De los 18.182 millones de pesos que el Banco Nación Argentina (BNA) le reclama a Vicentin SAIC en el concurso de acreedores que se tramita en la ciudad de Reconquista, un tercio, más de 6 mil millones, fueron otorgados para prefinanciar exportaciones en noviembre de 2019, cuando la aceitera ya había dejado de pagar los préstamos y estaba calificada como “categoría 4” según la escala del Banco Central. Es decir, de “alto riesgo”.

El último de esos préstamos, por 6 millones de dólares, fue transferido a través de un contrato rubricado el 26 de noviembre, 10 días antes de que Vicentin anunciara su cesación de pagos (5 de diciembre de 2019).

Al igual que los granos entregados por productores, acopiadores y cooperativas en los últimos meses de operación da la agroexportadora, que no fueron pagados ni devueltos, se desconoce todavía qué hizo la principal aportante a la campaña reeleccionista de Mauricio Macri con ese dinero.

Para el actual director del Banco Nación, Claudio Lozano, la de Vicentin a la entidad financiera pública podría tratarse de “una estafa”.

Esta semana, el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Daniel Nasini, dijo que la crisis financiera que enfrenta Vicentin se debe a que “tal vez sea mal manejo de la empresa, para no pensar mal y que hubo fuga” de divisas.

 La fiesta

Cuando se conoció el anuncio del Gobierno sobre la intervención de la empresa y el envío de un proyecto al Congreso para su expropiación, el presidente del interbloque de Cambiemos en Diputados, el radical Mario Negri, dijo que “es peligroso, ilegal e inconstitucional y nos va a terminar costando miles de millones de dólares a los argentinos”.

El ex secretario de Agroindustria durante el gobierno de Macri, Luis María Etchevehere, coincidió al asegurar que “el Estado se mete en una aventura empresarial que ya sabemos que termina, con todos los argentinos pagando la fiesta”.

Parecía que ambos hablaban de los préstamos que el ex presidente del BNA, Javier González Fraga, autorizó en forma irregular a Vicentin. Pero no.

Según las planillas de verificación de créditos realizada en el concurso de la aceitera el BNA le prestó a Vicentin US$105,5 millones entre el 8 y el 26 de noviembre de 2019.

Con un tipo de cambio a $60.58 por dólar –como figura en el expediente-, se trata de 6.391 millones de pesos destinados en todos los casos a “prefinanciación de exportaciones”, una operatoria que el grupo realizaba con el BNA desde 2003.

El informe de la Comisión legislativa de Seguimiento de Vicentin de la Cámara de Diputados provincial, revela que desde 2003 a 2015 la empresa utilizó esa línea de financiamiento hasta adeudar 150 millones de dólares.

Por dos

“En los últimos cuatro años duplicó esos préstamos, hasta llegar a 310 millones cuando entró en cesación de pagos”, dijo el diputado Carlos Del Frade, miembro de la comisión.

El legislador recordó que desde junio, el Banco había calificado con riesgo 4 la línea de Vicentin, que según el Banco Central de República Argentina (BCRA) significa “riesgo alto” por “atraso en el pago de más de 180 días hasta un año”.

Sin embargo, entre el 8 y el 26 de noviembre el BNA le otorgó 28 préstamos por 105,5 millones de dólares, equivalente a un tercio de los más de 18.000 totales que ahora le reclama en el concurso.

El último préstamos fue el 26 de ese mes por 6 millones de dólares, y diez días después la empresa entró el default.

Para Del Frade, “esto demuestra la formidable corrupción del Banco Nación” durante la gestión de González Fraga, quien está imputado en una causa federal que tramita en el juzgado de Julián Ercolini. Evidentemente, hubo una “fiesta” que va a “terminar costando miles de millones”.

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