Al conjunto auriazul no le sobró nada en la victoria 1 a 0 ante Aldosivi, en el José María Minella, por la 3ª fecha de la Zona Complementación A, que lidera por diferencia de gol. A Alan Marinelli le bastó con jugar un solo tiempo para anotar el único tanto de la tarde.
Rosario Central volvió a sumar de a tres en esta nueva fase de la Copa Diego Maradona, y quedó en lo más alto de su grupo. De todas maneras, la punta es compartida con Defensa y Justicia, aunque los de Arroyito tienen ventaja por mejor diferencia de gol.
Central arrancó dormido en el estadio mundialista, lo que casi le costó la caída en su valla cuando Francisco Grahl apareció sin marca dentro del área, y Marcelo Miño la encontró en el camino ante el remate del volante.
El dueño de casa era levemente superior al conjunto dirigido por Cristian González, al que le costaba entrar en acción. Pero como viene sucediendo en los últimos partidos, el juvenil Alan Marinelli resolvió parte del problema, con un nuevo grito, a los 15’, tras un lindo gesto técnico: centro desde la derecha, pelota boyando en el área, media vuelta del delantero y a cobrar.
A raíz de ese gol, el nivel auriazul creció. Y si bien no se tradujo en jugadas claras, logró sí manejar más el partido a través del control de la pelota. Por eso sorprendió cuando el Kily dejó al pibe goleador en el banco, aunque hielo en su pie podría explicar la modificación del atacante, que además estaba amonestado. En su lugar ingresó Gino Infantino, quien jugó sólo media hora, porque también fue reemplazado más tarde.
El Tiburón recuperó el protagonismo en el inicio de la etapa complementaria, y se arrimó con peligro al arco de Miño, que respondió con buenas intervenciones. Central se dedicó a apostar a la contra. Una de las que terminó bien fue la de Lautaro Blanco, que remató ante una avanzada, pero Luciano Pocrnjic tapó bien abajo.
Cuando vio que la ampliación del marcador se complicaba, el entrenador prefirió cuidar el resultado, y metió una línea de cinco defensores, con la entrada de Diego Novaretti. El equipo marplatense no se caracteriza por un ataque arrollador, y sólo por eso no llegó a la igualdad.
En el final, cuando el encuentro se jugaba ya dentro del área de Central, el delantero Rodrigo Contreras, que entró en el segundo tiempo, tuvo la más clara para los dirigidos por Ángel Hoyos, pero otra rápida y efectiva reacción de Miño le ahogó el grito.
El Canaya no tuvo una buena tarde, incomodó poco al ex arquero de Newell’s, y su victoria sólo se explica por la buena racha que atraviesa su joven goleador. Con las pocas armas que tiene, el local mereció la igualdad.
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