Descubren cientos de fosas comunes con restos de aborígenes en Canadá. Hasta 1990, unos 150 mil niños fueron reclutados y enviados a escuelas católicas. Fueron sometidos a malos tratos y abusos sexuales, y miles murieron.

En la historia oficial argentina se llamó Conquista del desierto. En EEUU, Conquista del Oeste. En todo el continente americano se utilizan eufemismos para ocultar la verdad: el sistemático genocidio de los pueblos originarios está en la historia de la formación de los estados-nación, que chorrea barro y sangre. Los integrantes de los pueblos originarios que se salvaron de los virus que trajeron los conquistadores de la “civilizada” Europa, fueron explotados hasta la muerte o bien masacrados. Fue aquí en América donde el capitalismo incipiente comenzó su proceso de acumulación originaria, instituyendo el genocidio como sistema de producción. Y todavía hoy, ya en la etapa neoliberal del capitalismo, esos pueblos siguen siendo marginados, hambreados y excluidos en la mayoría de los países. Pero la verdad histórica y la memoria resurgen, literalmente brotan de las profundidades de la tierra. Y el horror queda al descubierto.

Esta vez sucedió en la pulcra, perfecta y ejemplar Canadá, donde se descubrieron cientos de fosas comunes con restos de niños aborígenes internados por la fuerza en colegios católicos, donde fueron abusados y torturados. 

Según informó Página 12, unos 150 mil niñas y niños amerindios, mestizos e inuit fueron reclutados contra su voluntad hasta la década de 1990 para enviarlos a 139 escuelas residenciales de Canadá donde quedaban aislados de sus familias, su idioma y su cultura. Muchos fueron sometidos a malos tratos o abusos sexuales, y entre 3.200 y 4.100 murieron, en su mayoría de tuberculosis.

Algunas de las tumbas no identificadas fueron encontradas cerca de una vieja escuela católica para indígenas en la provincia de Saskatchewan, al oeste de Canadá. Las comunidades indígenas del país aseguraron que “se trata del hallazgo más importante de este tipo hasta la fecha”.

La primera fosa común se descubrió tras una serie de excavaciones realizadas a fines de mayo en un viejo internado católico situado en la localidad de Marieval, donde se hallaron restos de 750 niñas y niños. Pero este fue apenas el primero de una serie de hallazgos. Días después se encontraron los restos de 215 estudiantes enterrados en la cercana Kamloops Indian Residential School, una antigua escuela situada en Columbia Británica, al oeste del país.

La comunidad autóctona Cowessess fue la que informó el descubrimiento de la fosa en Marieval y definió el suceso como “horrible” y “chocante”.

El jefe de la organización Asamblea de Primeras Naciones, Perry Bellegarde, que representa a más de 900 mil indígenas, consideró que el hecho “es absolutamente trágico, pero no es sorprendente”.

El orfanato de Marieval alojó niños indígenas desde 1899 hasta 1997, pero recién fue demolido dos años después y reemplazado por una escuela.

Llamados al papa Francisco

Los hallazgos reavivaron los llamados al papa Francisco y a la Iglesia Católica para que se disculpen por los abusos y la violencia que se ejerció sobre los estudiantes en este sistema de escuelas residenciales a donde fueron llevados a la fuerza para asimilarlos a la cultura dominante.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, exigió que la Iglesia y el Papa se disculpen públicamente por los abusos que sufrieron numerosos niños indígenas en las escuelas de su país.

“Como católico estoy profundamente decepcionado por la posición de la Iglesia Católica”, expresó Trudeau, y recordó que hace algunos años le pidió personalmente al Papa durante un viaje al Vaticano que se “disculpara y pidiera perdón” por lo que sucedió en este tipo de instituciones educativas.

“Encuentro muy difícil que la Iglesia Católica siga rehusando disculparse y participar en este importante proceso”, señaló el primer ministro.

Lo que no dijo Trudeau es que el gobierno de Canadá también tiene responsabilidad sobre este tema debido a que estableció ese sistema de residencias escolares entre 1890 y 1996, y le otorgó su gestión a diferentes grupos religiosos con el objetivo de “integrar” a los pueblos originarios.

Luego Trudeau ofreció las disculpas de su país, reiteró su pedido al Papa para que hiciera lo mismo y no descartó una investigación penal. Durante una rueda de prensa, volvió a hablar de los “terribles errores” de Canadá, que durante varios siglos llevó a cabo una controvertida política de asimilación forzosa de los pueblos indígenas.

Según informó Página 12, Trudeau también acusó a la Iglesia Católica en Canadá de no querer poner a disposición de la población indígena del país el registro de los niños que fueron internados a la fuerza en las residencias escolares, ni tampoco información adicional sobre su funcionamiento.

Varios grupos indígenas y expertos aseguraron que el gobierno canadiense también tiene responsabilidad sobre estos registros, ya que “no son públicos precisamente porque Ottawa recurrió a los tribunales para mantenerlos bajo llave”.

El primer ministro afirmó que su gestión está manteniendo “conversaciones” con los grupos indígenas para determinar la compensación que recibirán las víctimas de las residencias escolares.

Varias sobrevivientes de los horrores del internado de St. Anne’s reclamaron a los tribunales que Ottawa haga públicos los 12.300 documentos que detallan abusos físicos y sexuales en este centro, que fue gestionado por los Misioneros Oblatos entre 1902 y 1976, aunque el gobierno canadiense hace años que se muestra reacio a cumplir con esta demanda.

Un equipo de especialistas en derechos humanos de la ONU reclamó a Canadá y al Vaticano que inicien una investigación, solicitando que se realicen “exámenes forenses de los restos y la identificación y registro de los niños desaparecidos”, al tiempo que tiene que abarcar no sólo el centro de Kamloops, sino también otros antiguos internados para indígenas.

Asimismo, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) puntualizó que el organismo “podría ser relevante” a la hora de proporcionar ayuda técnica en la tarea de investigar las residencias escolares.

A Trudeau no le cayó muy bien la propuesta de la ONU aunque, siempre correcto y diplomático, señaló que “no es la decisión de organismos internacionales decidir si vienen aquí, aunque serían bienvenidos”.

Iglesias quemadas

Ya son cuatro las Iglesias Católicas quemadas en Canadá tras el hallazgo de las fosas comunes. Los últimos dos incendios se desataron con apenas una hora de diferencia en las iglesias de Santa Ana y de Chopaka, ambas situadas en territorios de los pueblos originarios de Columbia Británica. “Ambas iglesias fueron destruidas”, dijo en un comunicado el sargento Jason Bayda, de la Policía Montada de Canadá.

Las autoridades consideran que los incendios son “sospechosos” y están buscando “si están relacionados con los del 21 de junio en Penticton y Oliver”, agregó Bayda en declaraciones reproducidas por Página 12.

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