“La Internet te da vida o te aniquila”, suelta Homero Chiavarino, músico criado en la correntina Paso de los Libres y radicado en Rosario, creador de Homero y Sus Alegres y conductor televisivo, mientras habla de la dedicación que puso junto a un grupo de músicos del litoral para llevar a cabo Revolución Chamamé. El proyecto se trata de una serie de conciertos en vivo transmitidos vía streaming, que lo tienen como director musical, en el acordeón y la voz, junto a Vicky Durand Mansilla, cantora de Chajarí; Sebastián González, guitarrista libreño; Tony Marquez, acordeonista de Federal, y Gabriel Coronel, contrabajista de cuna chamamecera.

La primera experiencia de Revolución Chamamé tuvo su bautismo de fuego el pasado 9 de julio desde el espacio de La Tornería, que surgió como devolución al día patrio de la Declaración de la Independencia. Las velas de esa noche frente a la imagen del Gauchito Gil, dando el puntapié, el sonido del contrabajo y los acordeones, la fotografía en blanco y negro, las voces de Homero y Vicky, y la guitarra siempre compañera, recrearon un repertorio que, en combinación con las devoluciones de los espectadores en línea desde diversas provincias, lograron transmitir calidez, intimidad y parte de los rituales que conlleva el chamamé.

Chiavarino nació en la ciudad de Santa Fe y de niño se mudó con su familia a Paso de los Libres. De su conexión con el chamamé reconoce la influencia fortísima de incontables referentes de la ciudad correntina que está en los márgenes del río Uruguay, separada por un puente con la localidad brasileña de Uruguayana.

“Para mí, el chamamé es una música directa, no tiene muchos intermediarios. Quiero decir: no tenés que ir a la escuela, como pasó con muchos referentes que no sabían ni leer ni escribir y en los momentos libres agarraban una verdulera (el acordeón) y le ponían su corazón y sus manos. Eso se sigue transmitiendo de la misma forma”, sintetiza Chiavarino.

“Yo siempre fui autodidacta, desde los 11 años que no paré con el chamamé. Agarré el acordeón a los 13 años y empecé a tocar, hay que estar más abierto a la transmisión, se aprende viendo a los acordeonistas, a los guitarreros, a los cantores y entendiendo la necesidad que tienen de transmitir, eso es muy valioso”, cuenta el músico, que de muy chico fundó el grupo Juventud Chamamecera, que sigue vigente como La Chamamecera.

Homero Chiavarino

“Revolución es una chamameceada, una cosa más de ritual y de encuentro, más que show. El show es el marco estético que le damos, el blanco y negro, las luces, después está el contenido, que tiene profunda intimidad y contamos que eso no falla, siempre que lo hagamos con responsabilidad y poniéndonos las pilas”, describe.

“Cuando armamos Revolución Chamamé pensamos en cómo podíamos realizarlo teniendo en cuenta que el streaming llega al interior del país, a otras provincias, a todas partes del mundo”, acota el músico, que también que condujo programas televisivos en la señal provincial 5RTV.

Los conciertos son “como un set de televisión”, que integran Adriano Di Mauro en diseño gráfico, Valentín Genaro en streaming, Aldo Simon en sonido, Lucía Van Lierdi en la producción, Franco Del Grande en fotografía e Irupé Vitali en la iluminación en vivo.

“Es toda gente recopada y profesional, muchos se quedaron sin laburo en los últimos tiempos. Es una manera de traccionar en cuarentena para no convertirnos en una planta, y sentir esa sensación de trabajar en un momento muy difícil, aunque no sea muy redituable”, explica el chamamecero.

Revolución Chamamé

Raíces

Revolución Chamamé tendrá su segunda velada este sábado  1° de agosto, el Día de la Pachamama, en el espacio El Trocadero, a través de la página web de Homero Chiavarino y con una entrada gratuita a colaboración.

Como parte del repertorio, aparecen composiciones de Tránsito Cocomarola, Ernesto Montiel e Isaco Abitbol, como así también de Emilio Chamorro, Ramón y Monchito Merlo, y temas propios que se van colando, como Kuarahy. “Si metés un tema tuyo, y entró en el montón, ese es el clic que tiene que hacer”, acota Chiavarino.

Con relación a las geografías que lo marcaron, aclara: “Tuve esa doble vida musical entre Corrientes y Rosario. Acá encontré a la cumbia como música popular”, cuenta el creador de Homero y Sus Alegres, el grupo con el que se metió en la cumbia santafesina. Para Chiavarino, la cumbia y el chamamé son dos géneros emparentados: “Son folclores regionales, géneros en los que el acordeón es el instrumento líder, los dos vienen de los márgenes, de las orillas de la ciudad. Los correntinos, chaqueños y formoseños que vinieron a trabajar con sus hijos al frigorífico Swift, trajeron el chamamé y esa música popular se fue transformando en la cumbia”.

“Es lo que más siento, ir a la raíz. Si uno busca, encuentra el tallo. Lo que pasa es que está todo muy escondido, saturado, explotado de signos, en realidad nos han querido borrar todo esto”, define.

En medio de una ciudad que sufre por el humo de las quemas de islas que a veces parecen lejanas, surge la pregunta de Homero: “¿Cómo no vamos a poder hablar de chamamé en Rosario, con Ramón Merlo, el Rancho, con Tarragó Ros, que vivió y murió en la ciudad. No hay una relación de pertenencia porque no nos apropiamos, como pasa con el candombe y el tango, y también con la geografía. El río también es cuestión de pertenencia”.

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Fuente: El Eslabón

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