El poder económico más concentrado sigue lucrando con la desgracia de las mayorías. En medio de la pandemia, y en muchos casos debido a sus consecuencias, los ricos vienen acumulando cada vez más.

Un reciente informe de la organización Oxfam, titulado “¿Quién paga la cuenta? Gravar la riqueza para enfrentar la crisis de la COVID-19 en América Latina y el Caribe” afirma que la tenencia, que se viene verificando desde el comienzo de la pandemia, sigue acentuándose.

“Las previsiones de retroceso económico y social en América Latina y el Caribe son alarmantes. El Covid-19 golpea con fuerza la región, que tendrá que afrontar una contracción del 9,4 por ciento, una de las más severas en todo el planeta. La desigualdad, la informalidad y la insuficiente dotación sanitaria lastran las posibilidades de hacer frente a la pandemia. Pero son los más vulnerables quienes asumen el costo, hasta 52 millones de personas que podrían caer en la pobreza y 40 millones podrían perder sus empleos, un retroceso de 15 años para la región”, señala el estudio que se dio a conocer el 27 de julio y lleva la firma de Susana Ruiz.

Lejos de ser el primer informe en este sentido, la importancia de este trabajo es que reafirma la tendencia ya señalada por otros estudios que se vienen realizando desde que el virus comenzó a azotar el planeta.

Y más allá de los distintos criterios y métodos de medición en que se basan los estudios, que arrojan cifras diferentes, todos coinciden en el agravamiento de la situación de profunda injusticia social preexistente en el mundo y la región.

En junio, advirtieron desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que la población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe puede llegar a 83,4 millones de personas en 2020, lo que implicaría un alza significativa en los niveles de hambre.

En ese marco, ambas entidades, que dependen de la Organización de Naciones Unidas (ONU) propusieron la entrega de un bono de emergencia a las personas vulnerables y créditos blandos para los productores.

En mayo, un informe del Institute for Policy Studies (en castellano “Instituto de Estudios sobre Política”), organización con sede en Washington DC (EEUU), publicó un estudio de 24 páginas titulado “Billionaire Bonanza 2020: Wealth Windfalls, Tumbling Taxes, and Pandemic Profitteres” (“La bonanza de los multimillonarios en 2020: vientos de riquezas, impuestos en caída y los que lucran con la pandemia”) escrito por Chuck Collins, Omar Ocampo y Sophia Paslaski. Allí también se denuncia a las compañías de EEUU que ganaron más que nunca aprovechándose de la desgracia.
El estudio del Institute for Policy Studies demuestra con cifras y datos contundentes que los multimillonarios de EEUU, no conformes con embolsar enormes beneficios extraordinarios gracias a la pandemia, además despiden empleados y militan contra el pago de impuestos (quieren pagar menos todavía de lo que hoy pagan).

Este trabajo menciona que, según la revista Forbes, existen en EEUU 607 multimillonarios (en inglés “billionaire”, de “billion” que significa mil millones), o sea personas con fortunas personales de más de mil millones de dólares. El informe de mayo señala que los magnates de EEUU aumentaron su riqueza en 282 mil millones de dólares en sólo 23 días, los que van desde el 18 de marzo hasta el 10 de abril.

El reciente estudio de Oxfam, en cambio, se refiere a la situación de los multimillonarios no de EEUU, sino de América Latina, y los resultados son similares.

“El Covid-19 no afecta a todos por igual, una élite se mantiene inmune al contagio de la crisis económica. Desde el principio de los confinamientos, hay ocho nuevos multimillonarios en América Latina y el Caribe, personas con un patrimonio superior a los mil millones de dólares. Las personas más ricas han aumentado su fortuna en 48.200 millones desde marzo 2020, lo que equivale a un tercio del total de los paquetes de estímulo de todos los países de la región”, señala el estudio.

Oxfam (una sigla formada a partir de “Oxford Committee for Famine Relief”, que significa “Comité de Oxford para aliviar la hambruna”), fundada en Reino Unido en 1942, es una confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que realizan labores humanitarias en 90 países.

Para hacer frente a esta crisis tan profunda, Oxfam propone una serie de reformas que recaigan sobre quienes más tienen y menos han sufrido la pandemia. Entre otros, un impuesto sobre el patrimonio neto de las personas más ricas con el que se podría recaudar al menos 14 mil millones de dólares, cincuenta veces más de lo que ahora se estaría recaudando sobre esta élite de grandes fortunas.

En la nota de Florencia Barragan publicada este martes 28 de julio en Página 12, titulada, “Millonarios inmunes al virus en Latinoamérica”, se menciona que Marcos Galperín, el dueño de Mercado Libre, elevó su fortuna de 2 mil a 4.500 millones de dólares.

Barragán señala que el comercio electrónico (en inglés “e-commerce”) creció 22 por ciento, el tecnológico 36 por ciento y el farmacéutico 8 por ciento. Así, el empresario argentino Marcos Galperín en marzo tenía una fortuna de 2 mil millones de dólares y estaba en el puesto 1063 de Forbes. El mismo listado actualizado, lo encuentra en el puesto 518, con una fortuna de 4.5 mil millones de dólares.

América Latina es un gran productor mundial de alimentos, aunque concentra a más de la mitad de la población mundial con hambre. Y mientras millones se desbarrancan en los horrores del hambre, la pobreza y el desempleo, unos pocos, muy pocos, trepan más y más en la lista mundial de millonarios.

 

Fuente: El Eslabón

 

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