El lunes 25 de enero debutan los cambios de recorridos y líneas del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP), en el marco de la declaración de emergencia a la cual tributan por partes iguales la pandemia y la crisis económica. El año que pasó, peculiar por donde se lo mire, reiteró en la agenda del Concejo Municipal la movilidad de los rosarinos que, además del Covid 19, registró paros de colectivos inéditos por su extensión. Complejo y básico para una ciudad, el tema tomó temperatura como los termómetros de enero, en ediles y vecinos.

La semana que pasó, el intendente Pablo Javkin, anunció modificaciones al proyecto de emergencia por 24 meses para el TUP, que los ediles aprobaron el pasado 12 de noviembre. En esa ocasión, la iniciativa recibió críticas, tres votos en contra del Frente de Todos, y las abstenciones de Juntos por el Cambio, Unión Cívica Radical de Juntos por el Cambio y de Iniciativa Popular. El color del tablero de la votación está en relación directa con el debate generado a partir de esa fecha y que incluyó el reclamo de decenas de organizaciones sociales y de vecinos.

El tema vino más conversado que partida de truco. El miércoles, en conferencia de prensa, el intendente Javkin, anunció que el debate generado por los cambios anunciados en recorridos y líneas, no había sido en vano. Un día antes, el Frente de Todos, invocando las quejas recibidas por parte de grupos de vecinos, había presentado un proyecto pidiendo la suspensión de los cambios hasta tanto no se convocara a una audiencia pública, ya que los consideraban “de espalda a la gente” y señalaban además, que “hacía mucho tiempo, en la ciudad de Rosario, se dejaba de lado el testeo de la voluntad popular en el tema de la movilidad ciudadana”.

“Escuchamos las críticas”

“Hicimos una propuesta e hicimos reuniones con las vecinales y barrios y fuimos a las paradas estratégicas contando la propuesta. De esas reuniones, y es lo que más quiero remarcar, surgieron críticas y cuestionamientos y aportes de muchísimos vecinos y vecinas de la ciudad, en redes, en encuentros con vecinales, que receptamos a partir de la opinión pública de muchos ciudadanos que participan en organizaciones barriales y que nos plantearon que la propuesta no contemplaba tal o cual situación”, arrancó Javkin en la conferencia de prensa que realizó junto a la secretaria de Movilidad, Eva Jokanovich.

“Lo que quiero es rescatar y agradecer, porque si algo quiero que quede claro es que no me considero, como Intendente, el dueño de ninguna verdad. Sé que tenemos una situación difícil para afrontar y que la mejor manera de que las cosas salgan bien, es escuchando”, dijo Javkin a la hora de anunciar que se iban a incorporar los cambios planteados por las vecinales de barrios históricos. Y enumeró un par de ejemplos de las interconexiones pedidas por los usuarios. “Tienen razón y los vamos a incorporar”, señaló el Intendente, y describió los pedidos de los barrios Saladillo, Tablada, Pichincha y Hostal del Sol, que lograron modificaciones al proyecto de emergencia elaborado por el Ejecutivo. Más aún, dijo que podían darse nuevos cambios. “A partir del lunes vamos a tener estas adecuaciones que buscan mejor frecuencia y que podamos sostener el sistema de transporte en el estado que plantea la pandemia” comentó y no pasó por alto la aspiración de que marzo traiga el retorno del ciclo lectivo y que la vacunación lleve a recuperar actividades en la mitad del año, con su correlato en el aumento del número de pasajeros.

“Siempre, cada día, vamos a estar abiertos a escuchar cada aporte que hagan los vecinos. Estos aportes que resolvemos ahora fueron los propuestos por las vecinales y nos permitió encontrar una mejor idea que las que habíamos planteados, y está bien y está bueno que así sea, y esto puede seguir sucediendo desde el 25 de enero en adelante”, comprometió Javkin.

“La situación de pandemia prolongada durante diez meses nos obliga a salir de un sistema que estaba pensado para 650 mil pasajeros diarios, que transportaba 460 mil, y que hace diez meses transporta 130 mil”, dimensionó, y consideró que el tiempo que estamos viviendo plantea emergencias en muchos ámbitos. En este sentido incluyó el tema de la seguridad pública, “tenemos que aportar en ese sentido para que caminar dos cuadras no sea un problema, como la demanda que los barrios nos plantearon estos días”.

“Mientras tanto, tenemos que ser realistas y adaptar el sistema a lo que está pasando hoy. Tenemos que sortear esta emergencia. Vamos a salir de la situación que nos plantea el Covid, de la situación económica y social que trae como consecuencia, y también de la situación difícil en la que pone al transporte. Pero mientras logramos transitar el tiempo de la vacunación, inmunidad y recuperación de las actividades, tenemos que hacer que el sistema de transporte exista, funcione y no tenga 90 días de paro.

“No me molestan los aportes ni las críticas que haga ningún vecino. Cuando pasemos esto, tendremos una ciudad que enfrentó la pandemia de la manera más unida posible y ese es el objetivo, esa posibilidad de hablar mano a mano”, concluyó Javkin.

Voces críticas 

Después de conocerse a través de la conferencia de prensa, cuatro días antes de poner en vigencia los cambios en los recorridos y líneas del TUP, fueron varias las voces de ediles que en su momento habían planteado justamente la necesidad de incorporar a los vecinos a la hora de definir las modificaciones. “La organización popular, el pedido de todas las vecinales y asociaciones civiles y comunitarias, hicieron la presión necesaria como para que el intendente Javkin escuchara y diera marcha atrás con algunas medidas”, dijo la edila Norma López (Frente de Todos). Y agregó que “de todos modos, no todos los barrios tuvieron respuestas a las modificaciones que planteaban los vecinos”.

“Lo dijimos desde el principio, la necesaria reestructuración del sistema público de transporte, por lo esencial del servicio, no puede ser utilizada mezquinamente para intentar obtener alguna ventaja política de ocasión”, indicó la concejala Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, que en su momento se abstuvo de apoyar el proyecto de emergencia enviado sobre las facultades del Ejecutivo para redefinir líneas, frecuencias, prestaciones necesarias, nuevos requerimientos técnicos de la flota, recorridos, ramales, paradas, entre otras cuestiones operativas.

“Los usuarios del sistema de colectivos, lo que necesitan es que seamos parte de la solución y no del problema, por eso nuestro rol debe ser el de tender puentes, trabajar en la resolución de los conflictos, acercar propuestas y así lo hicimos”, añadió Gigliani. Y agregó: “Nos reconforta saber que el Ejecutivo Municipal ha sido receptivo con todos los aportes que se les acercaron para que esta nueva etapa del sistema del TUP no perjudique la conectividad de los barrios de la ciudad. Seguiremos escuchando y acercando posiciones y propuestas en un trabajo mancomunado con nuestros vecinos y vecinas, para mejorar la calidad de vida de los rosarinos y rosarinas”.

Gigliani, además, puntualizó: “Por eso nos dieron la posibilidad de ocupar una banca en el Concejo, ese sigue siendo nuestro compromiso”. Ese es justamente el punto central, el que anuda la actividad de los ediles con la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad. En ese sentido, Eduardo Toniolli (Frente de Todos), que impulsa desde hace tiempo los Observatorios sobre el funcionamiento y calidad operativa del Transporte Urbano de Pasajeros, también se expresó después de conocer los cambios.

“El Intendente anunció que van a revisar los cambios de recorridos del Transporte Urbano de Pasajeros que perjudican a algunos barrios, y desde la oposición lo valoramos. Dicho esto, el oficialismo debería valorar las advertencias que hicimos, entre ellas la necesidad de escuchar a los usuarios”, aseguró. Y aportó que las vecinales y organizaciones comunitarias son quienes tienen en claro las necesidades de los barrios en materia de movilidad. “Cuando cuestionamos el proyecto de emergencia del TUP, lo hicimos atendiendo sus reclamos. Es hora de que puedan tener voz en este proceso”.

El debate que no cesa

“Si hay un hecho que siempre marcó al transporte de la ciudad de Rosario, como positivo, fue que permanentemente el Plan de Movilidad tenía la participación activa de todas las organizaciones populares. Esa consigna se sostuvo a lo largo de todos los años de gobierno del Frente Progresista Cívico y Social, excepto esta modificación que propuso Pablo Javkin. Es inédito que se hiciera de espalda a los usuarios”, enfatizó por su parte Norma López (FdT), para referirse al último y caliente debate sobre el TUP, en la saga que el tema tiene en el Concejo y que incluyó polémicas maratónicas, consensos y divisiones de agua.

Entre los temas de la agenda que hicieron historia, López ubicó “el cambio en el TUP, desde un sistema de familias a cargo del servicio, a otras características. Además, el asesinato de Gabriel Albornoz en una Semana Santa de principios de los años 90, en la línea 125, generó otro cambio, se sacó el dinero de las unidades y en eso Rosario estuvo entre las primeras ciudades en implementarlo”.

Además, evocó la participación de la sociedad y el Concejo en el Plan de Movilidad de la ciudad, que no se agota en el TUP, pero “las líneas de colectivos son fundantes y distribuyen la movilidad en una ciudad”. Y no pasó por alto lo que en su momento fueron debates más que álgidos: “Lo que hizo el Socialismo fue sostener un sistema con una alta rentabilidad para una de las empresas de la zona que comandaba Agustín Bermúdez, un experto en el tema. Pero esa relación hizo que todo lo que generaba el empresario en la resolución de problemas, en un momento se constituyera en un problema, porque la Municipalidad quedaba atada a esa relación”.

Según la edila, hoy observa “el déficit en esto de crisis tras crisis, y el pliego que fue auspiciado por la ex intendenta Mónica Fein, cuyo gabinete integraba Javkin, fue ampliamente debatido, pero de improbable cumplimiento”, señaló sobre la normativa que se puso en vigencia a fines del mandato de Fein, y en el que “nunca se sabe a ciencia cierta cuál es el valor del boleto entre otras cuestiones”. Y recordó que en los últimos años de dicha gestión, “fueron sostenidos con la sesión de facultades del Concejo hacia, en su momento, la intendenta Fein, y al actual intendente, para la fijación de precios, con lo que nunca estuvimos de acuerdo”.

“A esto hay que agregarle que el macrismo pulverizó los subsidios, los dejó para provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los sacó para el resto del país”, señaló. Y dijo que “un año atrás, la gestión de Alberto Fernández y Cristina Fernández, triplicó los subsidios”. Aunque admitió que por la pandemia hubo que reformular esquemas y se siguieron recibiendo las cuotas de los subsidios. Con respecto al último de los grandes debates, López incluyó el que los ediles sostuvieron el 19 de noviembre, cuando Javkin presentó el pedido de emergencia que también conllevaba “superpoderes para modificar valor del boleto, recorrido, suprimir y fusionar líneas y hasta permitir que los empresarios definan modelos más antiguos a la flota. Todo a espaldas de la gente. Y fueron los mismos vecinos quienes impulsaron las reuniones para proponer los cambios, pero de las reuniones se iban con un «no»”.

La reseña del TUP en la agenda del Concejo no se agota en los momentos del pasado reciente señalados. Otras discusiones deberían tener su lugar en ese Olimpo, como el reclamo recurrente para que la Provincia también destine fondos. Si algo tiene de peculiar, en tanto su carácter sistémico, es que el TUP, no siempre anda sobre ruedas.

 

Fuente: El Eslabón

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