbanas), en cinco años, el plan establece la utilización de tierras estatales y de quebrantos, propuesta que las organizaciones sociales ven como la posibilidad “planificada y federal”, para, en combinación con la industrialización del campo, lograr la soberanía alimentaria regional y la capacidad de exportación de alimentos sanos, saludables y con trazabilidad, que “es lo que el mundo demanda”, remarca el escrito.

Elaborado por los cuadros técnicos del colectivo Los Cayetanos (Corriente Clasista y Combativa, CTEP, Frente Darío Santillán y Barrios de Pie Somos), la propuesta apunta a generar trabajo de “pico y pala con poca tecnología y mucha mano de obra”, según precisó Gildo Onorato, presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo Evita y dirigente de la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular).

“El trabajo es la principal demanda de los movimientos sociales surgidos en los 90, cuando miles de fábricas cerraron sus persianas en todo el país, producto del modelo económico de la administración del entonces presidente Carlos Ménem”, agregó el referente social.

Casi 30 años después y otra vez, en un escenario de recesión económica, en agosto del 2016, algunos colectivos de desocupados, crearon Los Cayetanos, así llamado porque la CCC, CTEP y Barrios de Pie asumieron la agenda del Papa Francisco por “tierra, techo y trabajo”, y tomaron a San Cayetano, patrono del empleo, como símbolo de esas luchas.

Así, en el plan que llevaron a Olivos los dirigentes piden “poner en funcionamiento pleno el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (ReNaTreP); inscripción fiscal, regularización impositiva y acceso a la jubilación para estos trabajadores y la creación del monotributo productivo”.

También solicitan la “protección legal” de esas actividades de la economía popular, con “nuevas formas jurídicas”; la creación de sociedades autogestionadas de la economía popular (Saep) y un mecanismo para garantizar el derecho de acceso a la salud con la creación del Instituto de Salud para los Trabajadores de la Economía Popular (STEP).

Sobre los alcances de estas políticas pensadas para el contexto de “destrucción económica en la que viven millones” de argentinos, Gildo Onorato, dijo que “es muy importante que todas los sectores de la economía popular puedan ser atendidos con este fondo especial”.

En ese sentido, consideró que “no puede haber distinciones, partidarias, sectoriales o geográficas” en la implementación de plan, que, sostuvo, debe tener un “carácter federal para llegar a todo el país”.

“Desde la UTEP apostamos a concretarlo porque sabemos que los niveles de pobreza y desigualdad crecerán mucho durante este año. La red comunitaria de los barrios, además de asistir con alimentos y con políticas sanitarias, planifica y organiza las actividades que se necesitan en el territorio”, apuntó Onorato.

Por último, explicó que “la relación entre empleado y patrón, no es la única relación social, existen en el país millones de trabajadores y trabajadoras que se inventan su trabajo, a los que hay que apoyar. Trabajo y empleo no es lo mismo”, completó.

Fuente: Télam

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