La solicitada de La Nación y Clarín en defensa de los periodistas involucrados en procesos judiciales y de otros presuntamente a poco de estarlo evidencian la preocupación que tienen esas empresas. Duele decirlo para quien ha trabajado toda su vida en una de ellas.

No encuentro ninguna razón que lo explique a menos que sea parte de la acción desestabilizadora que vienen haciendo contra el gobierno nacional en plena pandemia y en apoyo al virus de la muerte.

¿No van acaso a compartir el triunfo de la vida cuando ello se produzca con el menor número de muertos posible? ¿Presumen que ello fortalecerá al gobierno y que las fuerzas de la producción y la experiencia sufrida por lo realizado por el macrismo, más una honesta gestión, permitirá atravesar también la crisis económica? ¿Los alarma el triunfo en las urnas de este peronismo al que –al menos en La Nación–, siguen viendo como el hecho maldito en las elecciones parlamentarias dentro de quince meses con la seguridad de que ganará la mayoría en Diputados?

No, las empresas no tienen derecho a promover el miedo porque no hay razones para que lo tengan. A ellas no les va a pasar nada. Y a los periodistas de esos y otros medios, tampoco.

Sólo queda por dilucidar lo que está en la Justicia y lo que vaya a sumarse en, todo indica, acciones escabrosas en el ejercicio del periodismo en las que sí las empresas tendrán que dar explicaciones si los hechos se verifican. Otras empresas lo han hecho en el mundo. Nadie ignora que un periodista no publica lo que quiere en un diario sino aquello que la empresa admite.

Quizás sea la oportunidad, el momento para comenzar a diferenciar a los periodistas de quienes no lo son.

¿Y quiénes son los que deben decir quiénes son periodistas? Esa es la pregunta que se hizo un querido compañero (no peronista, aclaro), un maestro de periodistas, autor de libros y docente, y además, jefe de periodistas en La Nación y Clarín: Teódulo Domínguez. «¿Quiénes son los que deben decir quiénes son periodistas? Los periodistas» enseñó Teódulo.

La solicitada de las empresas están firmadas por periodistas. Se titula «Ante los ataques e intimidaciones a periodistas». A algunos de ellos les hubiera gustado verla en tiempos de dictadura, con más de cien periodistas desaparecidos, incluyendo entre ellos al empresario Rafael Perrotta, director y dueño de El Cronista Comercial, que Adepa, siempre olvida.

* Periodista Diario Clarín / De acá para allá / La Señal Medios. Autor de El Congreso en la Trampa.

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