Rara manera de llegar la primavera, el aire fragante contra los barbijos y la insensatez enturbiando el clima social. “Somos mirados por la sociedad como la posible sustitución de este gobierno en 2021”, dijo Patricia Bullrich. Días antes, Eduardo Duhalde fue menos alegórico con respecto al cambio, y concretamente deslizó la frase golpe de Estado. Por si faltaba algo, el ex presidente Mauricio Macri acusó al gobierno de desplegar un ataque sistemático a la Constitución, y en la misma misiva habló de ciudadanos movilizados y atentos ganando las calles. Quién piensa en picnics con estos relatos. Más aún, ¿de dónde sale esta ristra des-legitimante y que encima es más extensa?

“Son discursos golpistas. Cuando no gobierna, la derecha es destituyente”, definió el ex presidente del Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata, y quien llevó adelante la mayor cantidad de juicios por delitos cometidos por la última dictadura militar, Carlos Rozanski. Y abundó: “Cuando gobiernan, sostienen sus mentiras y cambian el eje del discurso, y no se va a escuchar ni a leer nada de lo que están haciendo desde el 10 de diciembre del año pasado”.

“En el caso específico del macrismo, la única posibilidad de volver de alguna manera, es generando crisis que luego las asume un porcentaje de la población que no tiene convicciones fuertes y que anda por la vida a la deriva, desde el punto de vista político. Así son encaminados para adherir a este tipo de discursos manipuladores que son peligrosísimos”, explicó.

¿Gente que no vacilaría en «comprar» un clima? “El clima ya lo instalaron. Cuando comienzan a fomentar marchas de pandemia, están haciendo un desafío muy fuerte a todos, no sólo a la salud pública y por supuesto a la institucionalidad, donde más que el número importa el impacto que logran, a pesar de la falta de sentido común que evidencian”, comentó. E hizo referencia a un episodio que pasó inadvertido y que el análisis político no dimensionó. “En plena pandemia, el Presidente mostraba una imagen de contención desde el punto de vista sanitario, y se presentaba ante las cámaras con un grupo de infectólogos. Eso tuvo un aspecto positivo en concientización, pero a la vez generó que la ultraderecha inventara el término infectadura”, relató. Y dijo que desde que se logró instalar el término, Alberto Fernández ya no sale más con los infectólogos. Imposible no advertir en el suceso, un eco de los manuales de Duran Barba para la construcción de la subjetividad, advierte Rozanski. Más aún, el eco no parece tan lejano. “Esa misma prédica no les permitió ganar en 2019, pese a que no anduvieron tan lejos, con 9 puntos de diferencia, que no son difíciles de remontar”.

Para Rozanski, el agujero negro, el gran ausente en esas construcciones de subjetividad, es no haber encontrado las respuestas adecuadas a esas manipulaciones, a esos manejos, en definitiva a esos fraudes, a esas mentiras. “El efecto que tuvo la crítica furibunda de infectadura, que hizo que ya no volvieran a mostrarse con los infectólogos, es igual que lo que pasó con la gente del country Aires de Pilar, que se sentaron frente a una camioneta del Servicio Penitenciario, le rompieron a mazazos el parabrisas, y no hubo un sólo detenido”, relató. Y dijo que cuando hay un delito en flagrancia, hay que actuar. Y el gobierno no actuó. Un análisis similar se puede aplicar a lo que ocurrió cuando la policía armada rodeó la Quinta presidencial de Olivos, “tampoco se actúa”, señaló.

“Ellos están ganando esa batalla de construcción de sentido porque ante hechos absurdos que fomentan, el gobierno no atina a dar una respuesta adecuada y contundente, y eso no es bueno para la institucionalidad y la democracia”, enfatizó. Y dijo que el círculo de construcción cierra porque “hay un pícaro que toma nota de cómo piensa la democracia la buena gente, para hacer exactamente al revés, le imputan al gobierno dañar todos aquellos valores que ellos se encargaron de dañar durante los cuatro años que gobernaron”.

“Si no hay respuesta adecuada a eso, ahí es donde yo pongo el acento”, acuñó. Y no pasó por alto que el clima que se instala, de alguna manera alberga los siniestros fantasmas del pasado. “La nueva versión de los golpes de Estado, son una adaptación de los formatos viejos. El Plan Cóndor histórico, hoy tiene un Plan Cóndor II, que en lugar de secuestro, tortura, desaparición y muerte, se basa en la manipulación”, explicó.

Plan Cóndor recargado

Además, recordó que el PRO contrató los servicios de Cambridge Analytica (Inglaterra), antes de poner en marcha la campaña presidencial de Mauricio Macri en 2015, “La misma empresa que manipuló en Estados Unidos la demonización de Hilary Clinton, pagó una campaña muy similar para demonizar a Cristina (Fernández). Tal como muestra el documental Nada es Privado, esta empresa le compra 70 millones de datos a Facebook, que por esto tuvo una multa de cinco mil millones de dólares”, repasó Rozanski.

“Con este tipo de campaña, se logró asesorar a aspirantes a gobiernos de Filipinas, Argentina y Estados Unidos, manipulando una parte de la opinión pública para lograr un porcentaje diferencial, ganando las elecciones”, enfatizó, para sintetizar: Es el Plan Cóndor recargado, con ropaje de los medios, focus group y Big Data, entre otros. “Lo actualizan porque ya esa metodología tradicional de los grupos de tarea no va. En la mayoría de los casos, los golpes blandos no necesitaron a las fuerzas armadas: en Bolivia lo hicieron a través de la policía, en Brasil a través de unos pocos jueces, y el lawfare (guerra jurídica) es la nueva metodología del Plan Cóndor”, sostuvo.

Para Rozanski, es aquí donde “los gobiernos populares que logran superar eso, que es el caso de Alberto Fernández y Cristina Fernández, si no desarrollan respuestas adecuadas van a terminar cayendo en la lógica de los golpistas”. Y dijo que “un ejemplo es que no podamos volver a ver la imagen de los infectólogos asesorando al Presidente, lo cual es una locura, porque sabemos que lo siguen asesorando, como es obvio, porque es una persona inteligente”.

Para Rozanski, haber sacado los infectólogos ante la acusación de infectadura, que los vecinos lograran frenar al móvil del Servicio Penitenciario y que la policía haya logrado el aumento sin que mediara un tiempo para deponer la protesta, que fue un delito, ameritaron otro tipo de respuestas, que también operaran a nivel construcción de sentido, que es la cancha donde asientan los planteos, y que los zócalos se encargan de cristalizar en el sentido común. Habrá que tomar nota de estas vertientes malsanas, que también surgen en mesas televisivas glamorosas o con figurones fungiendo exilios dorados, en aviones privados.

 

Fuente: El Eslabón

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