A Ani Bookx la persigue la plata, o las deudas en su defecto, pero en realidad, más la persiguen las ganas de crear o recrear universos, cantar y bailar (aunque la GUM se empecine en frenar el movimiento de masas). La compositora y productora de Alto Guiso, Ex Empleados de la Nasa y Chokenbici, lanzó su primer EP Cómo escuchar un disco online (Ceudo), un material que comenzó a cultivar el año pasado y que cosechó en pleno tránsito del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. En la última etapa se transformó en un trabajo visual – sonoro, “un pseudo tutorial”, según palabras de su autora.
El material de unos 21 minutos, que ya se encuentra en YouTube y otras plataformas, contiene potentes viajes poéticos esparcidos en un collage de imágenes que van entre el registro de la construcción del objeto bailable y el afán psicodélico con inquietos beats, melodías, efectos y un laboratorio de sintetizadores libres, entre otros juegos y relatos.
A Ani Bookx la pandemia del coronavirus la tuvo ocupada en este reciente material y en su mamá y su papá, a quiénes les tendió una mano por ser población de riesgo. El agite heredado previo a las restricciones sanitarias abrió durante el período de aislamiento un escenario íntimo que la cantante estaba madurando. “Me venía moviendo mucho en la ciudad, lo que más hacía era tocar en vivo y estaba necesitando trabajar en el estudio, desarrollar la técnica y la mezcla. La cuarentena me permitió que ponga todos los focos en esto”, afirmó.
Cómo escuchar un disco online, está conformado por tres tracks que se dividen en otros subtracks. Dos de estos, Plutónico, y MKB, son temas que ya habían salido a luz y tuvieron en esta oportunidad el acompañamiento de Lola Sinasco y la guitarrista Sofía Pasquinelli, respectivamente. Y un tercer eslabón: La del Siempre, junto a Pao Santi Kremer y Lautaro Canals.
La génesis
“El trabajo tuvo dos ideas motoras, usar el sintetizador todo lo que pudiera y usar los beats, todos los sonidos y la data que vengo manejando, las dos canciones principales fueron descompuestas y reversionadas, busqué melodías y efectos como alarmas de autos, y si hay algo que dejé volar fue el sintetizador”, reveló Ani en diálogo con El Eslabón a través de una conversación vía la red Whatsapp.
El sintetizador, un Teisco F-100 analógico del año 74, pertenecía a Piturro Benassi, el fallecido bajista de Shocklenders e Hijos del Reina. “A Piturro lo conocí por Flor Croci. Él nos ayudó a grabar el disco Psicoguiso con las Alto Guiso, fue una presencia frecuente y agradable”, recordó Ani y relató que “Flor se quedó con el sinte y lo trajo al estudio y grabamos varias cosas para Alto Guiso, hace tiempo que muches lo anhelábamos y yo lo estuve usando un montón gracias a la confianza que nos dio el sobrino de Piturro”.
Encuentro en el estudio
Las ideas de las visuales del EP debut de esta maestra de ceremonias “se fueron haciendo en sí misma, partiendo de mostrar el proceso creativo, las herramientas que uso en la computadora, y lo que la computadora ve, mi cara fumada la mayoría del tiempo” manifestó Ani sin caretas, y agregó sobre el espejismo: “la idea es retratar eso, el proceso y las pantallas, lo que uno ve y lo que las pantallas ven, que cuando tocamos en vivo se genera algo. Entonces sin mucha intención las visuales quedaron redondas”.
Ese puente entre la mente y las pantallas se conjugaron mediante su filosofía Lo-fi y la autogestión. “Mi conexión con el aprendizaje es muy sobre lo intuitivo y el hábito en el estudio me ayuda a manejar nuevas herramientas, generar estrategias y ponerle cabeza a las cosas, mi parte nerd”, aseguró Ani.
Desde que se subió a un escenario por primera vez, en 2012, en el marco de la marcha mundial por la Marihuana, Ani Bookx no paró su búsqueda artística con agrupaciones como The Freackin nipples, Lima Sur, Muten Rock, y las más actuales, la mencionada Alto Guiso, Ex Empleados de la Nasa y Chokenbici.
Antes de las primeras estrofas de cosecha propia en una plaza San Martín colmada por el activismo antipunitivista, hace 8 años, Ani no visualizaba todavía un horizonte de oficio y mística musical. “Yo estudiaba ciencia política y a través de la militancia cannábica tuve la posibilidad de subir al escenario en esa marcha, hice dos rap a capela”, recordó.
El empoderamiento, la humildad, la búsqueda, la fuerza y el empuje, se fueron haciendo cuerpo y alma en la música y la lírica de Bookx, un camino que estuvo siempre allanado desde casa: “Mis viejos son lo más hermoso que me tocó en la vida, me dieron las herramientas y en muchos casos las herramientas materiales y desde el primer momento que salí a tocar me bancaron. En los cumpleaños familiares cuando yo no estaba decían que estaba trabajando, siempre me incentivaron a desarrollarme”.
No Bailes (again)
Ritmo, juego de voces, letra directa o florida recrean los paisajes de Ceudo, historias flasheras y mambos que atraviesan la cabeza de Ani Bookx, como en La del Siempre, donde resurge la problemática de No Bailes, el tema de Alto guiso que visibilizaba la imposibilidad de mover el esqueleto en clubes y espacios culturales autogestivos rosarinos. “Antes no se podía bailar, ahora tampoco se puede bailar, a dónde voy con lo que quiero hacer, a dónde guardo la manija”, canta en el subtrack Sigue.
Con respecto a los shows en vivo en el escenario pandémico, Bookx contempla la necesidad de los protocolos aunque afirma. “La GUM (Guardia Urbana Municipal) tiene una misión anti fiesta, lo he vivido, tienen una actitud represiva en vez de acompañar”, se quejó la artista.
Por esto es que reclama la reanudación del debate por una nueva normativa local de nocturnidad que destierre el impedimento a celebrar y mover los cuerpos, y permita el desarrollo de espacios culturales autogestivos incluso en este escenario. Sobre el final del diálogo, Ani adelantó que tiene planes de tocar pronto estos temas y otros nuevos, con una banda invitada. “Estoy feliz”, concluyó.
Fuente: El Eslabón
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