Una jueza británica rechazó este lunes una solicitud de Estados Unidos para extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, para juzgarlo por espionaje, por considerar que podría suicidarse ante las duras condiciones de detención que enfrentaría en cárceles estadounidenses en caso de ser condenado.

En una de cal y una de arena para Assange y sus seguidores, la jueza Vanessa Baraitser rechazó los argumentos de los abogados del australiano, de 49 años, de que Estados Unidos quiere someterlo a un proceso judicial políticamente motivado que pisotearía el derecho a la libertad de expresión y a la información.

Pero rápidamente matizó que la ya frágil salud mental de Assange sufriría aún mayor deterioro por las condiciones de “aislamiento casi total” que enfrentaría en una cárcel estadounidense en caso de ser condenado.

La magistrada dijo que el periodista y hacker fundador de WikiLeaks era “un hombre con depresión y por momentos desesperado” con un “intelecto y una determinación” capaces de burlar cualquier medida de precaución contra su eventual suicidio que puedan adoptar las autoridades penitenciarias de Estados Unidos.

El Departamento de Justicia estadounidense se manifestó “extremadamente decepcionado” por el rechazo de su solicitud y dijo que continuará “buscando la extradición del señor Assange”. Los abogados del Gobierno estadounidense dijeron en Londres que apelarán el fallo. La defensa de Assange anunció que pedirá su liberación bajo fianza de la prisión de máxima seguridad londinense de Belmarsh, donde está desde hace unos 20 meses, en una audiencia prevista para el próximo miércoles.

Assange, quien se sentó en silencio en el banquillo de los acusados en el Tribunal Penal Central de Londres para oír el fallo, se secó la frente cuando se anunció la decisión, informó la cadena de noticias BBC. Su pareja, la abogada Stella Moris, con quien tiene dos hijos, se emocionó al escuchar la sentencia. Más tarde, en declaraciones a periodistas fuera del tribunal, dijo que el fallo era “un primer paso para obtener justicia” en el largo periplo judicial del fundador de WikiLeaks. “Hoy Julian obtuvo una victoria. Tenía la esperanza de que hoy sería el día en que Julian volviera. Hoy no es ese día, pero ese día llegará pronto”, dijo.

Fiscales estadounidenses acusan a Assange de 17 cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de computadoras por la publicación, por parte de WikiLeaks, de documentos militares y diplomáticos confidenciales estadounidenses filtrados hace una década, acusaciones que conllevan una pena máxima de 175 años de prisión. Por su parte, los abogados de Assange argumentan que estaba actuando como periodista y que la publicación de los documentos estaba protegida por el derecho a la libertad de expresión tutelado por la Constitución estadounidense.

Abogados del Gobierno estadounidense niegan que Assange esté siendo procesado simplemente por publicar esos documentos, sino que aseguran que el caso “se basa en gran parte en su participación ilegal” en el robo de cables diplomáticos y archivos militares realizado por la analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, Chelsea Manning.

La Justicia británica se puso del lado de los abogados estadounidenses a ese respecto y dijo que las acciones de Assange, si se prueban, “equivaldrían a delitos en esta jurisdicción que no estarían protegidos por su derecho a la libertad de expresión”. Además, consideró que el sistema judicial de Estados Unidos le daría un juicio justo.

Aunque lamentó el no a la extradición, el Departamento de Justicia estadounidense manifestó “muy satisfecho” de que la jueza haya desestimado que Assange ejercía su derecho a la libertad de expresión y de que desestimara una represalia política de Estados Unidos.

La defensa argumentó durante una audiencia de tres semanas en el otoño pasado que Assange corría el riesgo de “una sentencia tremendamente desproporcionada” y detención en “condiciones draconianas e inhumanas” si era enviado a Estados Unidos. En este punto, la Justicia británica le tendió la mano a los abogados de Assange.

Los problemas legales de Assange comenzaron en 2010, cuando fue arrestado en Londres a pedido de Suecia, que quería interrogarlo sobre acusaciones de violación y agresión sexual presentadas por dos mujeres. En 2012, Assange violó el arresto domiciliario que se le había concedido y se refugió en la embajada ecuatoriana en Londres hasta que fue despojado de su asilo en abril de 2019 e inmediatamente arrestado por la policía británica.

México ofrece asilo político a Assange

El gobierno de México ofreció este lunes gestionar asilo político para el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, luego que la Justicia británica rechazara extraditarlo a Estados Unidos para ser juzgado allí por la publicación de cientos de miles de documentos secretos estadounidenses.

Sin embargo, es poco probable que lo acepte debido a que el juicio de extradición puede durar unos dos años, adelantó hoy el abogado del activista, Carlos Poveda.

“Creo que sería un poco improbable aceptar el asilo de México. Todavía estamos pendientes del juicio de extradición. Pero de todas maneras agradecemos al presidente Andrés López Obrador por su disposición de generar un asilo comprometido por los derechos humanos”, expresó el letrado, citado por la agencia de noticias Sputnik.

México ofreció antes asilo político a otras figuras internacionales como el expresidente boliviano Evo Morales, quien llegó al país en noviembre de 2019 tras renunciar a la presidencia de su país.

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