Luego de su trágica muerte, víctima de un violento asalto en la zona oeste de la ciudad, la figura de Tomás Felipe Carlovich se transformó definitivamente en leyenda. La partida del Trinche, que ya era un mito viviente, provocó que miles de hinchas, de Central Córdoba y del fútbol todo, rompieran la cuarentena y coparan las instalaciones del estadio Gabino Sosa para despedir los restos del ídolo. La esquina de Virasoro y Juan Manuel de Rosas, donde está enclavado uno de los accesos a la cancha en la que aquel habilidoso melenudo supo brillar con la 5 en la espalda, se llenó de ofrendas y se convirtió en una especie de santuario. Los medios de todo el país, y del planeta entero, lo recordaron con imágenes y anécdotas, y hasta apareció un video inédito en el que se lo ve desparramando magia, e incluso convirtiendo un gol, pero con la casaca número 10 del club Argentino de Monte Maíz y más de 40 años en el lomo. Con el correr de las horas y los días, se supo que había dos proyectos en curso para homenajear al ex volante charrúa: ponerle su nombre a una calle en el corazón de Tablada y una estatua en la tribuna, en el lugar desde donde veía los partidos del Matador cuando ya había colgado definitivamente los botines.

En el barrio hablaban de tí

“Yo empecé a escuchar hablar del Trinche cuando tenía 10 años, en el 74, luego de ese famoso partido de la Selección Rosarina versus la Argentina”, rememora Ariel Cozzoni, concejal del bloque Unite-Un gol para Rosario. “Yo no fui a la cancha pero mi papá sí, y después me comentó. Hace 46 años que escucho esa historia del entretiempo, que le fueron a pedir que lo sacaran porque les estaba dando un baile bárbaro”, agrega el ex delantero de Newell’s que también, sobre el cierre de su carrera, vistió la camiseta de Central Córdoba. Cozzoni es el impulsor del proyecto para que el tramo de la calle Virasoro que va de Alem a Rosas lleve el nombre de Tomás Felipe Carlovich.

“No tuve relación personal pero sí lo vi jugar, en el famoso partido de la Selección de Rosario ante Argentina, que me llevó mi viejo a la cancha”, se suma Rubén Giustiniani, diputado provincial por Igualdad y Participación. “El barrio, como casi toda la ciudad, acompañó con mucha tristeza todo lo que pasó. Era un tipo de tan bajo perfil y a la vez tan popular, tan ídolo, que nunca usó nada de eso de ninguna manera, por eso también es tan valorado. Creo que todas las iniciativas que surgieron a partir de lo que pasó, tanto sus familiares, como hinchas y vecinos, todos han visto este tipo de reconocimientos con muy buenos ojos”, añade este futbolero hincha de Rosario Central, que propuso en la legislatura santafesina la realización de una escultura en bronce, de tamaño natural, para que el Trinche quede inmortalizado en las gradas del Gabino Sosa.

Las callecitas de Tablada

Los proyectos para homenajear a Carlovich están muy cerca de convertirse en realidad, producto de la muy buena recepción que tenía (y tiene) su nombre en los ámbitos deportivo y cultural de la ciudad. “Hacía rato que la veníamos pensando”, aclara Cozzoni en torno a su iniciativa, y detalla: “Parte del equipo que labura conmigo había hablado con el Bocha (Jorge Nelson) Forgues, que era amigo del Trinche y lo conocía bien. La idea era que un tramo de la calle Virasoro, entre Alem y Juan Manuel de Rosas, lleve el nombre del Trinche Carlovich. Inclusive, que se ponga una placa en la pared del Gabino que diga 1946-2020. Creemos que sería un buen reconocimiento de la ciudadanía rosarina para alguien que hizo muy popular este deporte en una época en la que no había tanto marketing y jugó en el ascenso”.

“Esto surgió de los vecinos y vecinas para que el Trinche quedara siempre en la cancha, donde no solamente desplegó su magia como jugador de fútbol sino que además concurría permanentemente a ver los partidos desde el tablón. Por eso creemos que un monumento instalado en la tribuna es un gran homenaje en ese sentido”, añade Giustiniani, y adelanta: “Acompañaron con la firma todos los bloques, con lo cual esto que es plural, no creo que tenga inconvenientes en su aprobación. Va a ser rápido, en estos días, aunque no sé cuándo”.

En referencia a una información que circuló en los últimos días, respecto de que iba a haber una colecta de llaves de bronce en desuso, para recolectar la materia prima necesaria para plasmar la estatua con la imagen de Carlovich, el integrante de la cámara baja provincial aclara: “A eso lo va a decidir el escultor, porque depende del material que utilice. Hablamos con varios escultores de la ciudad y hay varias ideas, así que eso quedará supeditado a lo que defina el autor de la obra”.

“Cuando jugué en Central Córdoba tuve la suerte de conocerlo y hablamos un par de veces”, recuerda Cozzoni, que además de las casacas de Newell’s y Central Córdoba vistió las de Instituto de Córdoba, del Olympique Gymnaste de Niza (Francia), Deportivo Toluca de México y Banfield, hasta su retiro definitivo en el O’Higgins chileno. “Era una persona humilde, muy amena para charlar, era el potrero. Él podría haber jugado en cualquier lugar del mundo, donde quiera, tenía unas condiciones extraordinarias, y sin embargo eligió jugar acá en Rosario, quedarse. Es la humildad pura, dentro y fuera de la cancha”.

Antes de despedirse, La Chancha, tal el apodo con que se lo conoce al ex delantero leproso en el mundo de la redonda, se pone serio y remata: “Al margen de todo tipo de homenaje, no tenemos que olvidar la situación que estamos viviendo y que una vida valga tan poco como una bicicleta, o un monedero o una cartera”.

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