El Partido Socialista ratificó que no deja el Frente Progresista para sumarse a un rejunte antiperonista, como le propuso la UCR santafesina, que también debate su política de alianzas.

El Partido Socialista santafesino ratificó su permanencia en el Frente Progresista, Cívico y Social (FPCyS) y la construcción de una tercera fuerza político-electoral por fuera de la confrontación que centralizan el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Lo hizo dos días antes de la celebración del Congreso Extraordinario provincial del partido que confirmó esa decisión, pero justo cuando estaba por arrancar la Convención provincial de la Unión Cívica Radical (UCR) que debatía la política de alianzas con miras a las comicios de medio término de este año, en los que el centenario partido tironea al socialismo y a Cambiemos para la conformación de un súper frente que junte a todo el espectro antiperonista. Como dicen en el campo, difícil que el chancho chifle.

Adelante radicales

El repentino e inesperado fallecimiento de Miguel Lifschitz por coronavirus, mayor elector del PS y figura ordenadora de las tiendas que conforman el amplio y diverso campamento del Frente Progresista, puso en debate el armado de ese espacio que tiene más de dos décadas de existencia en la provincia de Santa Fe.

Apenas concluidas las exequias, algunos sectores del radicalismo olisquearon una potencial debilidad en el socialismo, que procesaba su indisimulable pérdida, y plantearon que el peso de esa ausencia debía contrarrestarse con una apertura frentista a otros sectores políticos.

“El nuevo escenario político –luego de la ausencia de Miguel Lifschitz– nos impone nuevos desafíos y desde la UCR asumimos ese rol en vista de lograr una alternativa electoral al kirchnerismo que gobierna la provincia y la Nación”, planteó el presidente del bloque de senadores radicales, Felipe Michlig.

El 16 de mayo, siete días después de la muerte del ex gobernador, agregó en su cuenta de Twitter que “desde la UCR trabajaremos en la organización y coincidencias programáticas en el marco de una coalición propositiva en base a la transparencia, pluralidad y valores democráticos; afianzando y fortaleciendo los 12 años que gobernamos la provincia”.

En una columna de opinión, Michlig señaló que “la desaparición física de Lifschitz (el único gran elector que le quedaba a la provincia) cierra un ciclo político que impone nuevos desafíos a la oposición al peronismo: recrear la organización de la oposición en torno a programas comunes y dotarla de nuevos liderazgos”.

En esa línea, agregó que “lo que era fácil de hacer por la presencia política de Lifschitz, ahora requiere de mayores articulaciones y diálogo entre actores políticos de distintos orígenes, que comparten nuestras preocupaciones y el legado de Miguel en el ideario de aspirar a tener una provincia mejor, para el beneficio del conjunto de los santafesinos y santafesinas”.

Sin decirlo, el senador azuzaba a sus compañeros del PS en el Frente Progresista a borrarle ese adjetivo a la coalición y colocarle uno de antiperonista, aunque para evitar odiosas rémoras del pasado ahora lo llaman “frente no peronista”.

Su par de Diputados, Maximiliano Pullaro, también del Nuevo Espacio Organizado (NEO) el sector más afín al Frente Progresista, sostuvo por su parte que “la UCR trabajará para unir la oposición al kirchnerismo”.

“Debemos escuchar la demanda de amplios sectores de la sociedad que piden confluir en un espacio común que defina un programa de desarrollo y le ponga un freno al vamos por todo”, señaló el ex ministro de Seguridad que aspira a ser candidato a gobernador.

Vuelvan, los perdonamos

El sector de la UCR santafesina asociado al PRO, uno de cuyos representantes es el diputado provincial Julián Galdeano, leyó en la desaparición física del líder socialista la presunta orfandad de sus correligionarios en el Frente Progresista, a quienes invitó a sumarse a una alternativa electoral que considera taquillera.

“Yo veo un radicalismo en el Frente recalculando”, dijo a El Eslabón hace dos semanas Galdeano. “Hay radicales de distintos sectores que tenían una relación fuerte con Miguel y que lo acompañaban, por su gestión en la Gobernación vinculada a los municipios y las comunas, que ahora quedan sin ese compromiso, más libres”.

“Si había alguna duda respecto al nivel de polarización en Santa Fe queda despejado: la única figura que podía, con dificultades, pero podía romper la polarización de las dos mayores fuerzas del electorado, era Lifschitz”, sintetizó Galdeano. Ese escenario, de acuerdo a su lectura, “queda bastante descartado”, por lo que extendió a sus correligionarios frentistas la generosa invitación a juntarse por el cambio, del centroizquierda al centroderecha.

Quedate en casa

Tras debates internos, el PS anunció el miércoles 26 de mayo que se quedaba en casa, la mejor opción para enfrentar la pandemia política que le proponían.

El viernes, esa determinación de permanencia en el Frente Progresista y búsqueda de una tercera alternativa a los partidos de la grieta quedó formalmente votada por los 463 delegados que, en forma virtual, participaron del Congreso Extraordinario Provincial.

Así, el partido de la rosa roja desechó los convites a derechizar su perfil en procura de confrontar con el peronismo, que por mandato de las encuestas la UCR llama “kirchnerismo”, aunque se refiera al gobernador Omar Perotti.

A través de un comunicado difundido el miércoles, el PS manifestó su “convicción de seguir trabajando en un espacio progresista para construir un mejor futuro para las y los santafesinos”.

“El reciente fallecimiento de Miguel Lifschitz representa para las y los socialistas una pérdida humana enorme, y que también se siente por su innegable liderazgo político. Desde el dolor por su inesperada y pronta partida, es que ratificamos nuestro compromiso con su legado y el de Hermes Binner para seguir trabajando por un proyecto político que lleve a la realidad los sueños y las necesidades de cada santafesino y santafesina, como lo hicimos con los gobiernos del Frente Progresista, Cívico y Social desde 2007 a 2019”, afirmaron les dirigentes.

Unas horas después, comenzó la Convención provincial de la UCR, que debía aprobar la política de alianzas para las elecciones de este año, en las que se eligen 14 intendencias, todas las presidencias comunales y se renuevan las mitades de los Concejos Deliberantes. A poco de iniciada se pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes 28, cuando esta edición de El Eslabón está en imprenta.

La decisión mayoritaria, parecía ser, consistía en sumar a la UCR santafesina a la estrategia nacional del partido y cerrar filas con el PRO en Juntos por el Cambio, y a la vez dar “libertad de acción” a los correligionarios en las estrategias electorales locales, que suelen ser más variadas y pintorescas.

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