Justo un 13 (al menos no fue martes), las agencias de loterías volvieron a abrir su puertas y ventanillas, tras ser exceptuadas del aislamiento. Cómo fue la vuelta al ruedo en la ciudad para agencieros y trabajadores del sector.
Los más timberos vieron con alivio cuando entre las actividades liberadas de la fase cuatro de la cuarentena figuraban las quinielas. Con tantos sueños en el camino sin poder ser jugados, desde este miércoles tendrán vía libre para aventurarse con la suerte.
Entre los 100 números que componen la lista de sueños no hay ninguno con el nombre de pandemia o algo por el estilo, que de ser así, sería una fija. como consuelo, algunos acudirán al 17 (la desgracia) en referencia a la actual situación sanitaria, o al 90 (el miedo) por los sentimientos que recorren los cuerpos ante el avance del coronavirus en el mundo. Los más optimistas se refugiarán en el 92 (el médico) en homenaje a quienes luchan por combatir el Covid-19. También hay varios números para creyentes y para pesimistas.
Lo cierto es que desde este miércoles ya fueron varios los y las que dejaron atrás la abstinencia que acarreaban desde el 20 de marzo, cuando se frenaron todos los sorteos y las agencias bajaron sus persianas hasta nuevo aviso.
Gerardo Rodríguez es dueño de La Nueva Sur y hace ya más de 20 años que ingresó al mundo de los bolilleros y las apuestas. Eliana Di Paolo lleva también dos décadas en ésto, pero como empleada de Los Dos Chinos. Ambos recrearon en diálogo con Redacción Rosario el día en que el sector dejó atrás el aislamiento.
“Hoy fue le primer día, trabajamos en forma reducida”, dice Gerardo en referencia al nuevo horario de 13 a 19, que rige para todos por igual. “Sólo hubo algunos sorteos, no todos: los matutinos a las 14, vespertino a las 17.30 y los nocturnos que van a sortear a las 21”, indicó el hombre, e informó: “Hoy hubo sorteos parciales: la Santa Fe, la Entre Ríos y la lotería Oro que es la de Montevideo, y mañana se van a incorporar la Nacional, y la Ciudad y Provincia de Buenos Aires”.
La espera se hizo larga, sobre todo para los más timberos, según relata el experimentado quinielero: “Desde el primer momento la gente vino en forma masiva, tenían muchas expectativas en que volvamos a abrir. Estaban al tanto que hoy comenzábamos, la repercusión fue importante”.
Por su parte, la empleada de la sucursal Pichincha de la agencia con nombre oriental reconoce las dificultades del día después. “Para mí fue raro, llegar hoy y empezar a limpiar todo. Todavía nos estamos acomodando, esperamos que lleguen todos los productos de limpieza para que la gente que entra se higienice”, relata Eliana, quien percibía la ansiedad en las inmediaciones del local ubicado en Brown al 2000: “Hoy llegué un rato antes para ordenar, y cuando la gente veía que estaba cerrado, me preguntaba cuándo abríamos”.
De todas maneras, la trabajadora revela que (cuando aún restaban unas para cerrar) “hoy no vino tanta gente, imagino que hay que acostumbrarse al nuevo horario, otros capaz no estaban al tanto. Calculo que llevará un tiempo que todo vuelva a la normalidad”.
Entre las preocupaciones de los clientes, estuvo la vuelta del Quini. “Hasta el momento no hay nada. Se comenta que va a sortear el domingo, pero hoy miércoles –que tendría que sortear– no lo hizo. Todavía está pendiente el del 22 de marzo, que está inconcluso. Así que resta resolver eso”, recuerda.
Por último, el titular de la agencia que tiene tres sucursales en la zona sur (en la esquina de Seguí y Laprida; Mitre 3455 y Buenos Aires 3821) lamenta las dificultades que atravesó el sector para pasar la cuarentena con los negocios cerrados: “Todo fue muy complicado, con mucha austeridad en el hogar para tratar de sobrellevar la situación. Fue muy difícil porque tuvimos poca ayuda por parte del Estado y los créditos para el sector no llegaron en tiempo y forma. Por suerte volvimos”.
Los sueños de la noche o la siesta, o las circunstancias recurrentes de la cotidianidad que en el último tiempo parecían insignificantes, desde este miércoles seguramente empezarán a tener otro sentido.
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