La entidad social y deportiva de barrio Rucci recibió un letal revés judicial que lo podría hacer desaparecer si la empresa inmobiliaria ejecuta el desalojo. “Estamos con la soga al cuello”, lamentaron desde el club, que en pandemia levantó ollas populares para las y los vecinos.
La difícil situación que atraviesa la Agrupación Deportiva Infantil Amistad y Progreso data de diciembre pasado cuando un fallo judicial los obligó a desalojar el predio ubicado en el lado oeste de barrio Rucci, donde más de 150 pibes y pibas realizaban sus actividades previo a la aparición del coronavirus.
Entre aquel caluroso último mes de 2019 y la actualidad hubo apelaciones al fallo y resistencia de integrantes y vecinos del club. Pero ahora, una carta judicial firmada por la jueza Cecilia Camaño les dio el empujón final.
“Lamentablemente pensamos que íbamos a tener mejor suerte, pero la jueza falló nuevamente a favor del privado y estamos otra vez con la soga al cuello. Se autorizó para que se haga el desalojo, sólo falta que se ejecute”, indicó Marcelo Valiente, tesorero de la humilde institución cuyos terrenos pasarán a manos de Lamelas Inmobiliaria.
El dirigente agregó en diálogo con Redacción Rosario que la idea es “hablar con la Municipalidad, porque nos dieron un terreno, pero no podemos afrontar la construcción de otro club. Es un gasto que no podemos hacer, sencillamente porque no tenemos el dinero. Estamos en charlas para ver cómo podemos llegar a un arreglo para la construcción en otro predio”.
El encargado de las modestas cuentas de la institución no descartó un diálogo con el privado “para intentar llegar a un arreglo y que no ejecuten” el desalojo. “Queremos impedirlo, es una situación muy angustiante porque el club desaparece. Necesitamos una intervención más activa de la muni”.
Por su parte, el abodado de la entidad, Marcelo Maisonnave, explicó que el fallo “está apelado, pero mientras tanto se puede ejecutar la sentencia de primera instancia, porque salió con efecto devolutivo, y nosotros pedimos que quede en suspenso, es decir, que salga con efecto suspensivo”.
“Como la sentencia salió con fallo devolutivo, el privado ofreció un terreno como fianza (en caso luego de obtener un fallo desfavorable). Pero eso no tiene sentido, porque el club tiene canchas en buen estado, iluminadas, y si las topadoras pasan por ahí, nada se podrá recuperar”, advirtió.
“Queremos que la Cámara de Apelaciones revierta la sentencia, que diga que no hay derecho al desalojo”, informó el letrado, también en contacto con este medio, y agregó: “En otro juicio paralelo está en marcha la usucapión, que es para obtener el terreno”.
Centro a las ollas
Amistad y Progreso cumplió 40 años en 2019. La dirección original es Mocoretá, pero como esa calle tiene pocos años, en los papeles figura Irma Peyrano y Palestina. El Covid-19 frenó las actividades deportivas –allí sólo se practicaba fútbol– pero no las sociales.
“Empezamos en la pandemia a hacer ollas barriales, los domingos”, resalta Valiente al destacar la función social que la entidad cumple en el barrio pese a que la pelota esté parada.
El dirigente y vocero del club por el que pasaron los ex Rosario Central Javier Cámpora y Milton Caraglio, entre otros, contó que se cocinaron “500 raciones por domingo”, y agregó que “el Día del Niño repartimos chocolatadas, juguetes, había un montón de gente”.
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