pañuelo verde

Vivo en la ciudad de Barcelona desde el año 2002. En España, la interrupción voluntaria del embarazo es legal desde 1985. Las campañas, los reclamos por el aborto legal y gratuito ya se habían hecho, ya era ley; no conocí en primera persona cómo fue la modificación de esa ley, cómo se desarrollaron los reclamos. Llegar a un país donde el aborto ya estaba legalizado (y que después en el 2010 se volvió a modificar con un nuevo proyecto) para mí fue un cambio muy rápido, para mi cabeza, con respecto a la Argentina. Hago esta introducción para situar mi mirada, que fue desde lejos, y conociendo cómo es esa “ley” en vigor.

pañuelo verde
Con la Sagrada Familia de fondo, María Fernanda en las calles de Barcelona.

¿Cómo me llega la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito? Me voy enterando con cierto delay. Un día por mis amigas, otro día por mis hermanas, por las hijas de mis amigas y amigos que empiezan a cambiar su foto de perfil en Facebook, del whatsapp, suben artículos a las redes, tengo contactos que empiezan a participar políticamente y me acostumbro a verlas con el pañuelo verde que lo llevan en la muñeca a todas partes. Cada vez se hace más público, hay más debate, recibo links de notas que piden “Que sea ley”, la participación va creciendo y trascendiendo, se vuelve inevitablemente visible; lo muestran, lo hacen público.

Pañuelo verde
María Fernanda y uno de los pañuelos verdes que le enviaron de regalo.

Mis sobrinas, las hijas de mis amigas y amigos -que van creciendo- viajan a Buenos Aires desde Rosario con grupos activistas o en grupos para estar presentes en la multitudinaria movilización del 14 de junio del 2018, ante el debate de la Cámara de Diputados. Un debate que yo escuché por la radio on line y como pude desde el trabajo. Ese mismo día llegaba una amiga desde la Argentina a visitarme y cuando nos encontramos en el aeropuerto, en cuanto la avisté saliendo del embarque con mi mano en alto le avisé de ese primer veredicto. Ella no lo sabía porque estaba viajando y el abrazo, que ya estaba asegurado por el reencuentro, se tiñó de verde campaña. A ella se la notaba más eufórica que a mí, hizo que ese momento no tuviera delay, hablaba con la frescura que tiene vivirlo en primera persona. Antes de abrir su valija, quería saber cómo habían sido las votaciones, devoramos las noticias. Ir a ver la Sagrada Familia de Antonio Gaudí, que era lo primero que teníamos programado, quedó en segundo plano.

Así es cómo me llega la fuerza de esa Campaña. Son ustedes que la llevan, la hacen trascender y se hace presente. No es algo más o de un momento, la mantienen y sostienen, son muchas voces y ese acento lo reconozco….

El año anterior viajé a la Argentina. Una de mis hermanas se ocupó de conseguirme dos pañuelos verdes para que me traiga a Barcelona, uno para mí y otro para regalar. Otra amiga me mandó otro de regalo con su mamá. Yo le había dicho que ya lo tenía y me dijo: “No importa, tené otro más!”.

pañuelo verde
«A mi pañuelo lo guardo junto a mi pasaporte, es buen lugar», dice María Fernanda.

Fue la gente, fueron los muros de Facebook, los videos, las declaraciones como la de Pino Solanas, la de una diputada mendocina que no conocía y la escuché ese día, fue la fuerza de todas ustedes las que viralizan la Campaña para hacerla presente.

Personalmente no uso el pañuelo en la muñeca ni lo pongo en las fotos de los lugares que visito. No. Yo lo tengo en mi casa con mis cosas, mis objetos; lo guardo donde pongo el pasaporte argentino, ese es un buen sitio para el pañuelo.

Quizás cuando sea ley, porque será, salga a la calle o pase por la Sagrada Familia con el pañuelo atado en la muñeca, en mi bolso, en el cuello o como barbijo y me sume a la marea verde, convencida que una ley no obliga, en todo caso protege y asiste. Y entonces cuando se apruebe, ya vendrán otras campañas para defender el placer.

(*) Es argentina, reside en Barcelona (España).

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