El libro Materia leve del fotógrafo Franco Trovato Fuoco es una celebración de la belleza. En las alturas, entre paredes de edificios y antenas inertes, las aves regalan un magnífico comportamiento que muy pocos se detienen a observar.

A 300 metros del río Paraná hay una ventana. Un cielo recortado. Silencio y soledad de una ciudad en cuarentena. Hay una hora determinada. También un ojo atento y filoso que espera detrás de una cámara. Hay una danza escondida, olvidada, casi secreta. Y además, una brisa tenue que recuerda retazos del humedal que alguna vez estuvo ahí.

Después de todo eso, hay casi un año de trabajo de selección para que brote Materia leve, el libro de Franco Trovato Fuoco que contiene 64 fotografías de pájaros, que osaron arrebatar ese pedacito de cielo para mostrarse y mostrarnos a los humanos que, ante ellos, seremos siempre anodinos por el simple hecho de que nunca podremos volar.

Los potentes imágenes de vuelos y  posturas de las distintas aves que captura el lente del reportero gráfico oriundo de Pergamino, conducen al observador hacía un deslinde etéreo, impalpable; debido a que se enfrenta a situaciones de felices trastornos, como si fueran poemas hechos a bases de plumas, picotazos y alas.

Además, a ese vigor visual hay que sumarle la decisión de haber titulado cada fotografía evocando al imprescindible texto oracular de origen chino, el I Ching, o más conocido como Libro de las mutaciones. En la obra de Trovato Fuoco las aves salen o permanecen en sus nidos arbóreos; disputan territorios en cada uno de sus giros. También  se aparean, se retraen, se sorprenden y  exponen toda su esencia a través de un lenguaje filosófico sellado a puro vuelo.

“Dioses que danzan”

La pandemia por Covid-19 nos expuso como seres humanos a situaciones extrañas, inesperadas y a veces, extremas. “Yo pasé la cuarentena solo, sin contacto humano durante más de 90 días y la conexión que los pajaritos hicieron entre los contactos de mis redes y mi cotidianeidad me ayudaron muchísimo a sobrellevar la soledad”, dijo a El Eslabón el fotógrafo.  

“Hacer algo gratuito fue una devolución. Mi idea era hacer algo digital para que no sea económicamente privativo, es decir: una edición en papel de un libro de 72 páginas termina siendo caro; entonces se me ocurrió hacer una versión PDF y que cada quién lo descargue gratuitamente y lo imprima como pueda o quiera o que lo guarde en su ordenador o que lo mire nada más”, explicó.

En cuanto a la chispa que encendió el proceso de este trabajo, rememoró: “Lo que primero me interesó a la hora de sistematizar el registro de las aves fue pensar que muchas de ellas, las aves nativas específicamente, son una bella persistencia de la américa no conquistada, de esos «dioses que danzan» de los que habla Divididos en la canción Huelga de amores. Cuando ves los cortejos de apareamiento, las luchas, las distintas demostraciones que se hacen entre ellas según las circunstancias, de alguna manera podés intuir por qué para las culturas originarias todos estos animales y otros representaban espíritus cuya potencia simbólica es muy fuerte”.

Demorarse en la observación de lo cotidiano fue también un puntal fundamental a la hora de que la idea se vaya encarnando. “Esto me sucedía sin tener que hacer una expedición al humedal o a regiones más o menos vírgenes, esto me pasaba desde la ventana de mi casa, que está ubicada en la República de la Sexta, donde antes había un humedal”, contó el artista, y agregó: “Este último aspecto fue lo que se reforzó durante la cuarentena, el hecho de compartir en redes con mis vecinos rosarinos que esos vuelos y esa poética también estaba en sus ventanas pero que a veces no las miramos porque estamos colonizados para prestarle atención a lo exótico, por ejemplo cualquier persona filmaría con su celular y si un pavo real se le para en el árbol de la puerta de su casa, pero a los benteveos, calandrias y horneros, no”.

Un “libro a la gorra”

Materia Leve está a disposición de manera gratuita en internet (ver aparte) y lleva consigo un noble pedido: una colaboración voluntaria para arreglar el techo de la Biblioteca Hilda Guerrero de Molina, en la Escuelita de Famaillá, en Tucumán.

“Mi vínculo con esa escuelita viene de la última edición de la Bienal Argentina de Fotografía Documental en 2018, allí participé junto a 20 fotógrafos de todo el país en un taller llamado Fotografía y Política que dictaban Andrea Josch de Chile y Cora Gamarnik de Argentina. El taller tuvo lugar en las instalaciones de la escuelita y además visitamos el Pozo de Vargas y Arsenales Militares en Tucumán, estos lugares son muy importantes para nuestra historia reciente porque ahí se ensayaron los mecanismos de terrorismo de Estado que luego se iban a utilizar en todo el país”, relató Franco Trovato Fuoco.

Durante el llamado Operativo Independencia, que se inició el 5 de enero de 1975, la escuelita funcionó como centro de detención clandestina, antes que se desatara la dictadura cívico militar y eclesiástica que padeció la Argentina.

“Todos los que hicimos esa clínica quedamos emocionalmente muy vinculados a la escuelita porque estuvimos varios días con la gente que lleva adelante y se carga al hombro a ese sitio de memoria.  Entonces decidimos que la producción final de la misma no iba a ser una serie de fotos para exponer sino que hicimos una serie de postales que se vendían a colaboración y con ese dinero compramos estanterías y bastidores para armar una biblioteca y luego hicimos una colecta de libros para darle vida a esa biblioteca”, indicó el fotógrafo. 

“Uno de los ejes de la clínica fue  comprender que la fotografía puede ser una herramienta más allá de lo comunicacional, en esa oportunidad transformamos nuestras fotos en un espacio de lectura y promoción de la memoria y los derechos humanos. Por eso le pregunté a María Coronel, la coordinadora de la biblioteca si no le interesaba hacer alguna movida tipo libro a la gorra para juntar fondos para algo que necesite la escuelita y ella me contó que el techo de la biblioteca que habíamos armado en aquella bienal tenía serios problemas de humedad y que si se podía juntar fondos para eso sería una forma de ayudar”.

Sobre el  autor y el libro

Franco Trovato Fuoco nació en Pergamino en 1977. Trabajó y colaboró en distintos medios e instituciones de Argentina, Uruguay, México, Austria, Inglaterra, Portugal y España. Es miembro de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra). Actualmente es reportero gráfico en el diario El Ciudadano y la Región y en la agencia internacional de servicios informativos EFE de España.

«El libro ‘Materia leve’ contó con la curaduría del también fotógrafo Guillermo Turín Bootello y se puede buscar y descargar gratuitamente entrando a www.slideshare.net«.

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