“Queremos que no nos saquen la comida diaria. Aquí hay una necesidad”, dice Carolina Arriola, alumna de la Escuela Nocturna N° 65 de barrio Las Flores. El reclamo llega porque a partir de este lunes las viandas que les entregaban en la escuela fueron reemplazadas por bolsones de alimentos. No los rechazan, pero este martes a las 10 asistirá con otras compañeras de clases –tomando todas las precauciones que obliga la cuarentena- hasta la puerta de la escuela para pedir se les garantice el plato cotidiano.

Carolina cursa la primaria en la escuela nocturna de Caña de Ambar 1635, en el mismo edificio donde durante el día funciona la Primaria N° 756 José María Serrano, y a la que asisten sus hijos. “Hoy nos dieron el bolsón y nos dijeron que no se servirá más la comida caliente. Que el próximo bolsón será dentro de 15 días”, cuenta con desazón.

Asegura que “para muchos vecinos del barrio la comida de la escuela es la única del día”. También remarca que en esa realidad son muchas las familias “que no tienen dónde ni cómo cocinar los alimentos que llegan en el bolsón”. Por eso el pedido es que se entreguen esos bolsones –no los rechazan- pero que se continúe con las viandas diarias.

Describe el panorama de estos días como desolador “porque ni siquiera se puede salir a cirujear o hacer changas”, lo que dificulta tener lo mínimo para la olla diaria.

Carolina está muy agradecida con el personal de la escuela a la que asiste, porque asegura que la calidad de la comida que le daban hasta este lunes “era muy buena, caliente, con pan y frutas”.

Este martes a las 10 se reunirá un grupo de compañeras de clase y madres de esta escuela para informarse qué hacer ante la nueva situación y tratar de que se continúe entregando la comida diaria. Lo harán –garantiza- en la puerta de la escuela manteniendo la distancia y cuidados que demanda el aislamiento obligatorio.

“Módulos alimentarios”

A través de la Circular N°11 (del 21 de abril pasado), el Ministerio de Educación de Santa Fe

informó a las escuelas la decisión de “gradualmente ir sustituyendo la entrega de viandas para cada niño, por módulos alimentarios para cada grupo familiar”. Según se argumenta, es para evitar “aglomeraciones” y la exposición del personal.

Se “sugiere” reemplazar las viandas por lo que el Ministerio llama elegantemente “módulos alimentarios”, que en los hechos son bolsones, a entregarse cada 15 días. Cada uno de estos bolsones tienen un valor estimado de 1.300 pesos, y según dispone la circular deben incluir: dos paquetes de fideos guiseros de medio kilo, cada uno; un paquete de arroz de medio kilo;  dos paquetes de harina de maíz de medio kilo cada uno; dos puré de tomates; dos latas de arvejas; dos paquetes de harina leudante de un kilo cada uno; u paquete de lentejas de medio kilo; una botella de aceite; dos paquetes de azúcar de un kilo cada una; dos paquetes de leche en polvo; un paquete de cacao, y una caja de 25 saquitos de mate cocido ó té.

La circular -que lleva la firma de la ministra Adriana Cantero- indica que la provisión, el armado y la distribución de los bolsones “queda a criterio de las autoridades de cada escuela”.

Distintas realidades

Tal como indicaron distintas fuentes docentes consultadas por Redacción Rosario, la entrega de bolsones puede aliviar el trabajo de las escuelas pero no distingue las realidades sociales que hay en cada barrio. Así en algunos casos es una solución para evitar aglomeraciones, situaciones de contagio y atender las necesidades de las familias, pero para otros –como ocurre en Las Flores- no son suficientes y desconocen la situación de precariedad en la que se vive.

Además reconocen que el contenido de los bolsones es escaso, y esto es más evidente en una situación de excepcionalidad como la de la pandemia, cuando falta el trabajo y las posibilidades de procurarlo diariamente son nulas.

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