El jueves 13 de agosto se difundieron los primeros datos sobre la distribución de la publicidad oficial nacional durante el primer semestre de este año. Y lo que allí puede apreciarse confirma la necesidad de avanzar hacia regulaciones que modifiquen criterios que no hacen más que contribuir a la concentración en pocas manos del manejo de la información y las comunicaciones. Lo recientemente difundido es los montos otorgados sólo a medios radicados en la ciudad de Buenos Aires. Y al tope de la lista se lee, tal como sucedía en los años anteriores, “Clarín”. El grupo que comenzó a monopolizar el mapa mediático de la Argentina a partir de la última dictadura recibió 129.682.711 pesos para Canal 13, 47.589.475 para el “gran diario argentino”, 29.033.648 para su señal de cable TN, 20.437.300 para Radio Mitre, 17.739.367 para FM La 100 y 5.348.200 para la web. Esos casi 250 millones significan alrededor del 25 por ciento del total de lo publicitado por el gobierno nacional en los medios de la Capital Federal, según informó el portal Infobae citando datos de la agencia estatal Télam.

La misma nota cita también declaraciones del secretario de Medios de la Nación, Francisco Meritello, quien admite que el principal criterio que se tuvo en cuenta para la distribución de la pauta fue las cantidades de audiencia de cada medio. Y aquí está el meollo que embarulla la cuestión: con ese concepto el Estado se asume como “planero” de los que menos necesitan y contribuye a consolidar los grupos monopólicos en lugar de fomentar condiciones que favorezcan la pluralidad informativa, base del cumplimiento de los derechos de la ciudadanía al acceso a la información y la libertad de expresión.

Justamente en esa necesidad imperiosa de fomentar la pluralidad se fundan proyectos de leyes de apoyo a medios comunitarios, cooperativos y populares que se comenzaron a difundir en los últimos días, tanto a nivel provincial como nacional.

El diputado provincial Carlos del Frade impulsa un Régimen de Promoción y Desarrollo de medios y productoras populares, comunitarios y cooperativos, que prevé destinar a ese sector el 33 por ciento del presupuesto que el Estado santafesino destina a publicidad. El anteproyecto de Del Frade comenzó a ser discutido con diversos actores que serían beneficiados y avanza hacia una presentación pública prevista para los próximos días.

En el plano nacional, el lunes 17 de agosto se presentará el proyecto de Ley de Fomento al Pluralismo y la Diversidad Informativa. En este caso también se propone crear un Fondo para medios alternativos, pero sin referencia a la torta publicitaria estatal sino a través de un monto asignado específicamente y a definir, más el 5 por ciento del IVA correspondiente a “servicios digitales realizados por prestadores extranjeros”. La iniciativa surgió de federaciones y medios de cooperativas y pymes junto con organizaciones sindicales de prensa que están invitando a adherir para sumar fuerzas que permitan avanzar.

El potencial transformador de estas propuestas dista bastante de otras que hasta llegaron a ser ley, como las de Servicios de Comunicación Audiovisual o la de declaración de utilidad pública de la producción, comercialización y distribución del papel para diarios. Sin embargo, sería una ingenuidad suponer que los fomentos ahora reclamados serán fácilmente aprobados por las legislaturas respectivas.

En el Congreso Nacional hubo y hay proyectos de regulación de la pauta estatal que derivan sin llegar a amarrar en los recintos de sesiones. El poder de fuego de los grupos monopólicos extorsiona y seduce a la vez a dirigencias políticas, empresariales, sindicales, sociales. “Si no salís en el diario, no existís”, se razona. “Si hay un solo diario, ese diario te va a tener siempre agarrado de las tapas”, se responde.

Lo cierto es que hasta acá, los huevos de la gallina se siguen envolviendo mayoritariamente en ejemplares de Clarín y La Capital. Pero no menos cierto es que la persistencia en poner otros papeles en la calle está demostrada y se reaviva en el contexto de crisis generalizada que determina la pandemia.

Por lo pronto, el resurgir del reclamo a favor de la pluralidad de voces no tuvo eco en el manejo de la pauta nacional durante el primer semestre. Entre los medios capitalinos, se le dio más a los más grandes. A la vez, esos medios porteños se llevaron más de la mitad de lo que el gobierno federal gastó en publicidad, pese a que allí vive bastante menos de la mitad de las argentinas y argentinos.

Aunque cualquier mención esperanzadora respecto de un segundo semestre haya quedado invalidada por aquel verso original de Mauricio, desde este periódico autogestionado se cumple en señalar que tanto el mes pasado como en este agosto nos han llegado órdenes publicitarias del Estado nacional, que anhelamos se sostengan, claro. Pero sabemos que eso solo será posible si el respaldo a los medios cooperativos, comunitarios y populares se incrementa y generaliza en términos de leyes y políticas de Estado que fijen un nuevo piso, que limiten la concentración, que fomenten la pluralidad, que favorezcan el acceso universal a los derechos que están en juego.

Fuente: El Eslabón

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