El ex embajador Diego Guelar se sumó al directorio. Para Del Frade es una confesión de los vínculos con Cambiemos. El flamante directorio busca “reinventar” la empresa y los productores que les dolaricen los créditos. 

El nuevo directorio de la agroexportadora –que desde el mes pasado reemplaza al que llevó la compañía a la cesación de pagos– mantiene reuniones con instituciones del agro en procura de “la reinvención de una Nueva Vicentin, que resurja de este proceso fortalecida”. 

Para eso, sumó al ex embajador en China durante la gestión de Cambiemos, el abogado Diego Guelar, quien durante el menemismo ocupó igual rango diplomático pero en Brasil y Estados Unidos. La consultora a la que pertenece se llama Bral, empresa brasileño-argentina, que ofrece asesoramiento binacional.

Con caras nuevas pero un horizonte aún opaco, los directivos de Vicentin se reunieron esta semana con el titular de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) –el principal acreedor comercial del concurso preventivo–, con referentes de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, directivos de la Sociedad Gremial de Acopiadores de Granos y también del Centro de Corredores de Cereales.

Sin propuestas concretas para sellar acuerdo con los acreedores, la agroexportadora busca mostrar públicamente una nueva cara, distinta a la del anterior directorio que llevó la empresa al default.

“En el caso de la Bolsa santafesina, las autoridades de Vicentin y de la Bolsa, encabezados por sus respectivos presidentes Omar Scarel y Ulises Mendoza, abordaron una amplia agenda de temas de interés mutuo, reconociendo la importancia de que Vicentin pueda mantener su actividad productiva mientras las distintas partes involucradas buscan una salida ordenada del proceso concursal”, dijo la compañía en un comunicado.

Agregó que “los participantes de la reunión coincidieron en la necesidad de involucrarse y coparticipar en la reinvención de una Nueva Vicentin (mayúsculas en el original), que resurja de este proceso fortalecida, protegiendo los intereses de sus proveedores, trabajadores y agentes financieros que contribuyeron al desarrollo y a la rica historia de la empresa”.

Declaraciones de buenas intenciones que, por ahora, no se traducen en posibles acuerdos con los acreedores. El 13 de este mes la Sindicatura del concurso debe presentarle al juez los informes individuales de las acreencias verificadas.

De allí surgirá el monto reclamado por los acreedores de la empresa, hasta ahora estimado en 1.400 millones de dólares. La mayor porción del pasivo está conformada por deudas financieras del grupo, tanto con la banca pública (al BNA le debe 300 millones de dólares) como privada internacional (el conjunto de entidades extranjeras reclama 500 millones de dólares).

El que puso dólares

En el medio, los acreedores comerciales –productores agropecuarios que le vendieron granos a Vicentin pero no llegaron a cobrarlos por la declaración de cesación de pagos– protestaron frente al estudio jurídico que asesora a la Sindicatura del concurso, para que sus acreencias en dólares no se pesifiquen. 

La ley de Concursos y Quiebras les juega en contra, puesto que establece en su artículo 19 que las deudas no dinerarias contraídas en moneda extranjera se convierten “a su valor en moneda de curso legal, al día de la presentación (del concurso)”. Es decir, el 10 de febrero, cuando la divisa cotizaba a 60 pesos.

Voceros de Vicentin indicaron que el nuevo directorio procuraría en su propuesta –que todavía no hizo pública– contemplar esa “pérdida” por conversión de los créditos a los productores agropecuarios. Se verá.

Para eso, busca un socio externo que financie a la compañía, cuya confianza quedó destrozada en el mercado tras el default de diciembre del año pasado. No descarta, además, la venta de acciones, lo mismo que se negó a hacer cuando el Estado le propuso constituir un fideicomiso para transitar el concurso.

¿Asesoría o confesión? 

Otra novedad del proceso de Vicentin es la incorporación de Diego Guelar, ex embajador en China durante el gobierno de Mauricio Macri, como asesor.

Guelar comparte la consultora con el abogado porteño Estanislao Bougain, incorporado al directorio de Vicentin que tiene mandato hasta marzo del año que viene, y la difícil tarea de resucitar al muerto.

Para el diputado provincial Carlos Del Frade, integrante de la comisión legislativa de seguimiento de Vicentin, la presencia del ex diplomático demuestra los vínculos entre la agroexportadora y el macrismo.

“Hace rato que venimos diciendo que la empresa terminó siendo la expresión individual del proceso económico-político de vaciamiento, lavado de dinero y financiarización de la economía y, forma paralela, terminó funcionando como potencial lavaducto a través de los dineros públicos del Banco Nación”, sostuvo Del Frade. Y completó: “La impunidad de algunos ex directores de Vicentin genera el ámbito preciso para continuar con el proyecto. Por eso está Guelar”.

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