Yo soy Pilar Roldán González, tengo 18 años y soy alumna de le Escuela de Educación Secundaria Orientada N° 332 Domingo Faustino Sarmiento, de la ciudad Tostado, Santa Fe. Mi educación a lo largo de mis quince años en ella fue muy linda, en la cual aprendí muchas cosas interesantes y otras que no me interesaban tanto, pero sabía que en algún momento me iban hacer de mucha ayuda.
Desde que ingresé a la secundaria mirábamos a los chicos de quinto año como si fuera un ideal, con muchas ganas de llegar rápido donde estaban ellos y vivir todas esas cosas tan lindas que nosotros veíamos desde fuera. Así fueron pasando los años y hoy me encuentro acá, al fin en quinto, en ese ideal que hace unos años anhelaba, pero hoy, hoy no lo disfruto.
La pandemia, la Covid-19 llegó sin avisar y sin dejarme disfrutar al menos unos meses de este año tan especial, por eso me cuesta mucho entender ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué este año? Y por más de que no haya una explicación la bronca queda. Una bronca que aparece en mí como una barrera frente a la angustia, tristeza e incertidumbre que tengo ante todo lo que representaba quinto año para mí junto a mis compañeros. Todo lo que esperaba, las fiestas hechas entre amigos, los viajes a encuentros entre las demás promociones de los distintos departamentos cercanos, estrenar los conjuntos que cada curso se había hecho, las actividades de deporte, cultura y farándula de las Inter Tribus 2020, el Día de la Primavera y el Estudiante donde íbamos a tener muchos juegos y tiempo para compartir con toda la promo; pero particularmente lo más lindo, a fin de año el baile de egresados y el viaje a Bariloche, cosas tan especiales que tengo la esperanza de poder llegar a realizarlas.
Al final lo único que nos queda es la esperanza, y deseo tanto poder estar compartiendo mates en el curso con compañeros, profes y no sentirme tan sola. Sin embargo, no podía quedarme sin hacer nada y dar como perdido el año, así que empecé a mirar hacia el futuro, qué es lo que me espera, qué quiero ser el día de mañana. Esta perspectiva me ayudó mucho a ponerle sentido al año descubriendo en mi otra cualidad y así seguir formando mi identidad.
Después de mucho pensar entendí que solo me queda cuidarme, cuidar a los demás, buscar metas nuevas, hacer las diferentes tareas que los profes nos mandan y aplacar toda esta angustia de no tener todo lo que me había imaginado.
Hoy estoy en un año particular, diferente pero no por eso, un año perdido.
*Tiene 18 años y es alumna de 5to. año de la Escuela Secundaria N° 332 de Tostado
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