El Centro de Convivencia Barrial Zona Oeste, frente a Villa Banana, fue la cocina de este proyecto que con el correr de las semanas se convertiría en un libro que se presentará este sábado, desde las 18, vía streaming, en el canal de Facebook de la Red Diversa Positiva. Una mesa, un plato de comida y la necesidad de escuchar y ser escuchades: la receta. Perla, Luciana, Andreina, Vanesa y Thiago narran en diferentes formatos quienes son, el camino que recorrieron, y la experiencia particular que les llevó a compartir sus historias durante 17 meses, cada miércoles, después del almuerzo.

La comensalidad como herramienta

Romina Marucco es trabajadora social y a mediados de 2018 le empezó a dar forma, junto a otros compañeros y compañeras, a este proyecto productivo. Compartir la sobremesa se convirtió en el vehículo mediante el cual comenzaron a surgir las primeras anécdotas que desembocaron (gracias a la ayuda de la Red Diversa Positiva y el área de Diversidad de Iniciativa Popular) en una compilación, por momentos atemporal, de la experiencia de vida de cada uno de los y las protagonistas

“Esto nace de la necesidad de realizar un trabajo que vaya más allá del asistencialismo, la posibilidad de poder escuchar y conocer cuáles son las necesidades de la población trans en los barrios, particularmente en la zona oeste de nuestra ciudad”, comenta Romina, y argumenta: “Poder brindar un primer espacio para trabajar en el territorio, cuáles eran sus necesidades, qué les gustaba hacer”.

“Comenzamos a reunirnos en el CCB un día a la semana para compartir un almuerzo con las personas del barrio –continúa–. La comida de los miércoles se transformó en un espacio que va más allá de un acto fisiológico, tiene que ver con la reunión, la generación de vínculos. Empezamos a pensar en algunas actividades para hacer después de comer, y

llevamos pinturas, material para dibujar. Con el tiempo, y a medida que pasaban las semanas, se me ocurrió darle una vuelta al encuentro y armamos un espacio de arte terapia, dentro de diferentes dinámicas que son las que trabajo desde mi profesión. Biografías como lugar de problematización, de reflexión y acción, procesos vitales para ingresar al mundo de la oralidad”.

“Después, en algún momento empezamos a registrar escritamente los encuentros, y esto de hacer algo con ese material surgió primero como una broma de las chicas, que un día dijeron: «Nosotras con todo esto podemos hacer un libro». ¿Y por qué no?, les dije, escribamos un libro, mi herramienta es la escritura, las puedo ayudar”, rememora Marucco.

En cuanto a cómo se llevó adelante ese proceso de redacción y corrección en el cual trabajaron más de un año, la trabajadora social indica: “El rol que me tocó jugar fue el de mediación hacia la escritura. Cuando terminamos, les planteé la idea de convertirlo en un proyecto productivo, donando mis derechos para que una vez que saliera el libro estas 5 personas puedan tener un sustento, un ingreso a partir de la venta de este libro que cuenta, nada más y nada menos, que sus historias”. En cuanto a los próximos pasos, más allá de la presentación de este sábado, Marucco sostiene que “ahora falta enseñarles el circuito de venta y ayudarles para que en un futuro se puedan hacer reediciones”, y concluye: “Este proyecto tiene que ver con la promoción de derechos, con la lucha de estas personas por tener los mismos derechos que cualquier otra persona Cis”.

Lo personal se vuelve colectivo

Las narraciones se dividen en 5 capítulos que tratan ciertas etapas de la vida, como la

familia, infancia y adolescencia, la identidad, el acceso a la salud, el trabajo sexual y los proyectos a futuro. Andreina Dibrino es una de las protagonistas junto a Perla, Luciana, Vanesa y Thiago, un varón trans que trabaja en el CCB y que después de algunos encuentros comenzó a formar parte activa de los relatos.

Andreina tiene 46 años y se define como “una chica trans, trabajadora sexual y protagonista de Los caminos”. Espera ansiosa la presentación de este sábado e invita, en repetidas oportunidades, a leer las historias, las angustias y alegrías que cada une deja plasmado en sus hojas.

Cuando se le pregunta por su historia y el camino que tuvo que recorrer hasta llegar a ser la Andreína que todos conocen, responde sin dudar: “Para mí no fue fácil, me tuve que ir de muy chica de casa porque la mentalidad de los padres no era la de ahora. Yo hace de los 14 años que ejerzo el trabajo sexual, y como identidad trans he sufrido el doble porque si sos trans y encima te prostituis, tenés que luchar el doble contra la discriminación y las violencias. Celebro que hoy en dia a los y las jóvenes les sea un poco menos doloroso, o peligroso, decir y mostrar quienes son realmente.”

“En el libro hay historias muy lindas y feas también, como la vida misma”, admite, y repasa: “Todo empezó con unos dibujos en el Centro y ahí se nos ocurrió contarlo en un libro. Es muy importante este proyecto y estoy orgullosa de lo que hemos logrado. Invito a todos todas y todes a que lean el libro y descubran nuestras historias aquí contadas”.

La identidad transgénero

Tres generaciones diferentes se fusionan en este libro, desde Perla y Vanesa, que sufrieron los vejámenes de la dictadura cívico militar, pasando por Luciana y Andreina, que tuvieron que hacer frente a las consecuencias de los códigos contravencionales previos a ley de identidad de género promulgada en 2012, y hasta llegar a Thiago, que contó con el Estado para atravesar parte de su camino hacia su verdadera identidad.

A medida que se transitan sus páginas, el lector comienza a hacer propios cada uno de los relatos. Las fotos de quienes ya no están. Las etapas que cada une fue atravesando. Las facturas de cada operación, las tarifas de los psicólogos, los viajes, cada paso dado para llegar a construir la Identidad, pero ¿qué es la identidad? ¿Cómo surge? Sin lugar a dudas es un proceso, y como tal varía y se transforma según quien lo transite.

Para Andreína no fue fácil pero reconoce que las nuevas generaciones, no sin dolor e injusticias, tienen cierta parte de ese camino allanado por sus antecesoras, identidades trans que han dejado más de lo que hubieran querido para que hoy exista una ley que ampare y proteja sus elecciones.

Los caminos trans, desde una vivencia singular a una colectiva, editado por la Universidad Nacional de Rosario, estará a la venta en formato papel y digital a finales de junio.

Fuente: El Eslabón

 

 

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